Capítulo 10

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Amy

Había llegado al fin el día que tanto esperaba, el día de mi cumpleaños. Debía ir a clases en la mañana, no sabía aún que quería hacer. Tenía guardada la carta de mi madre, pero no quería leerla aún, iba esperar hasta la tarde para leerla. Al fin cumplía 18 y estaba muy contenta. Me fui rápido a clases porque llegaría tarde y le había dicho una vez al Sr. Parker que no volvería a pasar. Cuando llegue por el pasillo me tropecé con Nicolas.

- Buenos días Backster! -dijo soltando una sonrisa hermosa.

- Buenos días Nicolas! -respondí con la voz entrecortada.

Nicolás y yo habíamos quedado tan cerca, que por un momento pensé que me daría un beso. Me quedé en Silencio un momento. Sentía como que me sonrojaba.

- Backster, ¿Te había dicho una vez que amo el brillo de tus ojos? -me dijo Nicolas.

Sonreí lentamente. - Si me lo dijiste Nick, aún lo recuerdo -respondí algo nerviosa.

Sinceramente, sus ojos, eran mis preferidos. Me hacían pensar como si estuviese en el cielo, tan azules, tan perfectos. No había un segundo en que mirara a Nicolas y que no me perdiera en su mirada.

- Ya que estamos aquí, quería invitarte a mi cumpleaños hoy -le dije.

- Felicidades Backster, ya llegaste a mi límite, solo que pronto tendré 19.

- Qué gracioso Nicolas -dije entre risas suaves- ¿Irás a mi cumpleaños o que? -le pregunté de nuevo.

- No me lo voy a perder por nada Backster, sabes que eres mi chica Especial -dijo esbozando media sonrisa y con sus manos medio metidas en los bolsillos de su Chaqueta.

- Está bien Nick. Deberíamos ir a clases -le dije.

Extendió su mano para hacer que la tomara. Lo mire y el sonrió. Tome su mano y nos fuimos por el pasillo a nuestra aula. En la clase no paraba de mirarme. Sentía su mirada muy fuerte sobre mi. Me quería desmayar. Pero no, debía mantener la calma y estar serena. Volteé al lugar en donde estaba sentado Nicolas y lo miré, tenía su teléfono en la mano y parecía que escribía un mensaje. De repente, sonó mi teléfono...

- Backster ¿Por qué desvías la mirada?.

- Me pone nerviosa esa mirada.

- No debería de ser así Backster.

- Pues lo es, tu mirada es cautivante.

- ¿Ah sí?. Interesante, porque a mí me gusta mirarte.

Sonreí y volteé a mirarlo.

- Me gusta que lo hagas.

La conversación terminó ahí. El Sr. Parker dio algunas instrucciones para la canción y luego nos pidió que saliéramos. Tome mis cosas y fui casi la última en salir. Nicolas me detuvo en la puerta y me miró fijamente. Me puse tan nerviosa que pensé por un momento en que me desmayaría, mis piernas temblaban y no creía estar de pie mucho tiempo. Cerró la puerta del salón detrás de nosotros. Estuvimos en silencio mirándonos unos minutos, se acercó un poco más, y tomo mis mejillas. En ese momento supe claramente lo que estaba a punto de pasar. Cerré mis ojos, y pude sentir los labios de Nicolas chocar con los míos. Aquel momento fue mágico totalmente. No supe reaccionar luego de aquel beso. Nicolas me miró y soltó una sonrisa hermosa.

- Una canción imposible de olvidar... Esa eres tu Backster -dijo luego de un largo silencio que lleno el salón.

¿Esto es real? Me preguntaba a mi misma, porque veía esto tan imposible. ¿Cómo es que todo prototipo de "enamorarse es mentira" había desaparecido así de la noche a la mañana?. Nicolas me había hecho cambiar de opinión sobre muchas cosas, y enamorarse fue una de ellas. No estaba lista aún para decirle la verdad a Nicolas de lo que sentía por él. Pero en algún momento debía hacerlo.

Llegué a casa a tirarme en mi cama, solo pensando en aquel suceso con Nicolas. No pude esperar tanto, agarre mi teléfono y llame a Keit para contárselo todo.

- ¿QUÉ? -se oyó un grito de Keit al otro lado del teléfono.

- Si, así mismo amiga. Todo fue tan rápido que aún estoy tratando de procesar todo.

Otro grito fuerte se oyó de Keit -Al fin amiga, fue tu primer beso y en tu día especial- dijo.

- Si es cierto amiga -le dije- Hoy ha sido lo mejor, debo irme, voy a preparar todo para la tarde. Nicolas va a venir.

- Uh! Okey, está bien. Nos vemos en la tarde amiga, te quiero.

Colgué y me dedique a prepárame para celebrar mi día. Mientras buscaba algo para colocar en mi cabello, encontré la carta de mamá. Créanme no estaba lista para leerla, pero era mi día, así que rasgue la parte de arriba y saque un papel algo doblado y sucio y comencé a leer.

"Mi querida Amy,

Hoy estás cumpliendo tus esperados 18, recuerdo cuando estabas pequeña y te montabas en los árboles, te decíamos monita, eras toda una dulzura. Aún recuerdo cuando te graduaste de primaria, no querías tomarte la foto para el álbum porque te faltaba un diente, pero aún así te veías preciosa. Recuerdo cuánto te gustaba correr en el parque con Jake cuando tenía 3 años, eran tan felices. Ahora, estás grande, has crecido, eres mayor de edad, una chica hermosa y responsable con todo. Sé que es difícil hoy porque no estoy contigo, viendo cómo te has vuelto toda una mujer, con una voz tan espectacular que impresionara a muchos en un escenario un día. Cuánto me gustaría estar contigo hoy, pero la vida para mí acabo sin darme oportunidad de despedirme de ustedes. Sé que no será lo mismo de todos los años mi vida, pero sé fuerte cielo, tu puedes con todo y más. Recuerda, quizás no esté en cuerpo contigo, pero siempre estoy ahí, en el dije de mi collar. Llévalo siempre contigo, y me sentirás ahí cuando sientas que vas a rendirte, no te detengas por nada ni nadie, sigue luchando por todo lo que quieres y sé que lo vas a alcanzar, eres una mujer luchadora. Te amo hija, feliz cumpleaños N°18"

Mis ojos se llenaron de lágrimas en cuestión de minutos, aquella carta fue una marca para mí el día de mi cumpleaños, mamá no estaba, pero aún así le he prometido ser fuerte en todo por ella.

Verano de RecuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora