Capítulo 2

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POV BRIGHT

-A ver Rafael, qué mierdas está pasando allí dentro? Déjame entrar joder- le digo desde fuera ya que la puerta estaba cerrada y mi secretario se empeñaba en no dejarme entrar aún.

-Espere, creo que debería venir después, el señor Metawin no está-

-ABRE LA JODIDA PUERTA RAFAEL O TE DESPIDO HOY MISMO.

Ahora si vi como se abría la puerta. Rafael estaba en la esquina de la puerta mirando sin apartar la mirada de enfrente. Entré para ver qué es lo que le tenía tan preocupado.

Y allí estaba. Era el hijo de mi enemigo. Era la primera vez que lo veía. Tenía la piel blanca, muy blanca, parecía de porcelana. Tenía el pelo castaño y liso echado para adelante con ese flequillo estilizado y arreglado que le cubría la frente. Me fijé en sus ojos. No eran ni grandes ni pequeños. Su nariz era pequeña y tenía los labios gruesos y carnosos.

-Jefe?

La voz de Rafael me hizo volver a la realidad y olvidar el escáner que le acabo de hacer a ese crío que me miraba con mirada desafiante sin miedo. Sonreí porque me estaba gustando esto. No tiene idea de lo que le espera.

Me acerqué a él y hice un gesto con la mano para decir a mis chicos que se apartaran de mi camino. Me agaché para cogerle del pelo y hacer que me mire en la cara.

-Así que tú eres su hijo ehhh

-Quién eres tú?

-Tú mayor pesadilla

Noté como se ponía tenso pero fingía ser fuerte y seguir mostrándome ese mirada desafiante.

-Diré tres cosas y espero que te queden claras en esa cabecita tuya.

No dijo nada así que yo agarré más fuerte de su pelo.

-Entendido?

Seguía sin responder

-Entendido o no?- apreté más hasta sacarle un ligero quejido por lo que acabó asintiendo.

-Bien, buen chico- le sonreí.

-Primero que todo ahora me perteneces por lo que no harás nada sin mi consentimiento. Segundo no tienes permitido salir de esta casa, si sales de aquí mataré a todos tus amigos y a tú familia recuérdalo muy bien porque soy muy capaz de hacerlo. Y tercero y por último tienes prohibido hablar con gente con la que te relacionabas antes, sólo hablarás conmigo y personas bajo mi cargo.

Esperé a que dijera algo pero sólo sonrió de lado y eso me descolocó totalmente. No se supone que debería sonreír. Debería sentir miedo.

-Si no cumplo con tus condiciones supongo que tus matones lameculos me torturaran hasta morir, verdad? Crees que eso me asusta? No me importa nada de lo que dices, todo lo que acabas de decir es mierda. Vete a mandarle a otra persona, a mi no.

Me quedé mirándole fijamente para ver cómo todos en la sala no hicieron ningún ruido. Sólo pude ver cómo Rafael se mordía los labios nervioso, sabía que él se estaba sintiendo mal por el crío y que se sentía mal por colaborar en esto pero yo bien sabía que el tenía una familia a la que alimentar y que no le quedaba más remedio que aceptar y obedecer.

Le di una bofetada y le agarré otra vez del pelo.

-Dices que no tienes miedo? Parece que no me conoces bien y no tienes idea de lo que soy capaz de hacer. Pero no te preocupes, te daré una semana de prueba y verás como si sentirás miedo y pedirás perdón por todo lo que acabas de decir ahora.

Le solté y me levanté de mi sitio. Di una señal a los 3 para que se acercaran mientras encendía un cigarrillo. Exhalé el humo para quitar un poco el enfado que tenía.

-Los 4 lo vigilaréis durante toda la semana, no se le está permitido comer nada. Sólo le daréis agua cuando él lo pida pero nada más. En cuanto al método de tortura que utilizaréis serán los latigazos. 50 latigazos por día. Eso es todo.

-Espera jefe, es un niño, sólo tiene 17 años- dice Rafael acercándose a nosotros.

-Rafael cállate, no te metas.

-Jefe podemos divertirnos con él? Usted sabe que con tanto trabajo no tenemos tiempo de encontrarnos con mujeres y estamos un poco necesitados - dice Tharn mientras miraba a Boun que le sonría pícaro.

Me giré para verle mirándonos serio pero con ligero miedo en sus ojos. Odiaba la violación, siempre la aborrecí, mis padres siempre me educaron a que él sexo tenía que ser consentido. Pero en estos momentos, después de haber perdido a toda mi familia y no tener a nadie ya no me importaba nada ni nadie.

-Hacer lo que queráis- les digo mientras voy saliendo hacia la puerta pero Rafael se interpone en mi camino para arrodillarse y suplicarme.

-Por favor señor Bright no deje que lo violen, por favor, no le haga eso a un niño de 17 años. Le destrozará su vida.

Esa idea me encantó porque ese era precisamente mi objetivo. Arruinarles la vida a los Metawin.

-Rafael levántate de allí.

-Por favor, haré lo que sea, tan sólo quiero que me cumple este único favor, que no le toquen sexualmente, por favor-seguía suplicando.

-Lo que sea? Qué harás Rafael? Estás dispuesto a que te rebaje el sueldo a la mitad?- le pregunto divertido.

Me miró con los ojos a punto de llorar pero asintió.

-Idiota, no sirves para nada- Lo aparto de una patada y salgo de ese sitio para ir al balcón y fumar tranquilamente.

POV WIN

Después de que ese señor mandón saliera de la sala, el señor que se llamaba Rafael  se levantó del suelo y me sonrió. Le agradecí con la mirada. No olvidaré nunca el sacrificio que ha hecho para evitar que me violen.

-Jodido mojigato de mierda- le escupe el que tenía pinta de nerd.

Rafael no les hizo caso y salió de allí.

Yo me quedé sólo con esos matones. Estaba cagado del miedo. Me iban a dejar sin comer y me iban a pegar latigazos.

-Por dónde empezamos a ver- dijo el rubio caminando hacia mi con una sonrisa.

-Por el látigo evidentemente Boun

-Vale, Zee tráeme el látigo que está en ese cajón- le dijo el que se llamaba Boun.- Tharn tú levántalo y siéntalo en la silla sin desatar sus manos y Chen tú grábalo todo porque ahora empieza la fiesta le decía mientras Boun y el que se llamaba Zee se miraban sonrientes con el látigo en la mano.

Síndrome de Estocolmo [SIN EDITAR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora