003: Tarde de tormenta

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El príncipe NuNew siempre había estado tan ocupado atendiendo sus deberes como Heredero que jamás se había detenido a cuestionar la inusual forma en la que había sido educado durante toda su vida, pero el silencioso encierro dentro de la apestosa ...

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El príncipe NuNew siempre había estado tan ocupado atendiendo sus deberes como Heredero que jamás se había detenido a cuestionar la inusual forma en la que había sido educado durante toda su vida, pero el silencioso encierro dentro de la apestosa bodega del Lady Domundi estaba provocando que se cuestionara absolutamente todo sobre su existencia.

Gracias a ello fue que notó que habían demasiadas obviedades que había ignorado y ahora NuNew se sentía un estúpido por no haberlo notado antes.

Para empezar estaba su físico. Si, su cuerpo tenía unas proporciones que no encajaban con el estereotipo de beta promedio, porque con excepción de su altura (él era tan alto como cualquier beta que conociese) el resto de su contextura física encajaba perfectamente con la de un omega, desde su cintura estrecha y curvilínea hasta sus caderas anchas y redondas, perfectas para dar a luz a sus cachorros. Eso sin contar las delicadas y sutiles curvas que delineaban su silueta y que destacaban a la vista gracias al uso del corset.

Pero además de eso, se le habían inculcado costumbres exclusivas para omegas que jamás cuestionó. Una de ellas era precisamente el uso del corset, una prenda que solo era obligatoria para las y los omegas de la realeza, gracias a la creencia de que el vientre era una zona privada que debía ser protegida.

Además, NuNew aún recordaba la época cuando recién cumplió los trece años. A esa edad sus deberes como Heredero debieron haber empezado, pero al principio sus padres se negaron rotundamente a dejarle entrenar con una espada, alegando que su constitución era muy débil como para adaptarse al arduo arte de la esgrima. Fue solo después de insistir por dos años enteros que sus padres aceptaron y dejaron de querer sobreprotegerlo como si estuviese hecho de cristal, sin embargo, cambiaron su sobreprotección por la extrema presión de exigirle más de lo que él podía manejar.

De repente, ya no le trataron como a una pieza frágil de porcelana a la que debían cuidar, sino que le exigieron volverse tan fuerte como un alfa para no doblegarse.

Pero, aunque a NuNew le había parecido raro al principio, nunca se preguntó la razón de tal cambio de actitud tan radical, después de todo lo atribuyó a la preocupación de sus padres por convertirlo en el Heredero ideal.

Sin embargo, ahora estando allí sentado rodeado de oscuridad y humedad, NuNew no podía seguir ignorando las cosas sospechosas detrás de toda su crianza, no después de haberse convertido en omega inesperadamente luego de poner un pie fuera de su reino.

Ahora solo quedaba una duda, ¿sus padres supieron desde el principio que él era un omega?

Pero si era así, ¿por qué hasta ahora había experimentado un celo?

No tenía lógica, no existía manera de esconderle algo como eso cuando era su cuerpo el que estaba involucrado.

Ah, estaba tan confundido.

—Hey, ¿cómo sigues?

NuNew casi sintió su corazón salirse de su pecho al escuchar esa voz tan de repente y al mirar a su derecha se dió cuenta de que Nat, el omega pirata, estaba observándole desde el último peldaño de la escalera mientras sostenía una bandeja entre sus manos.

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