El Magnate -[Si No Puedes Vencer El Mal, Vuélvete El Mal]©

II

PESADILLA

~Alessandro~

—¡Basta, por favor paren!

Los cuchillos de gran filo que atraviesan mi piel provocan gritos de agonía qué llenan el cuarto en el que he estado desde hace... no lo sé. Perdí la cuenta hace mucho.

Y el abuso que mi cuerpo está recibiendo lo hace aun más catastrófico. No paran de invadir mi cuerpo. No paran de golpearlo. No paran.

No entiendo porque no me matan.

Llevo un año secuestrado por el enemigo de mi padre. Si es que así le puedo seguir llamando después de no hacer nada por rescatarme de este infierno.

Solo quiero morir. Ya no lo soporto más.

He sido abusado desde el primer día que llegue aquí. He perdido peso. He perdido mi rostro o eso creo cada que me veo en algún reflejo. Soy un monstruo sin rostro.

¿Porqué le hacen esto a un niño? Yo no les hice nada.

—Tranquilo niño —escuche una voz rasposa. La única que he escuchado este último año—. Sabes que solo tengo que terminar dentro de tu culo y abra terminado.

Ya no lo soporto más. No creo soportar que vuelva a tocar mi débil cuerpo por más tiempo.

Ya me he resignado a que alguien venga por mi. Nadie podrá salvarme. Nadie me ayudará.

—Basta —supliqué mirando la pared mientras él hombre de voz rasposa seguía presionandose contra mi cuerpo—. Por favor.

Paso unos minutos más mientras ignoraba todas mis súplicas hasta que estuvo saciado de mí.

El mismo dolor recorrió mi cuerpo.

Seguí tirado boca abajo en el piso mirando la pared llena de humedad mientras escuchaba el mismo tintineo de su cinturón cuando se subía los pantalones.

Me siento vacío. Ya no siento nada. Hace mucho que deje de sentir cosas por mi existencia. Me arrancaron el alma.

Por algo que yo no hice.

El mismo zumbido de siempre inundó la habitación donde me tenían desde que llegue. Todo es tan... silencioso.

El vacío se llena con mis llantos. Mis gritos de repudio por mi cuerpo. Me repudio a mí. Me doy asco. Me odio.

Muchas veces he suplicado que me maten pero no lo hacen. Y deseo tanto morir.

¿Para que seguir vivo? No tengo un propósito.

Hay veces en las que intento convencerme que esto es solo una pesadilla, que pronto acabará pero sé que no es así.

—Matenme —susurre dando la vuelta en el piso mirando el techo— ¡POR FAVOR! ¡MATENME! se los suplico.

Quizás este alucinando, pero escuche sonido de balas. No podría estar equivocado. Desde que tengo memoria mi padre ha disparado un sin fin de ellas frente a mí. Ha matado a personas frente a mí con ellas. Mi madre incluida, la mato frente a mis ojos cuando yo tenia nueve años por un error que yo cometí. Jamás olvidaría el sonido de una bala.