Amy
Estaba acostada en mi habitación con el pequeño Nick, aún leyendo mi libro favorito. El cachorro había crecido muy rápido y era precioso. Escuché unos pasos por el pasillo fuera de habitación, supe que era mi padre.
- Amy -dijo mi padre entrando en mi habitación.
- Estoy aquí papá.
- ¿Cómo está todo hija? -preguntó sentándose conmigo mientras acariciaba a Nick.
- Todo está bien papá. Aquí estoy, leyendo mi libro favorito... Otra vez -solté una pequeña risa.
Papá sonrió. - Me alegra verte sonreír. Sé que ha sido difícil para ti todos estos meses estar sin tu madre.
- Si papá. No voy a negar lo contrario. A veces me despierto en medio de la noche y me quedo despierta recordando a mamá, aún preguntándome porque se fue así de la nada -bajé mi cabeza y una lágrima cayó sobre el libro.
- Sé fuerte como lo has hecho todo este tiempo, hazlo por ella y por la pequeña Sophie -dijo limpiando mis lágrimas.
Levanté mi rostro y con una sonrisa lo abracé. Salió de mi habitación dejando la puerta entrecerrada. Miré al pequeño Nick, quien al parecer sabía mi tristeza y recostando su cabeza de mi pierna, lloraba conmigo. Era un buen cachorrito, aunque ya no fuese tan pequeño, sin embargo me gustaba creer que aún lo era. Me quedé dormida minutos después, pero desperté al rededor de las 2:47 de la madrugada, tenía un dolor de cabeza y un ligero mareo que al levantarme pensé que caería al suelo, pero no fue así. Nick despertó conmigo y fue mi escolta hasta que volví a la cama luego de haberme tomado un pastilla. Dormí bien esa noche, a pesar del dolor con el que había despertado en la madrugada, pero por lo demás, había sido un sueño corrido cuando volví a acostarme. Desperté al mediodía, con hambre. Bajé a almorzar, pero cunado llegué abajo, estaba Nicolas jugando con Jake en su simulador, mientras papá cocinaba. Aquello me pareció una total sorpresa.
- Miren quien despertó nada más -dijo Nicolas- Buenos días bella durmiente.
Sonreí. - ¿Y esto? -pregunté feliz, aunque algo confundida- ¿A que se debe esta agradable sorpresa de tu parte Nicolas?
- Quería venir a buscarte para llevarte a pasear unas horas fuera de casa.
Miré a papá quien asintió a la propuesta de Nicolas, y luego lo miré a él. Sonreí. Tomó mi mano y antes de irnos me despedí de papá y de Jake y nos fuimos. Sentía mucha curiosidad por saber el lugar destino donde me estaba llevando Nicolas. Luego de dar unas vueltas caminando, llegamos a una preciosa casa con un patio espectacular con miles de plantas verdes y flores de todos colores. Me quedé impresionada y miré todo encantada de estar allí, pero preguntándome aún que era aquel lugar al que Nicolas me había llevado.
- Nicolas, ¿En dónde estamos? -pregunté asombrada.
- Llegamos Backster, bienvenida a mi casa. Mi padre quería conocerte así que le dije que te traería hoy sin hacerte saber a ti a donde te llevaba, porque quizás te acobardarías y no vendrías.
Me reí de aquella broma tan sarcástica que Nicolas me había hecho. Restregué mis ojos para asegurarme de que no estaba soñando, pues aquello me preció tan irreal que no podía asimilarlo del todo. Miré a Nick, quien con una sonrisa brillante me invitó a entrar. Adentro todo era mas bonito de lo que parecía ser, en las paredes habían cuadros de pinturas increíbles y fotos familiares en cada pasillo. Nicolas dejó sus llaves en un pequeño llavero detrás de la puerta y la cerró. Llamó a su padre, el Sr. Williams, quien respondió con voz tan grave que parecía como si Nicolas mismo se llamase. Esperando unos minutos sentada en un gran sofá, muy suave además, entró en la sala el padre de Nicolas. Era increíble lo que veía, Nicolas y su padre eran dos gotas de agua, tan idénticos que parecían gemelos. Me quedé sorprendida.
- Tu debes de ser Amy Backster -dijo el padre de Nicolas estrechando mi mano.
- Es un gusto conocerlo Sr. Williams -dije un tanto nerviosa, no me esperaba todo esto sinceramente.
- Por favor, dime Jack, Sr. Williams me dicen en mi trabajo y es muy formal.
- Está bien, lo comprendo -dije revelando una sonrisa.
- Es una chica muy linda -dijo refiriéndose a Nicolas- supiste escoger bien está vez hijo.
- Papá, ella marca la diferencia de lo que era Chloe -dijo reposando su mirada en mi.
Sonreí, y los miré a ambos. No paraba de detallar que cada cosa en sus expresiones faciales, eran iguales. Si son padre e hijo, pensaba. Estuvimos un rato en su casa, conversando de todo un poco. Aquella tarde estaba siendo una de las mejores. y entre risas, surgió una conversación.
- Nicolas me dijo que acabas de perder a tu madre -se refirió el Sr. Williams a mi.
- Si, fue hace ya casi 6 meses que murió, y no solo ella, sino la bebé que venía en su vientre.
- Lo lamento mucho -dijo.
- Gracias. Han sido meses fuertes, porque a veces necesito uno de sus consejos, pero luego recuerdo que ya no está para dármelos -me encogí de hombros- Sin embargo, Nicolas ha hecho que vuelva a sonreír luego de una pérdida tan repentina.
- Puedo entenderte -dijo su padre. Bajo la cabeza y se quedó en silencio unos minutos y fue a la cocina para volver con lo que era un marco de fotos entre sus manos - Se llamaba Linda, linda Williams -dijo mostrándome una foto suya.
- Era hermosa -dije mirando la foto tan detalladamente- lamento mucho esa pérdida. Y han pasado 3 años desde que murió.
- Si, y aún así, a veces la nostalgia nos pega a Nicolas y a mi. Tenía una voz preciosa, fue quien enseñó a Nicolas todo lo que sabe, y al morir ella, Nicolas no volvió a saber de cantar o tocar su guitarra...
- Hasta que te conocí Backster -dijo Nicolas- ¿Recuerdas que hablé este tema contigo?
Asentí - Lo recuerdo perfecto.
- Bueno, no te conté completo, pero... Tu fuiste mi inspiración para volver a tomar mi guitarra y empezar de nuevo, y fue tu pasión por la música aunque sabías que el pánico te lo impedía, lo que me hizo pensar y decir: Si ella con pánico puede hacerlo y superarlo, yo puedo seguir adelante, por mamá.
Sonreí una vez más, y esta vez, no había palabra alguna que saliese para agradecer aquellas palabras.
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Verano de Recuerdos
Teen FictionHay Recuerdos que se mantienen en la memoria y son buenos, pero algunos nos hacen llorar al acordarnos de ellos, que creen ¿Es necesario mantener esos recuerdos en nuestra memoria? Amy, es una joven de 17 años, con una pasión por la música desde ni...