Hace dos días, Aquino y Duxo dudaban de la posibilidad de seguir estando juntos. Pero ahora, sin ninguna duda, dormían con tranquilidad a la par de sus cuerpos desnudos.
Si hubieran sido tiempos distintos, se hubieran quedado acostados toda la tarde hasta que el hambre los molestara.
Pero no, tienen 40 años y el hambre ya los estaba matando.
—Buenos días.— Saludo Duxo mientras desenvolvía sus brazos del cuerpo de Aquino.—¿Cómo amaneciste?—
—Bien... adolorido.— Quejo.
Duxo rió, había extrañado escuchar eso.
—Lo siento, intente ser lo más romántico posible.—
—Olvidemos el tema... ahora solo pienso en recoger a los niños y comida.— Dijo mientras volvía a envolverse entre las sabanas.
—Si quieres vamos por ellos y salimos a comer.—
—Aún es muy temprano, mi mamá no se a levantado...—
—Bueno tienes razón, si es que acaso las 12:00 significa que es temprano.—
Aquino dio un brinco y miro el reloj.
—¡Mierda!— Rápidamente se levantó y rebuscó entre sus cajones el primer cambio de ropa que encontrara.—¡Mictia y Natalan me van a odiar!—
—¿Y si nos bañamos juntos? Digo, para terminar más rápido.— Propuso.
Aquino se limitó a rodar los ojos.
—¡Apúrate entonces!—
Mictia y Natalan estaban despiertos desde las 7:00 de la mañana, horario escolar. El problema es ¡que ni siquiera fueron a la escuela! En cambio, limpiaban la sala de su abuela ya que esta se los pidió "amablemente".
Les disgustaba tanto la idea de que a pesar de ser pequeños, su abuela no dudaba en corregirles y regañarles de la manera tan floja en la que movían la escoba.
—Si me voy a morir, mínimo quiero morirme sabiendo que les enseñe algo.—
Natalan no tenía idea de cuantas veces llevaba repitiendo esa frase.
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❉HERIDΛ ΛBIERTΛ
FanfictionDespués del fallecimiento de uno de sus hijos, Aquino, Duxo y sus dos pequeños, deciden empezar de cero en un nuevo hogar. Pero perder un hijo no es cualquier cosa, y Aquino estaba intentando sobrevivir con el dolor encima, descuidando su matrimonio...