capitulo 12

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Freen POV.


La mañana siguiente comenzó lluviosa. Sólo fui capaz de despertar a las 9:50 de la mañana por el ruido que algunas gotas hacían contra la ventana de mi cuarto.Mi cuerpo aún se asemejaba un poco a la gelatina blanda, haciendo que mis ganas de levantarme de la cama fueran nulas.Antes de comprobar, sabía que estaba sola. El peso, el olor y el calor de su cuerpo no estaban allí, podía sentirse aún con los ojos cerrados.Tal vez porque empezaba a acostumbrarme a esas cosas, pero su ausencia era inmediatamente captada por algunas terminaciones nerviosas en mi cuerpo, y entonces, inconscientemente, yo sabía que estaba sola.Me giré en la cama, aún con pereza, y encontré a mi lado un papel con algunas palabras y una llave. La curiosidad me despertó inmediatamente, así que tomé el papel y leí el caligrama perfecto de Rebecca.Fui a trabajar. No quise despertarte.Esta llave abre la puerta de la habitación. Es tuya.


¿Quieres cenar conmigo esta noche?

Te amo

De: Rebecca.

Mis ojos pararon en la última frase, como si allí existiera algún significado oculto, como si quisiera entender lo que exactamente ella quiso decir con aquello.

"Te amo""Te amo"

Releí esas dos palabras, imaginando las diferentes formas y entonaciones que ella daría a la frase al decirla.Imaginando las palabras saliendo de su boca, mientras sus ojos me mostraban que aquello era verdad.Me derretí como una tonta encima de la almohada, trayendo el papel cerca de mi cara y tratando de sentir allí su perfume, pareciendo una pre-adolescente romántica y enamorada por la más perfecta de las princesas encantadas.-

Yo también te amo. - Hablé en voz baja. - Te amo mucho.

