La lluvia torrencial cayó sobre su cabeza con tal fuerza que había provocado que todo su cabello castaño se aplastara contra su frente y le hiciera lucir desaliñado y desastroso. Mientras tanto, las lágrimas que habían caído por sus mejillas se habían mezclado con las frías gotas de lluvia hasta hacerlas desaparecer, como si nunca las hubiese soltado en primer lugar.
El cielo ya no parecía tan oscuro como antes, el viento se había calmado un poco y la marea lentamente había vuelto a ser tranquila.
La tormenta había cesado, pero no el desastre que había dejado atrás.
Las dos perdidas más grandes provocadas por la tormenta habían sido un mástil derribado por un rayo y dos velas completamente rasgadas. Sin embargo, ninguna de esas se comparaba con la tragedia que había alcanzado al Capitán del Lady Domundi, quién había terminado gravemente herido y con el riesgo inminente a morir.
—Hey, ¿estás bien? —La voz gentil de Nat se coló por los oídos del príncipe, interrumpiendo el caos en su mente.
NuNew lo miró de soslayo y asintió sin emitir palabra, antes de regresar su mirada y completa concentración a la puerta del camarote del Capitán Zee Pruk, como si quisiera atravesar la madera y colarse dentro de la habitación dónde estaba siendo atendido por el médico de la tripulación.
—No te preocupes, el Capitán es un alfa muy fuerte, ha salido ileso de cosas peores —aseguró Nat, palmeando con camaradería el hombro de Nunew—. Una vez casi muere por...
—Fue mi culpa —susurró el príncipe con voz lacónica, sus ojos luciendo turbados—, él está así por mi culpa, casi provoqué su muerte...
—Oye, no, no, no. No es su culpa. —Los ojos de Nat le miraron preocupados, pero NuNew seguía sin devolverle la mirada—. Mireme, Su Alteza, ésto no fue su culpa, ¿bien? Las tormentas siempre provocan miles de desastres porque son impredecibles, son los riesgos de vivir en medio del mar.
A pesar de escuchar esas palabras, el Príncipe NuNew no pudo creerle. Porque nadie más que él había visto al Capitán Zee arriesgar su vida para protegerlo, pero también porque él sabía que si el Capitán Zee no lo hubiese empujado, entonces ahora no estaría al borde de la muerte.
NuNew había sido el culpable de las heridas del Capitán, no la tormenta. No había ninguna otra verdad más que esa.
Lo peor del caso es que odiaba sentirse así. ¿Por qué su corazón debía ser tan compasivo y sentir culpa por lo que le sucediera al responsable de su secuestro? ¡No debería sentirse tan mortificado por ese hombre!
—Ven, vamos, será mejor que pienses en otra cosa —Nat dijo, jalando a NuNew del brazo para llevarlo consigo.
NuNew puso resistencia y apartó la mano sin quitar su mirada de la puerta del camarote. No sabía por qué pero sentía la necesidad de quedarse allí parado hasta que tuviese noticias del Capitán.
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through the sea | zeenunew
FanfictionEl Príncipe NuNew Chawarin estaba a meses de tomar el trono y convertirse en el rey legítimo de Ulsang. Pero primero necesitaba celebrar su anhelada mayoría de edad para que la coronación pudiese llevarse a cabo. Para su mala suerte, justo a mitad...