El Príncipe NuNew Chawarin estaba a meses de tomar el trono y convertirse en el rey legítimo de Ulsang. Pero primero necesitaba celebrar su anhelada mayoría de edad para que la coronación pudiese llevarse a cabo.
Para su mala suerte, justo a mitad...
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—¡Un brindis por Su Alteza Real, nuestro nuevo grumete!
NuNew rió suavemente al ver a gran parte de la tripulación alzar sus tarros de ron y beber como desquiciados porque, ¿qué más podía hacer? Ni siquiera podía sorprenderse de verlos engullir litros y litros de alcohol tan temprano, pues sabía que los piratas siempre buscaban excusas mínimas para armar celebraciones y emborracharse hasta que cayera el sol.
Era parte de ellos, todo ese jolgorio, después de todo.
—Así que... —James empezó, alzando la voz entre el escándalo de los demás piratas, mientras pasaba un brazo por encima de los hombros de NuNew—. ¿Tú y el Capitán, eh? ¡Mira que guardadito te lo tenías, príncipe!
—¡James! —NuNew gritó, con la voz ligeramente aguda por la sorpresa, mientras sentía las mejillas tan calientes que quemaban.
—¿Qué? ¡El Capitán lo dejó tan claro delante de todos! Así que él y tú... —dijo con tono sugerente, mientras meneaba las cejas de arriba a abajo en una expresión coqueta.
NuNew deseó que la tierra se abriera y lo tragara completo cuando unos cuantos alfas de la tripulación le dieron la misma mirada, como si estuviesen insinuando...
¡Ah, no! ¡Que descarados!
—¡¿Qué estás queriendo insinuar?! ¡El Capitán solo me está cortejando! —exclamó, cubriendo sus mejillas azoradas con la palma de sus manos.
—¿Ah, si? —James tarareó, mientras acercaba su rostro al del omega para verle directo a los ojos—. Pero duermen juntos y todos sabemos que la cama del Capitán siempre se usa para...
Pero la frase de James no fue completada, pues el golpe contundente sobre su nuca lo hizo callar e incluso tropezar un poco por la fuerza ejercida.
—¡Oye, bastardo! —James miró con molestia al doctor Net, quien le devolvía la mirada con desaprobación.
—Cuida tus palabras, Jamessu —reprendió, antes de mirar de reojo al príncipe—. Estabas por decir algo muy fuera de lugar —añadió entre dientes.
James pareció querer quejarse, pero después de un segundo cerró la boca firmemente y se puso un poco pálido.
— Oh...
Si, oh, porque NuNew entendía muy bien lo que James había querido decir. Y la sensación sobre su estómago fue instantánea, mientras su boca se llenaba de un sabor amargo y su corazón dolía. Porque allí estaba esta gente que conocía al Capitán por mucho más tiempo que él, insinuando que había hecho... cosas . Cosas con otros, sobre la cama donde ellos dormían.
NuNew tuvo el impulso de dejar escapar un gruñido, pero se contuvo. Gruñir era de mala educación, los príncipes no gruñían. Aunque NuNew quería hacerlo, mucho, porque estaba celoso de pensar en su alfa estando con otras personas. Uff, le daban ganar de salir, buscar al Capitán y llenarlo con su aroma para que todo el mundo supiera que era suyo, su alfa.
