Amy
Llegué a mi salón algo retardada, pero entré en silencio y me senté.
-Llegas tarde Backster- bromeó Nicolas.
-Cállate Nicolas, no necesito de tu muy sabia opinión- dije en un tono de voz mínimo.
-Bueno, solo dije lo que veía.
-Que gracioso eres- dije riendo sarcásticamente -déjame prestar atención.
Se quedó al fin callado y pude comprender la clase. El Sr. Parker había dado una de las asignaciones semi-finales. Debíamos escribir una canción de tema libre con un compañero, pero no cualquier compañero, sino él que estuviese sentado a nuestro lado, y luego la final sería: la mejor canción obtendría una oportunidad de grabar un vídeo para ser llevado a un prestigioso estudio de grabación. Pero, ¡Demonios!, exclamé en mi cabeza. ¿Qué le hice al universo para que me mandara esa mala suerte?. Ya era suficiente aguantar a Nicolas en clases, ahora también debía hacerlo fuera de la Academia, esto no podría ser peor. Salí un poco enojada del salón dispuesta a irme, pero debía hablar con Nicolas sobre la canción. Lo alcancé mas adelante en el pasillo y lo detuve un momento.
-Oye, podrás ser una piedra en mi zapato, pero por el bien de mi puntuación final, debo hacer el trabajo contigo desgraciadamente, necesitamos ponernos en marcha con la canción.
-Tienes razón Backster, te invito mañana al estanque que está cerca de una cafetería- respondió.
-Sé donde está, vivo a una cuadra de allí. ¿A las 5pm te parece bien?- pregunté.
-Sí, está bien.
-Bueno entonces será hasta mañana Nicolas- dije a punto de marcharme.
-Hasta entonces Backster.
Debo confesar algo: me gustaba cuando me llamaba por mi apellido con aquella voz grave. No sé, pero el estereotipo de "enamorarse es para tontos" comenzaba a desaparecer, sin embargo me negaba a sentir algo por él. Llegué a casa, y ahí me estaban esperando Ben y Keitlyn, con quienes iría de compras ese día.
-Al fin llegas- dijo Ben.
-Si muy gracioso- reí.
-¿Ya podemos irnos?- dijo Keitlyn
-¡Déjenme respirar! Dios- dije mientras subía a dejar las cosas en mi habitación. Mi padre estaba con Jake en el patio construyendo una casita del árbol. Me alegraba que Jake sonriera luego de la tragedia con mamá y la bebé. Me lavé la cara, y volví a bajar para irnos. Dimos varias vueltas en el centro comercial comprando todo lo bonito que veíamos. Luego fuimos por una hamburguesa y helado, y la parada final, nuestro adorado estanque en el que habíamos creado recuerdos inolvidables. Nos sentamos en la orilla, esa noche habría una lluvia de estrellas y quisimos verla desde allí. Mientras esperábamos a que comenzara, pude oír a lo lejos un chico cantando con una guitarra. Me dio algo de curiosidad, así que me levanté a ver de donde provenía ese hermoso canto. Me acerqué un poco a un viejo banco cerca del estanque, y me escondí tras un árbol a observar quién era aquel chico que con solo oírlo sentía que me llevaba a las nubes. Lo miré por un rato, pero hice algo de ruido, y aquel chico dejó de cantar y enseguida reconocí la voz cuando habló.
-Sal de tu escondite Backster.
-¿Nicolas?- pregunté sorprendida.
-Yo mismo soy- dijo dándose la vuelta y mirándome con aquellos ojos azules llenos de expectativas -¿Qué hacías Backster?- preguntó.
-Nada solo, trataba de descifrar de donde venía esa voz, pero bueno ya veo que eres tu- dije avergonzada.
-Bueno, ya descubriste el secreto detective.
-Que gracioso-reí.
-Vaya- dijo Nicolas sorprendido.
-¿Qué sucede?- pregunté confundida.
-No hay sarcasmos ni insultos, es un nuevo récord.
-Creo que ya uno no puede ser serio- dije.
-Bueno, ahí volvió la chica carismática- dijo sonriendo. Me invitó a que me sentase con él a su lado. Los chicos debían estar preocupados sin saber donde estoy, pero es cuestión de dejar un mensaje y ya está. Comenzó la lluvia de estrellas mientras aún estaba con Nicolas. Estuvimos en silencio unos minutos, y un suspiro de Nicolas rompió esa tranquilidad.
-Venía aquí desde que era niño- comenzó a decir -Mi mamá me trajo aquí y me enseñaba a cantar mientras mi padre tocaba la guitarra. Crecí viniendo todos los días a este estanque con mis padres. Pero un día, solamente me quedaba venir con mi papá.
-¿Qué sucedió con tu madre?- pregunté.
-Ella, murió hace 3 años, cuando yo solo tenía 15. Le dió cáncer, y de la noche a la mañana solo empeoró, hasta que un día dejó de respirar... Se hizo otro silencio, y vi como una lágrima caía por la mejilla de aquel chico rudo y arrogante, en ese momento solo se veía un chico triste con el mismo dolor que el mío.
Aquel silencio pareció eterno, pero se limpió el rostro y continuó hablando.
-Fué justo aquí donde me dió sus últimas palabras antes de ir a parar al hospital y morir allá. Recuerdo que me tomó de la mano y me sentó en sus piernas y me dijo esto: "Recuerda quien eres y lo que puedes hacer, quizás no esté para ti de ahora en adelante, pero una canción mía siempre irá contigo, y cuando te sientas solo o frustrado, solo canta y sabrás que estaré cerca de ti".
-Eso es muy bonito Nick, lamento lo que pasó con tu madre- dije tratando de consolarlo.
-Gracias Backster, por eso te animaba el otro día, así lo hizo alguien por mi una vez.
Sonreí. Por primera vez me sentí comprendida y segura luego de que mamá muriera. Y ahí entendí algo: Quizás juzgamos mal a veces, pero es porque no conocemos bien a las personas. Acabada la lluvia de estrellas Nicolas se levantó de la banca y me dió la mano para levantarme a mi, quedé de pie frente a él, era tan alto que se me dificultaba un poco verlo, se despidió de mi estrechando mi mano, y quedamos en vernos al otro día para comenzar a escribir la canción. Me fuí al lugar en donde estaba Keitlyn y Ben, ya habían recogido todo y estaban a punto de irse, así que los acompañé hasta llegar a casa. Esa noche, aquella conversación con Nicolas me dejaba pensando, compartíamos un mismo sentimiento y yo no lo sabía, ¿Lo habría compartido con alguien más? me preguntaba repetidamente en mi cabeza. Estaba a punto de dormirme cuando mi teléfono sonó, y cuando lo tomé, era una mensaje de Nicolas.
-"Solo a ti Backster, Solo a ti".
Ese mensaje respondió mi pregunta, y solo pude pensar en que fue abierto con su dolor hacia a mi, pero ¿Así nada más?, fue tan sincero conmigo, y yo era tan odiosa con él, sin embargo me gustaba serlo, como me gustaba cuando era sarcástico. ¿Me estaría enamorando? ¿¡Qué estaba pasando conmigo!?, peguntas que no tenían respuesta, y pensar que yo decía que no podía enamorarme porque era de tontos, y que más da, fuí una tonta que cayó en una trampa, a la cuál no le veía ninguna salida.
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Verano de Recuerdos
Teen FictionHay Recuerdos que se mantienen en la memoria y son buenos, pero algunos nos hacen llorar al acordarnos de ellos, que creen ¿Es necesario mantener esos recuerdos en nuestra memoria? Amy, es una joven de 17 años, con una pasión por la música desde ni...