Capítulo 5

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Amy

Llegué a mi salón algo retardada, pero entré en silencio y me senté.

-Llegas tarde Backster- bromeó Nicolas.

-Cállate Nicolas, no necesito de tu muy sabia opinión- dije en un tono de voz mínimo.

-Bueno, solo dije lo que veía.

-Que gracioso eres- dije riendo sarcásticamente -déjame prestar atención.

Se quedó al fin callado y pude comprender la clase. El Sr. Parker había dado una de las asignaciones semi-finales. Debíamos escribir una canción de tema libre con un compañero, pero no cualquier compañero, sino él que estuviese sentado a nuestro lado, y luego la final sería: la mejor canción obtendría una oportunidad de grabar un vídeo para ser llevado a un prestigioso estudio de grabación. Pero, ¡Demonios!, exclamé en mi cabeza. ¿Qué le hice al universo para que me mandara esa mala suerte?. Ya era suficiente aguantar a Nicolas en clases, ahora también debía hacerlo fuera de la Academia, esto no podría ser peor. Salí un poco enojada del salón dispuesta a irme, pero debía hablar con Nicolas sobre la canción. Lo alcancé mas adelante en el pasillo y lo detuve un momento.

-Oye, podrás ser una piedra en mi zapato, pero por el bien de mi puntuación final, debo hacer el trabajo contigo desgraciadamente, necesitamos ponernos en marcha con la canción.

-Tienes razón Backster, te invito mañana al estanque que está cerca de una cafetería- respondió.

-Sé donde está, vivo a una cuadra de allí. ¿A las 5pm te parece bien?- pregunté.

-Sí, está bien.

-Bueno entonces será hasta mañana Nicolas- dije a punto de marcharme.

-Hasta entonces Backster.

Debo confesar algo: me gustaba cuando me llamaba por mi apellido con aquella voz grave. No sé, pero el estereotipo de "enamorarse es para tontos" comenzaba a desaparecer, sin embargo me negaba a sentir algo por él. Llegué a casa, y ahí me estaban esperando Ben y Keitlyn, con quienes iría de compras ese día.

-Al fin llegas- dijo Ben.

-Si muy gracioso- reí.

-¿Ya podemos irnos?- dijo Keitlyn

-¡Déjenme respirar! Dios- dije mientras subía a dejar las cosas en mi habitación. Mi padre estaba con Jake en el patio construyendo una casita del árbol. Me alegraba que Jake sonriera luego de la tragedia con mamá y la bebé. Me lavé la cara, y volví a bajar para irnos. Dimos varias vueltas en el centro comercial comprando todo lo bonito que veíamos. Luego fuimos por una hamburguesa y helado, y la parada final, nuestro adorado estanque en el que habíamos creado recuerdos inolvidables. Nos sentamos en la orilla, esa noche habría una lluvia de estrellas y quisimos verla desde allí. Mientras esperábamos a que comenzara, pude oír a lo lejos un chico cantando con una guitarra. Me dio algo de curiosidad, así que me levanté a ver de donde provenía ese hermoso canto. Me acerqué un poco a un viejo banco cerca del estanque, y me escondí tras un árbol a observar quién era aquel chico que con solo oírlo sentía que me llevaba a las nubes. Lo miré por un rato, pero hice algo de ruido, y aquel chico dejó de cantar y enseguida reconocí la voz cuando habló.

-Sal de tu escondite Backster.

-¿Nicolas?- pregunté sorprendida.

-Yo mismo soy- dijo dándose la vuelta y mirándome con aquellos ojos azules llenos de expectativas -¿Qué hacías Backster?- preguntó.

-Nada solo, trataba de descifrar de donde venía esa voz, pero bueno ya veo que eres tu- dije avergonzada.

-Bueno, ya descubriste el secreto detective.

-Que gracioso-reí.

-Vaya- dijo Nicolas sorprendido.

-¿Qué sucede?- pregunté confundida.

-No hay sarcasmos ni insultos, es un nuevo récord.

-Creo que ya uno no puede ser serio- dije.

-Bueno, ahí volvió la chica carismática- dijo sonriendo. Me invitó a que me sentase con él a su lado. Los chicos debían estar preocupados sin saber donde estoy, pero es cuestión de dejar un mensaje y ya está. Comenzó la lluvia de estrellas mientras aún estaba con Nicolas. Estuvimos en silencio unos minutos, y un suspiro de Nicolas rompió esa tranquilidad.

-Venía aquí desde que era niño- comenzó a decir -Mi mamá me trajo aquí y me enseñaba a cantar mientras mi padre tocaba la guitarra. Crecí viniendo todos los días a este estanque con mis padres. Pero un día, solamente me quedaba venir con mi papá.

-¿Qué sucedió con tu madre?- pregunté.

-Ella, murió hace 3 años, cuando yo solo tenía 15. Le dió cáncer, y de la noche a la mañana solo empeoró, hasta que un día dejó de respirar... Se hizo otro silencio, y vi como una lágrima caía por la mejilla de aquel chico rudo y arrogante, en ese momento solo se veía un chico triste con el mismo dolor que el mío.

Aquel silencio pareció eterno, pero se limpió el rostro y continuó hablando.

-Fué justo aquí donde me dió sus últimas palabras antes de ir a parar al hospital y morir allá. Recuerdo que me tomó de la mano y me sentó en sus piernas y me dijo esto: "Recuerda quien eres y lo que puedes hacer, quizás no esté para ti de ahora en adelante, pero una canción mía siempre irá contigo, y cuando te sientas solo o frustrado, solo canta y sabrás que estaré cerca de ti".

-Eso es muy bonito Nick, lamento lo que pasó con tu madre- dije tratando de consolarlo.

-Gracias Backster, por eso te animaba el otro día, así lo hizo alguien por mi una vez.

Sonreí. Por primera vez me sentí comprendida y segura luego de que mamá muriera. Y ahí entendí algo: Quizás juzgamos mal a veces, pero es porque no conocemos bien a las personas. Acabada la lluvia de estrellas Nicolas se levantó de la banca y me dió la mano para levantarme a mi, quedé de pie frente a él, era tan alto que se me dificultaba un poco verlo, se despidió de mi estrechando mi mano, y quedamos en vernos al otro día para comenzar a escribir la canción. Me fuí al lugar en donde estaba Keitlyn y Ben, ya habían recogido todo y estaban a punto de irse, así que los acompañé hasta llegar a casa. Esa noche, aquella conversación con Nicolas me dejaba pensando, compartíamos un mismo sentimiento y yo no lo sabía, ¿Lo habría compartido con alguien más? me preguntaba repetidamente en mi cabeza. Estaba a punto de dormirme cuando mi teléfono sonó, y cuando lo tomé, era una mensaje de Nicolas.

-"Solo a ti Backster, Solo a ti".

Ese mensaje respondió mi pregunta, y solo pude pensar en que fue abierto con su dolor hacia a mi, pero ¿Así nada más?, fue tan sincero conmigo, y yo era tan odiosa con él, sin embargo me gustaba serlo, como me gustaba cuando era sarcástico. ¿Me estaría enamorando? ¿¡Qué estaba pasando conmigo!?, peguntas que no tenían respuesta, y pensar que yo decía que no podía enamorarme porque era de tontos, y que más da, fuí una tonta que cayó en una trampa, a la cuál no le veía ninguna salida.

Verano de RecuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora