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La mañana había vuelto, y con la rara peculiaridad de ser una mañana fría y algo nublada; pero eso no impedirá la importante visita de esa tarde.
Mictia y Natalan habían terminado agotados de tanta limpieza, por lo que aún dormían cómodamente en su cama.
—¡Buenos días mi precioso y bello esposo!— Saludo Duxo.
—¿Buenos días?— Respondió somnoliento. No era tan normal escuchar que la palabra "esposo" saliera de su boca.—¿Preparaste el desayuno?—
—Así es, y este es solo para ti.— Le dijo para entregarle su desayuno favorito.—Come antes de que se enfríe, guapo.— Y con eso le dió un beso en la mejilla.
—¿A qué se debe tanta muestra de cariño..? ¿Rompiste algo? Sabes que me da igual.—
Duxo soltó una ligera carcajada mientras se acomodaba en la mesa.
—No es nada, solo extrañaba esta clase de días.— Hablo nostálgico.—Puede que el cielo se vea triste, pero eso no me impide darte un delicioso desayuno antes de volver al trabajo.—
Aquino intento darle una sonrisa, pero aún era incómodo el intentarlo. Solamente se dispuso a comer y observar por la ventana como pequeñas gotas abrían una ligera lluvia.
—Espero los chicos puedan llegar sin problemas.— Dijo Aquino.
—Quiero pensar que si, aunque creo que la carne asada de Estailus en el patio se cancela.—
—Lástima. Realmente no tenia tantas ganas.—
Hubo un corto silencio, no incómodo, pero si tensó. Tal vez era por que esa fue una de las mañanas más tranquilas que habían tenido en meses.
No hubo lagrimas, ni comida en la basura, ni regaños, ni gritos, ni nada que les impidiera darse un beso en la mejilla.
Normal, como querían que así fueran sus días desde ese momento hasta adelante.
—Sabes que te amo ¿verdad, Aquino?— Pregunto Duxo abruptamente.
Aquino lo miro desconcertado por un par de segundos.
—Duxo ¿estas bien?—
—Solo respóndeme.— Interrumpió.
—Bueno... en ese caso si, lo se. Yo también lo hago.—
Duxo se levantó de la mesa y se acercó a Aquino, sentándose aun lado de él.
Rápidamente se aproximo a el y se acerco para darle un beso. Corto pero tierno y lo suficiente para sentirse bien.
En cuanto separo sus rostro, envolvió su cuerpo en el de Aquino dandole un fuerte abrazo.—Duxo.— Susurro.—¿Enserio estas bien?—
—Si, estoy muy bien.— Respondió mientras ocultaba su rostro en su cuello.
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❉HERIDΛ ΛBIERTΛ
Fiksi PenggemarDespués del fallecimiento de uno de sus hijos, Aquino, Duxo y sus dos pequeños, deciden empezar de cero en un nuevo hogar. Pero perder un hijo no es cualquier cosa, y Aquino estaba intentando sobrevivir con el dolor encima, descuidando su matrimonio...