COSA DIABÓLICA
~Hela~
La música agitada se comenzó a escuchar por todo el cuarto donde solo me encuentro yo junto con la música que resuena en cada rincón.
Me dejé llevar por el ritmo de la música, mi cuerpo moviéndose con una gracia y pasión que solo la danza árabe podía evocar. Mi cabello rizado, se sacudía con cada movimiento, como una cascada de bucles que brillaban bajo la luz tenue del cuarto.
Justo cuando me comencé a mover con mayor agilidad mi pulso se altero y mi corazón comenzó a latir más fuerte recibiendo a la adrenalina.
Frente al espejo que abarca toda una pared, me veía reflejada, una imagen de belleza y elegancia. Mis caderas, sueltas y ágiles, se contoneaban como si tuvieran vida propia, dibujando círculos y espirales en el aire. Mi cuerpo entero parecía una extensión de la música, cada músculo y cada articulación trabajando en armonía para crear una coreografía de seducción y belleza.
Tengo las caderas muy sueltas porque practico muchas danzas y con todas me siento libre y feliz. Es como si cada que mi cuerpo se fusionaba con la música olvidara todo lo malo que me paso.
En la Base tienen muchos tipos de entrenamientos, y de todos, los únicos que disfrutaba era la danza. Te hacen practicar todo tipo de danzas para obtener más agilidad en todo tu cuerpo.
Deje de lado todos esos pensamientos cuando sentí que mi cuerpo no quería más movimientos por el desánimo. Así que seguí sin pensar en nada más.
Comencé a escuchar el latir de mi corazón.
Mis brazos se ondulaban como serpientes, mis dedos tamborileaban en el aire, mientras mis caderas y mi cabello rizado seguían el compás de la música. Me sentía libre, sin preocupaciones, solo la música y yo, unidos en una danza apasionada.
Mi cuerpo se movía con movimientos fluidos y sensuales, característicos del Raqs Sharqi. Sacudidas laterales y frontales.
Amo las danzas árabes son hermosas. Ellas me han ayudado mucho en mi cuerpo perfecto.
Tome uno de los flecos de mi traje y comencé a dar saltos dando vueltas dejándome llevar por mi felicidad propia. Una sonrisa enorme de dientes se puede ver en mi rostro, mis ojos se enchinaron un poco por mi sonrisa, y mi hermoso cabello vuela al compás de los giros. Me siento entre nubes y lienzos de mil colores. Me siento encerrada en mi propia fantasía y no quiero salir.
Cada que bailo me gusta usar los trajes típicos de las danzas para entrar más en el personaje. Ahora tengo un traje de dos piezas, de falda turquesa con flecos y un cinturón zarb adornando mis caderas dando mas volumen a los movimientos, en la parte de arriba tengo un sostén con piedras del color de la falda dejando mi abdomen y brazos desnudos.
Volví a la danza y comencé a mover mi cuerpo a un ritmo más ligero proyectando el Belly Dance con movimientos de serpentina con las caderas qué podrían hipnotizar a cualquier persona. A esos movimientos se une mi espolenderoso cabello rizado volando detrás de mí, como una bandera de seda.
Mi cuerpo entero parecía una llama que ardía con pasión y energía.
La música acabo y me detuve frente al espejo con los brazos extendidos y entrelazados al techo. Sonrei y me admiré. Mi reflejo me devolvió la sonrisa.
—¿Recuerdas cuando nos conocimos?
Brinqué del susto al escuchar una voz cuando se suponía que estaba yo sola en el cuarto de danza. Cuando vi quién era, solo reviré los ojos.
—Sí, y no sabes cuánto quisiera volver a ese día y no permitirme voltearte a ver.
O tal vez le hubiera roto la botella en la cabeza. No, sería un desperdicio demasiado grande, no lo vale.
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El Magnate -[Si No Puedes Vencer El Mal, Vuélvete El Mal]©
Random"¿Qué oculta la mujer a la que le salvaste la vida? ¿Qué secreto esconde detrás de su mirada asesina?" Hela Klein, una belleza letal, y Alessandro Lombardo, el próximo jefe de la mafia dorada. Cruzan sus caminos después de tantos años, años donde su...