CITA

293 33 7
                                    

Entrando al salón la mañana del sábado, Seonghwa frunció el ceño cuando me vio tirado en el sofá.

―Estás de mal humor de nuevo.

Le lancé una mirada molesta.

―No me siento de humor para ser juzgado en este momento.

Se detuvo frente a mí.

― ¿Qué ocurre?

―Quiero ir al zoológico.

― ¿Y qué, tienes ocho años?

―Oye, no es solo para niños. Los adultos también van, ¿sabes?

―Entonces, ¿cuál es el problema?

―No hay nadie que vaya conmigo. ―Crucé mis brazos sobre mi pecho. ―Yunho está trabajando, Wooyoung tiene planes con San, Hongjoong pasará el fin de semana con su hermano y sus padres.

― ¿Por qué tantas ganas de ir al zoo?

―Leí que acababan de traer a unos pandas rojos. Me encantan. Nunca he visto ninguno en la vida real.

―Ni siquiera sé cuáles son.

Busqué una foto en mi teléfono para mostrarle.

― ¿No son adorables?

―Ni siquiera un poquito.

― ¿Sabes qué? Tienes razón. No necesito tu negatividad en este momento. ―Me puse de pie. ― Hasta luego.

― ¿A dónde vas?

―Al zoo.

― ¿Tú solo?

Me dirigí hacia la puerta.

―Sí.

Un suspiro profundo.

―Dame diez minutos para arreglar algunas cosas. Te acompaño.

―Muy gracioso.

―No bromeo, recuerda. Diez minutos.

Me detuve y me giré para mirarlo.

―Espera, ¿Irás al zoológico?

Una línea se formó entre sus cejas cuando se acercó a mí.

― ¿Crees que tengo algo en contra de los animales?

―No. Pero tu idea de diversión es diferente a la de una persona normal. Tú vas restaurantes de lujo, galas y eventos de degustación de vinos.

―Sí, y sospecho que me aburriré muchísimo, pero no quiero que vayas solo.

¿Hablaba honestamente en serio? No podría serlo.

―Pero estás muy ocupado.

―La empresa no se derrumbará si falto al trabajo por unas horas.

Mi cabeza cortocircuitó.

―Está bien, ahora estás empezando a asustarme. ¿Estás enfermo? No soy bueno cuidando a otros. ―No parecía enfermo, pero los síntomas no siempre son visibles.

Sonrió levemente.

―Recoge tus cosas.

― ¿En serio? ¿Irás al zoológico conmigo?

―Ya te dije que iba. Diez minutos. ―Me recordó.

Caminando hacia la entrada del zoo, alisé una arruga de mi camiseta de manga larga.

―Me gusta que la brisa ligera sea fresca. Los animales tienden a esconderse dentro de los edificios o en lugares con sombra cuando hace demasiado calor, por lo que no puedes ver tantos.

Contrato indefinido. / SEONGSANGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora