ULTIMOS PREPARATIVOS.

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Tan pronto como desenchufé mi secador de pelo del enchufe la mañana del sábado, oí mi teléfono comenzar a sonar. Vestido solo con una toalla, me acerqué a la mesita de noche y mire a ver quien estaba llamando. Ver el nombre de Wooyoung en la pantalla me hizo sonreír. Sospeché que tenía la intención de volver a comprobar que todavía tenía la intención de ir de compras con él, Hongjoong y Yunho mañana.

Pasé el pulgar por la pantalla y respondí:

―Buenos días.

―Lo voy a matar algún día, Yeosang. ―Dijo, con la voz oscura. ―Va a pasar, te lo digo en serio, he visto suficientes episodios de series policiacas para saber cómo salirme con la mía.

Me mordí el labio.

― ¿Qué pasó?

―Lo pillé con las manos en la masa.

― ¿Haciendo qué?

―Viendo porno. Peor aún, se estaba masturbando mientras lo miraba. Oh, él no cree que haya nada malo en ello. Te lo digo, es lo mismo que engañar. Él dijo que no es diferente de cuando leo libros eróticos. ¡Claro que no es lo mismo! No me ves tumbado en el sofá con pañuelos y lubricante cerca mientras me toco. Lamento poner esa imagen en tu cabeza, pero tenía que dejar claro mi punto.

―No hay problema. ―Dije incluso mientras hacía una mueca.

En ese momento, mi falso esposo entró en la habitación. Se dirigió a su propia habitación después de nuestra ducha y ahora había regresado completamente vestido y luciendo pecaminoso. Sus ojos acerados se posaron sobre mí, audaces como el bronce. Esperaba que me quitara la toalla, pero en cambio se hundió en el sillón.

― ¿Qué harías tú en mi lugar? ―Wooyoung me preguntó.

―Bueno, no puedo decir que me gustaría entrar a una habitación y encontrar a Seonghwa viendo porno... ―Me giré para ver la reacción de Seonghwa a lo que estaba a punto de decir. ― pero supongo que no echaría a perder la situación. ―Él de quedó callado pero cerró un poco sus ojos al mismo tiempo que sus labios se curvaban en una sonrisa. Parece que mi respuesta le resultó divertida.

Fruncí el ceño cuando escuché tres fuertes golpes. ―¿Qué fue eso?

Wooyoung resopló.

―Oh, al señor adicto a la pornografía no le gusta que me haya encerrado en el baño, así que está golpeando la puerta con el puño.

―No soy adicto al porno. ―Escuché quejarse a San. ―Jesús, Wooyoung, hombres y mujeres de todo el mundo ven pornografía. Es normal.

―Hombres y mujeres de todo el mundo también cometen asesinatos en primer grado. ―Respondió. ―No hace que sea bueno.

― ¿Estás comparando lo que hice con un asesinato? ―Preguntó con incredulidad.

―Bueno, asesinaste mi confianza en ti. Está hecha añicos ahora mismo. No veo cómo podemos superar esto.

―Dijiste eso ayer cuando no te gustó la forma en que cargué el

lavavajillas.

― ¡Bueno, no es una maldita ciencia espacial, San! Disculpa, Yeosang, tengo que lidiar con este imbécil infiel.

―No te engañé.

―Está bien. ―Dije, incapaz de ocultar mi diversión. ―Te veré mañana.

―Hasta mañana. ―Colgó la llamada.

Seonghwa tamborileó con los dedos en el brazo de la silla y enarcó una ceja.

―Tienes amigos interesantes.

Contrato indefinido. / SEONGSANGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora