IV

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CÓCTELITO

~Hela~

I want it, I got it, I want it, I got it —comencé a balbucear la letra mientras me maquillaba—. Whoever said money can't solve your problems. Must not have had enough money to solve 'em.
They say, "WHICH ONE?" —tome mi cepillo y comencé a cantar dando vueltas por mi espaciosa habitación—. I say, "NAH, I WANT ALL OF 'EM" Happiness is the same price as red bottoms

Y justo así suena toda mi vida.

Cuando termine de maquillarme y ponerme una ropa cómoda —un minúsculo short deportivo y un top— salí de mi habitación para ir a tocar la puerta de mí padre que aún duerme con alguna de sus amantes de media noche.

—Papi —toque unas cuantas veces. No respondió. Me enoje porque no me hizo ni caso— ¡Ya me voy!

En ese mismo instante abrió la puerta con los pantalones del pijama a la cadera y todo el resto de su cuerpo para arriba desnudo.

—¿Cómo que te vas? ¿A dónde? —pregunto muy desorientado apenas recién levantado con el cabello todo alborotado. Es como si hubiera corrido de la cama a la puerta.

—A mis clases de Heels.

Parpadeó un momento captando el significado de mis palabras. Todavía esta en su segundo sueño este hombre.

—Aah, si esta bien cariño —su cuerpo se relajó. Se acercó para abrazarme muy fuerte como si me fuera a escapar de sus brazos.

—¿Que pasa? No me voy a escapar —le asegure cuando vi que estaba mal.

Tardó un poco más sin soltarme, solo miraba a la nada como si recordará algo.

—Tuve una pesadilla donde te perdía de nuevo —me aclaro en un pequeño susurró débil como si su garganta quemara.

Lo rodee muy fuerte con mis brazos sintiendo cómo su cariño me llenaba el corazón.

—Nadie nos volverá a separar pa'. Te lo prometo —le asegure con mejor humor.

Me soltó tomando aire para tomar mi rostro entre sus manos y darme un beso en la frente.

—Mi bebesita —me llama por ese apodo que yo tanto amo—. Soy yo quien prometo que nadie nos volverá a separar. Y nadie te volverá hacer daño.

Con tan solo esas palabras mi corazón cae al piso regresando todos los malos escenarios de mi cabeza. Siento todo lo malo de esa época que pase junto a mí madre y en la base entrenando para ser una asesina.

Cierro los ojos con fuerza y solo una voz me distrae.

—Santiago —escucho el nombre de mi padre ser emitido por una voz masculina.

Intento mirar dentro de la habitación pero mi padre regresa mi rostro a su sitió impidiendo que yo vea a la persona en su cama.

—Tu enserió que no perdonas nada ¿cierto?

Mi padre, ese hombre siempre ha sido un pirobo, siempre tiene un amante nuevo. Sea hombre o mujer, no le importa.

Desde chiquito ha sido así. Se dice que cuando conoció a mi mamá, su etapa de mujeriego se terminó, pero cuando ella lo plantó y me llevó con ella, este hombre volvió a sus andanzas, y con el corazón partido fue peor aún. Se convirtió en un verdadero fichador, un chicharrero empedernido.

Y sigue así.

Sea el país que pisemos siempre encuntra a alguien para meter en su cama.

—Se llama vivir la vida —me dice mientras se apoya en el marco de la puerta y me da una minúscula caricia en la quijada.

El Magnate -[Si No Puedes Vencer El Mal, Vuélvete El Mal]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora