Capítulo 9

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POV BRIGHT

Hice todo lo que pude para controlarme y salir de esa habitación. Si no fuera porque el señor Metawin estaba a fuera dándole golpes a la puerta, estaría probablemente jodiendo a su hijo toda la noche.

Me di cuenta del error que estaba a punto de cometer. El objetivo de este secuestro no era follar con su hijo, con un adolescente, él tenía 17 y yo 30. Nunca me relacioné con gente más joven que yo, siempre me han gustado mujeres de mi edad o un poco mayores que yo. Esta vez era un chico, y para rematar un menor de edad.

-Señor, se encuentra usted bien? Tiene la cara pálida

Miré a Rafael horrorizado y preocupado.

-Qué hace ese aquí a estas horas- salí corriendo hacia la puerta, él siguiéndome detrás y Pol esperándonos en la entrada con mucha preocupación.

-Bright, hijo qué es este revuelo? Hay alguien en la puerta gritando tú nombre y el de otra persona.

Miré mi reloj. Eran las 00.

Aún así le dejé entrar.

-TÚ MALDITO HIJO DE PUTA, CÓMO PUDISTE HACERLE ESO A MI HIJO? ES SÓLO UN NIÑO.

Yo traté de calmar mi enfado, no quería que Pol supiera nada, pero desgraciadamente no tenía mas remedio que soportarlo y dejar que así sea.

-Y TÚ CÓMO PUDISTE MATAR A TÚ MEJOR AMIGO Y QUEDARTE CON SU EMPRESA?-le grité mientras le empujaba  contra la pared agarrándole fuertemente del cuello. Quería matarlo allí mismo, acabar con esta mierda ahora. Si lo matara ahora, nadie se enteraría de nada, pero algo me decía que no debía hacerlo.

-No compares un hijo con un amigo. Los amigos no duran para toda la vida. Tienes 30 años o 10? Madura hombre

La manera en la que lo dijo, fue tan fría y sin ni un poco de remordimiento por lo que le hizo a mi padre. Sin darme cuenta mis lágrimas empezaron a caer por mis mejillas. No quería mostrarme débil ante él, pero cómo evitar llorar? Mi padre fue asesinado por la persona en la que más confiaba.

-Señor Metawin, usted sabe que podemos denunciar su aparición aquí de la nada a estas horas de la noche. Si no se va inmediatamente, llamaré a la policía- dijo Rafael.

-Aparición de la nada? Vengo aquí POR MI HIJO- gritó.

-tienes pruebas de que lo tenemos aquí?

No dijo nada. Sabía que no podía decir nada. Tenía la oportunidad de ir a comisaría y mostrarle las fotos que le estuve enviando toda la semana. Pero no era capaz. Sabéis por qué? Porque tenía pruebas de que él mató a mi padre. Aunque en verdad no era una prueba que lo confirmara al 100%, así que decidí callar y hacerle creer que tenía una prueba irrefutable, y ha funcionado totalmente. Ahora os preguntaréis por qué no le denuncié y la respuesta era clara. No me gustaba la justicia de este sistema. No era justo que los asesinos entraran a la cárcel durante unos años, y que encima allí dentro les proporcionaban muchos lujos como los de comer bien, ir al gym, tener sexo los fines de semana. Qué tipo de justicia era esa? No lo permitiría, no permitiré que el asesino de mi padre entrara allí.

Quería hacerlo sufrir en la vida real. De verdad.

-Largo de mi casa- dije con un ligero tono de voz. Era ligero pero determinante, el cual hizo que el pobre Pol se sobresaltara.

-Me iré, pero esto no quedará aquí. Te piensas que tienes todo controlado, pero estás muy equivocado.

No hice caso a su amenaza. Sabía que era un perro cobarde, que estaba metido en cosas ilegales y sólo decía cosas por decir para meter miedo. En realidad, no era capaz de hacer nada, era un idiota.

Síndrome de Estocolmo [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora