III

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PESADILLA (PARTE DOS)

~Franchessco~

Las dos mujeres frente a mí representan todo lo que he conocido en esta vida, todo me lo han enseñado ellas. Siempre han sido ellas y mi hermano.

El hombre que dice ser mi padre les está apuntando con un arma mientras esta sentado en una esquina del cuarto mientras ellos tres están hincados frente a mí.

Mi hermano, su madres y la mía sueltan gritos de dolor por los latigazos que impactan contra sus estapaldas.

Y yo solo grito tratando de que mis súplicas sirvan de algo. Que pare con todo esto porque ya no puedo seguir viendo como los golpean los guardias de Tomasso.

Tomasso, un hombre que odio con todo mi ser. No hay un espacio de mi mente, mi corazón o mi cuerpo que no odie a ese hombre.

Por más que golpeó las barras de acero de mi jaula es imposible romperlas. Quisiera tener la suficiente fuerza para salir de aquí y poder hacer algo por ellos.  Quisiera ser un super-heroe y llevármelos lejos de aquí. Solo quiero ser feliz justo a mis dos madres y mi hermano.

Pero como dice mi hermano. Esos son solo sueños estúpidos de una fantasía de un niño y la realidad es está y solo está.

—Mami —extendí mi brazo por en medio de una de las barras de acero. Llorando exclame por mi madre.

Sus gritos de dolor no paraban de escucharse por toda la habitación. Una habitación gris con la suficiente luz para no morir del miedo pero también para no volverte loco.

Llevo semanas aquí encerrado. Tomasso me encerró aquí por un error que cometí.

Y ahora después de tantos días llego mi verdadero castigo. Ver a mis madres ser golpeadas con Alessandro.

A mis madres por no estar al pendiente de mi y a Alessandro por no cuidar mi boca.

Sus socios se encontraban en la gran mansión y yo lo llame "padre" frente a ellos.

¿Qué cual es el problema? Que nadie sabe que yo soy hijo bastardo de ese ser despreciable. El mundo entero no sabe que yo existo y que llevo la sangre de ese maldito. Y cuanto desearía no ser su hijo.

Nos mantiene encerrados a mi madre y a mí en la misión y no nos permite salir nunca. Si alguien se enterara que el gran Magnate Tomasso Lombardo tiene un hijo bastardo su imagen de persona intachable se esfumaria.

No he visto nada de lo que sea que exista fuera de los muros de la mansión. A excepción de las fotografías que mi hermano intenta conseguir para que yo sepa lo que hay fuera.

Si no fuera por Alessandro qué cada que puede viene a verme a este sótano y me trae comida a escondidas de Tomasso creo que estaría muerto. Él es quien calma a los lobos qué rodean mi jaula pues con él se criaron. Pero a mi me odian por alguna razón que desconozco.

Cuando Alessandro se va del cuarto ellos vuelven a intentar comerme, pero al estar encerrado no logran hacerme nada y yo solo me quedo en la esquina de la jaula que ellos no pueden alcanzar escuchando sus sonidos aterradores.

El Magnate -[Si No Puedes Vencer El Mal, Vuélvete El Mal]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora