Capítulo 8

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Amy

Estaba recostada en el sofá, cuando recibí un mensaje de Keitlyn. Con todo lo que pasó con Nicolas, se me había olvidado por completo que debía ir a su casa. Me arreglé rápido y salí corriendo. Keitlyn vivía a unas calles de mi casa, así que no me costó tomar mi Bicicleta para llegar más rápido. Toqué la puerta al llegar, y Keitlyn salió a recibirme. 

- Pensé que nunca llegarías -me dijo.

- Perdón amiga, se me fue el tiempo. 

Entré y me hizo subir a su habitación. Cerró la puerta tras nosotras, y me hizo sentar en su cama.

- Amy, tengo algo que contarte -me dijo muy seria. Keitlyn me tenía nerviosa.

- A ver dime, ¿por qué tanto misterio? -pregunté. 

Se hizo un silencio tan incómodo, que solo se escuchaba nuestra respiración. 

- Keitlyn Michell Johnson, dime ¡Que está pasando! -exclamé fuerte, porque ya era mucho el misterio, y no podía con todo aquello. Suspiró fuerte. 

- Estoy embarazada -dijo entre labios.

- ¿Cómo? -pregunté para estar segura de lo que había oído. 

- Estoy embarazada -dijo de nuevo más fuerte.

Me quedé sin palabras. Estuve en silencio aproximadamente 8 minutos. 

- ¿Amy estas bien? -preguntó Keit.

Después de aquel silencio, tomé una almohada, y con todas mis fuerzas grité dentro de ella. Esto era increíble, mi mejor amiga estaba embarazada, y yo sería tía. 

- Keitlyn ¿Cómo te diste cuenta? ¿Estas segura? -pregunté repetidamente. 

- Amy, llevaba varias semanas sintiéndome mal, así que le comenté todo a Ben, y me llevó para hacerme una prueba y estar seguros. Y salió positivo a embarazo. 

- ¡Eso es algo, increíble! -exclamé- Pero espera un momento, ¿Qué piensa Ben de todo esto?

- Está tan feliz como yo, tenías que verlo cuando la Doctora entró a la sala a darnos la noticia. 

- Estupendo, quiere decir entonces que yo seré tía, pero Keit, cuídate mucho por favor, ya perdí a mi mamá, no quiero perderte a ti. 

Tiró su cabeza de un lado, y me miró y soltó una pequeña sonrisa. -Eso no va a pasar amiga, te lo prometo- me dijo dándome un abrazo. 

Esa tarde me fui muy contenta a casa. La noticia que me había dado Keit, me llenó de alegría total. No les voy a negar que no era yo, y tenía miedo, pero Keitlyn es una chica responsable, se que sabrá cuidar de su bebé, además Ben también es un chico genial, y sé que serán unos excelentes padres. Faltaban pocas semanas para mi cumpleaños, y créanme me iba a pegar un poco, pues mi ultimo cumpleaños fue una fiesta sorpresa organizada por mamá, no había faltado a ninguno de mis cumpleaños, ni siquiera cuando le tocaba ir a semanas de la moda, me llevaba con ella y celebraba mis cumpleaños fuera. Eran los mejores tiempos, que disfrute mucho, pero ahora ella no está y cada día es mas dolorosa su partida tan repentina. Sin embargo, siempre que me siento insegura pienso en lo orgullosa que ella estaría de verme lograr todo lo que llevo hasta ahora. 

Me puse una ropa fresca, no me había cambiado desde que llegue de casa de Keit. Me tumbe en mi cama a leer por centésima vez mi libro favorito: Cadenas de Amor. Mientras leía el libro, sentía como si formara parte de aquellos increíbles personajes, sentía como si compartiera la historia con ellos, y era un experiencia tan especial que es al mismo tiempo difícil de explicar. Esa noche, habría una lluvia de estrellas, y mientras leía, esperaba el momento para salir a mi patio y sentarme a ver algo tan increíble como eso. Mi teléfono sonó recibiendo una llamada, y cuando miré, era Nicolas. 

-"Hola Backster" -se oyó la voz grave que tanto me gustaba al otro lado del teléfono.

-"Nicolas, hola" -respondí con algo de nervios- ¿A que se debe esta agradable llamada?

-"Necesito un favor de tu parte"

-"Depende de que favor sea, puedo hacerlo"

-"Necesito que te asomes por tu balcón y veas al patio de tu casa"

Me intrigó un poco aquello, me dio miedo también. Pero sinceramente, me pudo mas la curiosidad y acabe asomándome. Fue una sorpresa tan linda e inesperada. En mi patio estaba Nicolas, con una Sábana en el césped y un lindo telescopio, esperando por mi a que bajase a ver la lluvia con él. 

Sonreí. Y al otro lado del teléfono, volví a oír su voz.

-"Que esperas Backster, baja"

Colgué el teléfono y me dispuse a bajar. Tomé una chaqueta para el frío y salí. Era increíble lo que Nicolás había hecho. Veríamos la lluvia de estrellas juntos, fue una sorpresa especial.

- ¿Lo disfrutas Backster? -me preguntó.

- Siendo sincera, sí. Nicolas esto es increíble, te dedicaste.

- Quería hacerte una sorpresa.

- Y si fue sorpresa realmente -dije riendo.

- En ese caso, me alegra que te haya gustado.

Ese momento fue algo único. Nicolas era dedicado. Fue una de las mejores sorpresas y les voy a ser sincera, sentía como si todo aquello fuese un sueño, parecía tan irreal, sobre todo por como me había enamorado de Nicolas así nada más luego de que me negaba a hacerlo. Nicolas era especial, sabía encontrar la manera para hacerme sonreír con solo una mirada. Luego de algunos minutos esperando, comenzó la lluvia de estrellas. Era precioso, como se veían llover las estrellas, y las constelaciones se podían apreciar como si estuviesen cerca de la tierra. Me recosté del césped para verla mejor y Nicolas me siguió.

- Es precioso -dijo.

Lo miré. Sonreía al ver las estrellas, y su sonrisa era tan perfecta que me contagiaba a mi.

- Sí, es muy lindo -dije sonriendo.

- Son tus ojos Backster, brillan con la luz de las estrellas -dijo mirándome fijamente.

Sentí como me sonrojaba. Solo sonreí, no supe responder palabra. Hubo un largo silencio que luego fue interrumpido con un suspiro de Nicolas.

- ¿Sabes algo Backster? -me preguntó.

- Dime Nicolas.

- No había contado nada a nadie de lo que había sucedido con mi madre hace 3 años, ni siquiera a mí mejor amigo. Solo supe abrir mis sentimientos contigo, debes ser especial -volteó su mirada hacia a mí y esbozó media sonrisa.

- Y justo ese día había llegado preguntándome si lo habías contado a alguien más. Pero ¿Por qué me lo contaste a mi? -pregunté con un poco de curiosidad por saber que se escondía detrás de esa sonrisa tan única.

- Me sentí en confianza contigo Backster. No me había sentido así desde que mamá murió.

Me quedé pensativa unos minutos. Aquello que me dijo Nicolas me había dejado llena de expectativas. Esa noche fue una de las más lindas que hubiese tenido. Aquel chico había robado mi atención y la verdad es que todavía me preguntaba ¿Cómo lo habría hecho si él era como una piedra en mi zapato? Él era sencillamente una persona inesperada que había llegado a mi vida como alguien arrogante al principio, para luego convertirse en un chico tan dulce, que a la verdad comenzaba a querer tanto.

Verano de RecuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora