El Príncipe NuNew Chawarin estaba a meses de tomar el trono y convertirse en el rey legítimo de Ulsang. Pero primero necesitaba celebrar su anhelada mayoría de edad para que la coronación pudiese llevarse a cabo.
Para su mala suerte, justo a mitad...
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«En la guerra no se respetan reglas, Su Alteza, no hay nada artístico en sobrevivir»
Aquello era lo que su maestro de esgrima, Sir Khorn, le dijo una vez. Aunque, claro, NuNew no lo comprendió en su momento, cegado por la inocencia de sus juveniles ojos que jamás habían presenciado una batalla real. Para él, las guerras eran tan épicas como sonaban en la boca de los bardos y los cuenteros que las contaban al mundo, llenas de heroísmo y valentía.
Todo lo que él sabía sobre la guerra, era que los héroes siempre ganaban al clavar sus espadas en el enemigo. Sin embargo, luego de crecer y convertirse en un verdadero Heredero, comprendió que obtener una victoria sobre el enemigo no era tan fácil como en las leyendas y poesías, pues manejar una espada no era solo sobre blandir y apuñalar, también habían técnicas y reglas detrás.
Así que se aseguró de aprenderlas todas, respetando el arte, la disciplina y la responsabilidad que conllevaba portar una espada, sin embargo...
—¡Su Alteza!
NuNew soltó un jadeo ahogado cuando el filo de una espada adversaria rozó su mejilla, quedándose enormemente conmocionado, pues apenas había logrado esquivar el ataque en medio de la confusión y la adrenalina.
Ni siquiera le había dado tiempo de pensar en una estrategia.
Con la respiración acelerada y los gritos preocupados de James y Jimmy a su espalda, NuNew plantó sus pies firmemente en el suelo y puso toda su concentración en el marinero que tenía delante, el cual parecía bastante dispuesto a cortarle de tajo alguna extremidad.
NuNew nunca pensó que asaltar ese barco mercante fuese a resultar tan peligroso.
De hecho, todo lo contrario, pensó que sería demasiado fácil y que los tripulantes iban a rendirse sin más, ¿quién iba a saber que los marineros y mercantes eran tan tenaces y buenos peleando?
NuNew se arrepentía un poco de haberlos subestimado.
Pero estaba dispuesto a ganar.
El marinero le gruñó fuerte y grave, sacándolo de su desordenada divagación, y mirándole con ojos brillando en rojo vivo para intimidarlo. En respuesta, NuNew apretó los dientes y lanzó un ataque directo contra su costado, pero el hombre lo bloqueó a tiempo y con fuerza, provocando que los delgados brazos de NuNew dolieran por el impacto de sus espadas al chocar.
Se movió rápidamente, prediciendo el ataque inmediato del marinero luego de haberlo bloqueado, aunque muy apenas había podido detener la afilada hoja de la espada que amenazó con clavarse bajo una de sus costillas, demostrando que su nerviosismo y sus dudas estaban volviéndolo un objetivo fácil.
La amargura le subió por la garganta, sintiéndose frustrado al darse cuenta de que ni los mejores maestros esgrimistas del reino lo habían preparado para esto, para la presión de una batalla real de vida o muerte.
