Capítulo 13: Félix

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Wendy lo convirtió en un juego. Se sentaba tan erguida como le permitía el techo de bambú de su jaula y espiaba a esos podridos Niños Perdidos. Se dio cuenta de que no eran tan leales como alguna vez pensó que eran.

Siempre estaban robando algo, sobre todo comida. Uno en particular tenía curiosidad en Wendy. Ella siempre vería lo que él haría antes que cualquiera de los otros Niños Perdidos. De hecho, éste parecía demasiado inteligente para ser un Niño Perdido.

Una noche, Pan le asignó la tarea de vigilar su jaula al pie del árbol. Ella sonrió satisfecha. Pan no era muy bueno para descubrir sus motivos. Se inclinó hacia adelante en su jaula para intentar ver mejor su rostro. Inmediatamente lo reconoció como el chico que tocaba la flauta que ella no podía oír. Estaba en la hoguera que ella apenas recordaba. Parecía que había pasado una eternidad.

"Oye, aquí arriba", el chico ladeó la cabeza hacia ella. La luz de la luna golpeó su rostro justo para que ella pudiera ver la larga cicatriz que le atravesaba el rostro. Parte de su cabello de color pálido se interpuso en sus ojos.

"Quieres que te deje salir, ¿verdad?" Su voz oscura la tomó por sorpresa. Era la voz de un hombre, no de un niño. Quizás un adolescente muy mayor. ¿Por qué está en la isla si ya es mayor?

"No exactamente", Wendy sonrió dulcemente a través de los barrotes.

"Entonces, ¿qué quieres, Wendy-bird?" Wendy se sorprendió al escuchar su apodo en sus labios. ¿Pan había estado hablando con los Niños Perdidos sobre ella?

"Bueno, un nombre estaría bien."

"¿Y por qué crees que conseguirás uno?" Podía ver su burla desde aquí. Ella entrecerró los ojos ante su tono sarcástico. Casi reflejaba el de Pan.

"Pan tiene muy pocas reglas aquí, pero cuando establece una, estoy seguro de que se hace cumplir estrictamente. ¿Estoy en lo cierto?"

Félix se impacientó. "¿Lo que de ella?"

"Pensaría que robarle a Pan sería un crimen. Entonces, ¿qué fue lo que vi? ¿Estás robando esa daga de la tienda de Pan? Estoy seguro de que me equivoqué. En realidad, no estaba tan oscuro afuera esa noche. Creo que fuiste tú." Se tensó en la oscuridad.

Wendy esperó la punzada de culpa. Quería sentirse mal, pero no lo hizo. Lo único que le importaba era salir de la jaula. Se dio cuenta de que, para escapar, tenía que empezar a pensar como Pan.

"¿Qué deseas?" Susurró mientras miraba por encima de su hombro.

"Tu nombre. Y para quién es la daga. Su nombre también".

"Félix." Wendy lo miró de nuevo. Parecía un Félix. Sabía que él no estaba mintiendo, pero sabía que estaba a punto de hacerlo.

"¿Y el otro?"

"La daga era para mí. ¿De verdad crees que eres el único que odia a Pan?" Habló con calma. A Wendy le resultaba confuso. Al principio pensó que estaba equivocada. Fue sólo hasta que se dio cuenta de que él estaba demasiado tranquilo. ¿A quién estaba protegiendo?

"Estás mintiendo."

"Y eres molesto. Puedo ver por qué Pan te puso en esa jaula". Wendy la fulminó con la mirada. Su acto lúdico estaba a punto de expirar.

"Se lo diré a Pan." Ella cantó con voz de campana. Algo en su rostro cambió.

"Si le cuentas a Pan, mi misión en la vida será asegurarme de que nunca salgas de esa jaula. Pruébame y te arrepentirás". Su mirada era helada.

—Sea lo que sea que estés planeando contra Pan, quiero participar —susurró. Dejó caer toda la fachada.

Él ladeó la cabeza como si considerara su oferta. "No sé a qué te refieres. Después de todo, Pan nunca falla, así que si quieres hacer algo contra él, hazlo por todos los medios"

La Redención de Pan [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora