LIBERANDO TENSIÓN.

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Algo iba mal. Muy, muy mal. Había visto a Seonghwa así antes. Otras cuatro veces, de hecho. Y siempre el uno de noviembre de cada año.

Era más frío de lo habitual, más duro, apático, tan increíblemente distante que su mirada parecía pasar por encima de la gente, como si se hubiera disociado de todos los que lo rodeaban, era difícil de explicar.

Los demás en la habitación se habían dado cuenta, a pesar de que apenas dijo una palabra. Esto último no era inusual cuando se reunía con el equipo de desarrollo. Principalmente escuchaba, ofrecía información cuando era necesario y dejaba que los miembros del equipo trabajaran en sus ideas, pero esta tarde estaban demasiado distraídos por su conducta gélida para ser productivos. Eso no era nada bueno, porque tenía mucha menos tolerancia con la indecisión y la ineptitud cuando estaba en este estado.

Algunos de ellos me miraron en busca de orientación. Solo hice un gesto con la mano, animándolos a continuar. Lo peor que podían hacer era preguntarle si estaba bien. Les arrancaría la maldita cabeza de un mordisco.

No gritaba ni deliraba, pero hablaba en esa voz baja que goteaba escarcha y podía azotarte como un látigo. No hacía falta ser un genio para darse cuenta de que esta fecha en particular era de alguna manera significativa para él, por lo que generalmente estaba preparado para el cambio, pero este año no lo había visto venir. Ayer se había comportado de forma muy parecida a como lo había hecho en el zoológico y el museo, se había divertido a su manera. Así que el cambio abrupto en él hoy temprano había sido un shock.

No había estado ahí cuando me desperté, lo cual era raro. Me preguntaba si estaba en la cocina preparándonos el desayuno o algo así, así que me preparé rápidamente para el trabajo y bajé las escaleras... solo para descubrir que no estaba por ningún lado.

Fui a buscarlo y finalmente lo encontré en su oficina. Cuando entré en la habitación y me encontré en el centro de esa mirada vacía, recordé la fecha.

En lugar de preguntarle si estaba bien, decidí que era mejor no mencionar el cambio en él, había aprendido de experiencias pasadas. Le pregunté si vendría a desayunar.

―Ya comí. ―Dijo con su tono neutro. ―Te veré en el vestíbulo cuando Jeff llegue. ―Y luego se centró en su ordenador.

Decidiendo darle cualquier espacio que pareciera necesitar, salí de la oficina y desayuné solo.

Apenas había dicho una palabra durante el viaje a P-ENtertaiment. En realidad, apenas me había mirado. Aunque había apenas unos centímetros entre nosotros en el asiento de cuero, bien podría haber estado mirándolo a través de un cristal. Era como si hubiera erigido cuatro enormes muros a su alrededor. Nadie los superaría, y sería una tontería intentarlo.

No debería haber sido posible atacar verbalmente a alguien de manera tan calmada, pero lo había hecho varias veces esta mañana. Una empleada había llorado mientras se alejaba. Seonghwa tenía una forma de hacerte sentir una minucia y podía hacerlo con solo unas pocas palabras.

Había sido conciso y brusco conmigo, pero hasta ahora me las había arreglado para evitar que me ladrara. Probablemente sería victima de su lengua afilada tarde o temprano.

Cuando llegó la hora del almuerzo, dijo que se iría a su oficina y que no quería que lo molestaran. Así que había comido solo en mi escritorio, como había hecho muchas veces en el pasado antes de convertirnos en una pareja falsa.

Era la primera vez en mucho tiempo que me sentía como si fuera puramente su asistente personal. Fue un recordatorio de que, de hecho, yo no era más que eso para él. Un recordatorio de que no estábamos en una relación real.

Contrato indefinido. / SEONGSANGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora