Capítulo VIII. El diario

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Cuando los detectives del FBI abandonaron el pueblo dimos por hecho que habían dejado de buscar al asesino y que los pocos e ignorantes policías de la localidad jamás darían con él.
Tal vez nuestra percepción de los hechos estaba algo distorsionada por las circunstancias que habíamos vivido en el lago o un exceso de imaginación nos hacía ver asesinos por todas partes: Ron, su novio, William el conserje, Byron el profesor de Gimnasia, Rachel, la porreta... y un largo etcétera que nunca acababa ¿pero por qué alguien querría matarla? ¿qué había hecho?

Convencidos de que alguien del instituto la había matado decidimos poner un cebo para provocar su reacción. La artimaña se le ocurrió a Josh.
- ¿Por qué no decimos que Helen tenía un diario y que allí anotaba todo lo que le sucedía? –propuso Josh una tarde en las gradas del campo de fútbol, mientras Anthony y Michael entrenaban. Así el asesino se verá en peligro y a lo mejor da algún paso en falso.
- Claro, claro... buena idea –continuó Anne. Y podemos decir que lo hemos encontrado alguno de nosotros y que se lo vamos a entregar a la policía.
- Eso puede ser peligroso, Anne –intervine sabiendo que me tildarían de cobarde.
- Ya lo sé, Mary. Pero tenemos que hacerlo por Helen –concluyó Anne.
- No sé, creo que hay otras formas de dar con su asesino.
- ¿Cuáles? –preguntó Josh bruscamente.
- Pues... podemos buscar pistas en el cuarto de las escobas o preguntar a sus "amigas".
- Eso ya lo ha hecho la policía, y no ha sacado nada.

No nos poníamos de acuerdo, Josh y Anne no veían lo peligrosa que podía resultar esa farsa y los problemas que podría traernos

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No nos poníamos de acuerdo, Josh y Anne no veían lo peligrosa que podía resultar esa farsa y los problemas que podría traernos. Yo abogaba por seguir investigando y vigilar de cerca a su novio.
Cuando terminó el entrenamiento informamos del plan a Michael y Anthony, que al principio no se mostraron muy colaboradores, ya que estaban convencidos de que el asesino había sido su novio Ron y creían que era una pérdida de tiempo. Luego pasamos varias horas pensando cómo justificar el hallazgo del diario, pues a la gente le resultaría raro que lo hubiésemos descubierto nosotros y no la policía.
Anne propuso que dijésemos que como ella era una de sus mejores amigas sabía dónde lo tenía escondido y que había dado con él de casualidad durante una tarde que paseaba por el bosque de High Rock. Lo cierto es que parecía bastante creíble, pero a la vez muy arriesgado, ya que si como sospechábamos el asesino estaba en el instituto se pondría nervioso y podría hacerle daño a Anne, así que decidimos que Anthony, como novio oficial que era todavía, y Michael no se separarían de ella en ningún momento.
La trampa comenzaría a primera hora de la mañana, nada más llegar al instituto empezaríamos a difundir la noticia: Anne había encontrado el diario de Helen y tenía información sensible.

Demasiado joven para morir Donde viven las historias. Descúbrelo ahora