Me pregunté si tendría el coraje de decirlo en voz alta si estuviéramos cara a cara, como una respuesta a su declaración en vivo y a color. Confesarme a mí misma la más obvia de las verdades era fácil, porque no había más que tratar de convencerme de lo contrario, pero confesarle mi alma a ella era un poco más peligroso.Pero no confesar cuánto la amaba estaba pesando.No porque ella necesitara saberlo, sino porque una parte de mí quería gritar eso, como si de alguna manera pudiera librarme de mi propia prisión. Desgraciadamente, la otra parte en mí me mantenía presa a mis miedos e incertidumbres, creyendo que "la revelación" no tan sorprendente sería demasiado para ella.Todavía no era capaz de decírselo. Y ese hecho era desesperante. Y el hecho de que necesitaba dejarlo claro era aún peor.Me levanté todavía tambaleante, sintiendo mi corazón hervir con las palabras escritas por Rebecca y su voto de confianza.Sabía que ella estaba asustada con mis actitudes, e imagina lo difícil que debía hacer sido para ella, la opción de dejarme o no. Me pregunté, si yo me fuera, ella iría detrás de mí.Pensé que sí.Las palabras del día en que ella me dijo toda la verdad todavía estaban frescas en mi memoria, y aunque pareciera un poco desorientada en aquella situación, me pareció que estaba siendo bastante verdadera y decidida.Entonces, si realmente me fuera, no me sorprendería tenerla persiguiéndome como algún tipo de acosador.Tomé un baño caliente y revitalizante. Como siempre, recordé la noche anterior, pero esta vez tuve que atenerme un poco más a los detalles.De la misma manera que Rebecca había sido la primera persona con la que realmente había sentido placer, ella ahora se había convertido en la primera en tocarme de una forma tan íntima, y darme cuenta de ello era maravilloso.Me pregunté entonces en qué más ella sería la primera a partir de ahora.Preparé un desayuno modesto, sin querer sacar muchas cosas del lugar.Como ya eran las 11:30, comí un poco para que mi almuerzo no fuera perjudicado. Me pregunté entonces donde exactamente almorzaría, pero sabía que el resto de ese día dependía de lo que estaba a punto de hacer.Más nerviosa de lo que me gustaría estar, tomé mi teléfono y, con una anotación en la otra mano, marque el número allí escrito.-¿Aló?En el mismo momento en que la voz de Rebecca atendió al otro lado de la línea, sentí mi cara hervir de repente, así que sabía que debía estar roja como un tomate maduro. He intentado no pensar que mi vergüenza tenía algo que ver con los recuerdos de nuestra noche íntima, porque eso, además de no tener el menor sentido ya que yo no era ninguna inocente virgen me hacía parecer una idiota.-Hola... - Fue todo lo que pude responder.-¿Fini?-Soy yo.-¿Qué sucedió? - Ella preguntó con voz preocupada.-Nada. Estoy bien... - Mientras hablaba, sentí que mi cara cada vez hervía más, y luego sentí odio por ser tan increíblemente inmadura. - Siento estar molestando...-No estás molestando.-Sólo quería hablar con Nam.Rebecca se quedó en silencio, procesando mis palabras.-¿Nam?-Sí...-¿Quieres hablar con ella? ¿Sobre qué?-Bueno... Es un asunto privado... - Me dije, sintiendo ya el contacto de tensión de los músculos de mi cuello.-Oh. - Ella parecía pensativa, tal vez preguntándose qué tipo de asunto partícula tendría con su secretaria y mejor amiga que, que además, no le agradaba. - Sólo un minuto.No necesite esperar tanto. Casi inmediatamente, al otro lado de la línea, una voz femenina me respondió.-¿Hola?-Hola Nam. Es Freen. Siento molestar, lo siento, pero necesito tu ayuda. Pensé que quizás pudiéramos almorzar juntas, si no tienes algo mejor que hacer, por supuesto.¿Entonces era así? Cuando me ponía nerviosa con Nam, actuaba como una perfecta charlatana.Cuando era Rebecca quien me dejaba nerviosa, me quedaba muda.Mi total falta de sentido empezaba a irritarme profundamente.-Ejem...-Es sobre Rebecca. Necesito una opinión tuya.Ella pareció pensarlo.-Bueno, no sé si puedo ir. Sólo tengo una hora para el almuerzo...Oí la voz de Rebecca al fondo interrumpiéndola, diciendo algo incomprensible.-Muy bien, puedo ir. Mi jefa es muy generosa como sabes.Sonreí discretamente con su broma, principalmente porque ella había hecho una broma conmigo, algo que jamás pensé que iba a suceder.-Genial... ¿Podemos encontrarnos en un restaurante cerca de la casa de Rebecca? No conozco nada por aquí... - Dije, tratando de parecer relajada y cómoda al mismo tiempo, pero con las manos apretada en puños con tanta fuerza que mis dedos ya estaban entumecidos.-Anota la dirección.Tomé rápidamente el papel doblado sobre la encimera y una pluma, anotando el número y la calle que Nam me pasaba.-Queda a quince minutos de ahí. ¿A las 13:30 está bien para ti?-Está genial.-Seguro. Voy a anotar tu número con esta llamada. Hasta entonces.-Genial.Oí casi inmediatamente la voz de Rebecca en la línea, diciendo un "aló" un poco apresurado.-Todavía estoy aquí. - Dije sonriendo.-Bueno, ahora que tú y mi secretaria andan con secretos a mi espalda, ¿tengo motivos para preocuparme?-No. Te quedaras con la incógnita.-Está bien, voy a intentar olvidar la curiosidad mórbida que me está corroyendo ahora. - Ella dijo, dando una ligera risa, pero lo suficientemente alto como para que me sintiera más cálida y feliz. - ¿Leíste mi nota?Sentí mi corazón acelerarse repentinamente.-Sí...-Entonces... ¿cenas conmigo?-Ah, sí... claro.-¡Qué bien! - Dijo, sonando realmente feliz con mi respuesta. - Pasó a casa a las 20:30 para buscarte, voy a estar esperando en el coche. ¿Está bien?-Está bien. ¿Debo vestir un largo vestido largo para la ocasión?Otra vez, se rió. Otra vez, su sonrisa me calentaba, y de repente sentí un deseo idiota de besar el teléfono.-Puedes vestirte como creas mejor. Creo que sobre todo cálidamente es suficiente.-Ok...-Hasta entonces. Un beso.-Un... beso. - La frase salió más como un suspiro, y otra vez deseé no actuar como idiota cuando estuviera hablando con ella.Afortunadamente, ella no parecía percibir que mi sanidad se estaba deshaciendo como algodón dulce.Al segundo siguiente, el teléfono se quedó mudo, diciéndome que Rebecca tenía cosas más importantes que hacer más allá de esperarme a que colgara.Desplegó distraídamente el papel usado para anotar la dirección del restaurante sugerido por Nam, y me di cuenta de que ése era la nota de aquella mañana. Pasé la mirada una vez más por la última frase del papel, y como si no estuviera sola, hablé en una voz muy baja, sólo para sentir la sensación buena de las palabras desprendiéndose de mi garganta.-A propósito: Yo también te amo.

My sweet prostitute (adaptación Freenbecky) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora