Tras la muerte de su esposa y el cúmulo de trabajo. Yoongi debe buscar alguien que le ayude con su hijo pequeño. En su búsqueda, se encuentra con Jungkook, un chico joven desempleado con un serio problema para socializar.
Ambos tendrán malos entend...
La realización de aquel hecho tan desconcertante lo hizo sobre pensar los siguientes días.
Siendo un adolescente, o cuando entró a la universidad, nunca, tuvo especial interés en los hombres. Probablemente, porque desde que conoció a Ji-ah no pensaba en nadie más. E incluso antes de conocerla, su interés tan poco fue muy grande o experimental.
Nunca se cuestionó, pero es que tampoco lo pensó.
Sin embargo, ahora, el sentimiento era igual. Yoongi sintió por Jungkook lo mismo que con Ji-ah. Sintió lo mismo al ver los ojos de Jungkook ilusionado y agradecido, a pesar de sus pocas expresiones faciales.
—¡Mierda!—Se queja al haberse cortado el dedo con el cuchillo al cortar fruta para su madre.
—Eres un inútil Min Yoongi. Trae ese cuchillo, mamá cortará por ti esa fruta. Tú ve a sacar las bebidas.
A empujones lo hecha y entonces su padre le extiende una venda para que cubra el corte.
Ambos no se hablan a penas por el enfrentamiento que tienen desde que Yoongi se casó con su difunta esposa.
—¿Pupa Appa?—Dakho señala el dedo con sangre de su padre con un mohín que es precedente al llanto.
—No bebé, appa está bien. No duele.—Dice Yoongi y pone la venda de animalitos cubriendo su dedo.
Yoongi ha ido a la comida que su madre ha hecho por el cumpleaños de su esposo, quién ha pedido ver a su nieto, y como consecuencia, también tendrá que ver a su hijo.
Dakho, contrario a Yoongi, se lleva muy bien con su abuelo. Y es su consentido a niveles increíbles.
—¿Qué tal el nuevo trabajo? Tú madre me ha dicho...—Dice el señor mientras Dakho da pasos torpes hasta él para pedir que lo sostenga. El señor toma al infante en brazos mientras espera la respuesta de Yoongi.
—Bien. —Dice seco pero enseguida se autoregaña por ser tan rencoroso. —La verdad es que estoy muy bien. El equipo me ha acogido muy bien, el horario es bueno porque me permite pasar más tiempo con Dakho, y el sueldo es bueno.
—¿Y el cargo? ¿O nuevamente estas sobre cualificado nuevamente?
—Cariño, no empieces.—Dice la madre de Yoongi.
—Esta vez estoy en un cargo adecuado.
El padre asiente y se pone a dedicarle su tiempo a su nieto.
—He decidido, seguir adelante. En mi vida personal, me refiero.—Se aclara la garganta.—Todo el mundo me lo repite, incluso yo mismo. Tal vez, pueda encontrar a alguien con quién compartir mi vida...incluso se lo dije a Ji-ah la última vez que fui a verla en cementerio. Aunque una parte de mí, dice que es demasiado pronto. Otra, en cambio, piensa que en realidad...es hora. Ya que el duelo, ambos lo vivimos en la relación.
A su padre se le iluminan los ojos.
—Eso es hijo, hay que ver hacía adelante. Encontrar a una buena mujer...una buena madre para Dakho.
—Eso es muy bueno hijo. Me alegra.—Dice su madre.—¿Y ya has conocido a alguien o solo es que te acabas de dar cuenta?
—Mmm...no. Solo creo que era el momento.—Dice sin más.
El resto de la tarde es agradable, y su padre cambia de semblante completamente con Yoongi. Tanto así, que cuando ya es tarde y se tienen que ir, insiste a su hijo para que se queden.
Pero no sucede.
Y al llegar, Yoongi ve a Jungkook y Seokjin haciendo el reciclaje.
—Buenas...
—Buenas tardes, casi noches.—Dice Seokjin.—Hola Dakho.
El niño agita sus manitas.
Y Jungkook saca la cabeza detrás de su Hyung para saludar a Yoongi, y ponerse frente suya para mostrar el hoodie que lleva puesto y alzar ambos pulgares.
—Me queda muy bien. Gracias Hyung.—Dice Jungkook dándose una vuelta al frente de Yoongi.
Yoongi enseguida se entusiasma, lo mira con estima (o algo más que estima, todavía se está auto engañando)
—Ya veo.
—Gracias por ello, lo has hecho muy feliz.—Dice Seokjin sonriendo.
Pero hace que un regustillo amargo se asiente en la boca de Yoongi. Es como si aún Jungkook, estuviera bajo el ala protectora del mayor. Como si le perteneciera (aunque ese es un pensamiento absurdo y algo posesivo) pero lo siente así.
—No tienes porque agradecerme tú, Seokjin-ssi.
El alto frunce el ceño y finge no haberse sentido desconcertado.
—Luego te escribo para confirmarte a que hora vienes mañana a cuidar a Dakho, Jungkookie.
—Estaré atento Yoongi Hyung. —Dice y se despide mientras sigue reciclando detrás de Seokjin.
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