El Príncipe NuNew Chawarin estaba a meses de tomar el trono y convertirse en el rey legítimo de Ulsang. Pero primero necesitaba celebrar su anhelada mayoría de edad para que la coronación pudiese llevarse a cabo.
Para su mala suerte, justo a mitad...
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—Ten cuidado, no vayas a cortarte.
Al escuchar esa voz, NuNew dejó de pelar la papa que tenía en las manos y alzó la mirada, observando al sonriente alfa que se inclinaba sobre la mesa frente a él para poder mirarle con atención.
El príncipe se encontraba en la cocina del barco, pues se había ofrecido a ayudar a los cocineros con lo que sea que necesitaran y al final ambos alfas lo habían puesto a pelar papas al ver que no sabía nada sobre cocinar.
—Gracias, tendré cuidado, señor Park —respondió, sonriendole amablemente.
—Dime solo Park, si me dices señor me siento un anciano —rió el cocinero, mientras negaba con la cabeza—. Y sé que cuento chistes de abuelo, pero no lo soy, lo juro.
—Deja al príncipe en paz, Park. —El hermano del alfa, Poppy, intervino en la conversación mientras cargaba con una gran caja de zanahorias—. No le prestes atención, chico, el idiota nunca había visto a un omega bonito tan de cerca y ahora se pone aún más idiota cuando te ve.
NuNew sintió que su cara ardía ante el cumplido, pues no estaba acostumbrado a ser catalogado como un «omega bonito» por los alfas.
Él siempre había sido un simple y común beta, nada más.
—Oh... y-yo, uhm...
—¡Deja de decir esas cosas, ya lo pusiste nervioso! —se quejó Park, golpeando la nuca de su hermano con una cuchara de madera.
—¡Solo digo lo que veo, hermano!
NuNew rió bajito al ver cómo los dos hermanos comenzaban a molestarse y a pelear en broma, como si fuesen un par de enormes cachorros juguetones. Sin querer intervenir, regresó a su tarea de pelar papas mientras tarareaba bajito, sintiéndose contento de ser útil en el barco aunque fuese haciendo eso.
La cosa era que, no todos los miembros de la tripulación se sentían contentos de verlo pasearse por el barco con tanta libertad. La mayoría se sentían confundidos por su posición, pues tenía el privilegio de hacer lo que quisiese como cualquier otro miembro del Lady Domundi, pero seguía siendo un prisionero que no tenía la obligación de trabajar como los demás. Y sabía que muchos de los alfas de la tripulación le miraban con molestia por esa razón, como si hubiesen olvidado la simpatía que habían sentido por el príncipe cuando se supo que salvó al Capitán o cuando le ganó el duelo a Tommy, demostrando que sus sentimientos con respecto a la presencia del príncipe eran tan cambiantes como el clima, así que NuNew había procurado mantenerse cerca de los amigos de James para evitar cualquier altercado.
Él podía defenderse solo, claro, pero no iba a confiarse de los piratas.
Continuó pelando y cortando vegetales cuidadosamente, siguiendo las instrucciones que los hermanos cocineros le daban. Aún no sabía cómo las papas, las zanahorias y las coles sabrían bien en una sopa sin ningún tipo de carne o grano, pero no lo cuestionó. Sabía que los suministros del barco ya estaban comenzando a escasear y, según lo que había escuchado de James, pronto tendrían que atracar en un puerto para reabastecerse. Pero para eso faltaba casi una semana y media todavía, así que se las tendrían que apañar nada más con extrañas, suaves e insípidas sopas de vegetales.
