capítulo 21

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Freen POV.


Ok, John. - Rebecca respondió suspirando, y yo deseé profundamente poder ver su verdadera reacción en aquel momento. - Hazme el favor de darle mi recado a tu prima: Pídele que olvidé que existo...Una pareja de acercó y me asusté. No quería que nadie me viera allí, detrás de una pared, oyendo conversaciones ajenas. Corrí hacia el otro lado, tratando de no hacer ruido, y volví a la izquierda, dejándolos solos nuevamente. Los sonidos de la fiesta me alcanzaron de nuevo. Todos parecían animados con las canciones que tocaban, y los camareros seguían corriendo aquí y allá con bebidas y comidas. Pero lo que realmente oía era un enorme zumbido, crudo y desagradable, cubriendo e impidiendo que toda esa alegría me alcanzara.Caminé mecánicamente a la mesa y me senté. Agarré el primer vaso de agua que encontré en una bandeja y le agradecí al camarero sólo por educación, bebiendo grandes sorbos a la vez.Puta madre.Beatrice.Aquella infeliz, hija de puta, tenía que volver y atormentarme. Tenía que arruinar mi felicidad. Tenía que querer a Rebecca de regreso.Ella quería a Rebecca de regreso. Estaba oficialmente pasándola mal.-¡Eh, Freen! ¿Qué pasó? -Nop vino a sentarse a mi lado, realmente serio.-Nada. - Dije ablandándome como una servilleta.-¡Tu boca está completamente sin color! ¿Qué pasó?-¡Nada!-¡Richie, ven aquí! - Él grito al cuñado, que apareció mágicamente a mi lado-¿Qué tienes? - Preguntó, tomando de uno de los camareros algo que parecía una porción de penne a los cuatros quesos y me lo ofreció.-Por favor, deténganse... - Yo era capaz de hablar, sintiendo mi cabeza hervir y mis manos sudar. - Están llamando la atención...-Ok, entonces come eso. Tu presión no es buena.Con la única intención de alejarlos, tomé el bocadillo tratando de no temblar y me lo metí dentro de la boca. Podría ser isopor, y yo no sabría decir la diferencia.Ellos se apoyaron en las sillas, fingiendo naturalidad pero aún mirando directamente para mí. Para mi sorpresa, el malestar que sentía fue mejorando poco a poco, y tal vez fuera un poco de sal que yo necesitaba.Respiré profundamente algunas veces, pensando en todo lo que pudiera ayudarme a calmarme.Primero, Rebecca le había dicho a Beatrice que la olvidada. Yo había oído perfectamente esas palabras, aunque tuviera que salir corriendo después.Segundo, hace unos minutos ella se declaraba para mí y me pidió que me quedara con ella para siempre.Tercero, ella no me dejaría para estar con otra: Cargaba a su hija, y por lo que recuerdo, ella estaba completamente enamorada de ella.Me fui calmando poco a poco, hasta conseguir disminuir considerablemente mis temblores. Escondí las manos debajo de la mesa, cerrando los ojos y tratando de no recordar el dialogo que acababa de presencia. Richie y Nop continuaban a mi lado, ahora más tranquilos al darse cuenta de que aquello había sido "sólo" una caída de presión. Agradecí porque Taylor no estuviera allí. De la forma que ella era, sería capaz de notar que había algo muy mal conmigo.Estaba sudando, aunque el clima estaba bastante fresco. Miré alrededor, preguntándome donde estaba Rebecca que todavía no había vuelto. Tal vez se había quedado más tiempo conversando con aquel hombre... Y tal vez hubiera cambiado de idea, o marcado un encuentro con Beatrice, aunque fuera para conversar.Me tragué el llanto que vino a mi garganta y esperé. Me sorprendí cuando llegó súbitamente, haciendo que Nop se levantara de cualquier forma de donde estaba, a mi lado. Ella tomó la dosis de whisky que había dejado sobre la mesa antes de salir a conversar y la tomó de un solo trago, ya tomando otra dosis de uno de los camareros. La miré, queriendo interrogarla, pero no podía.-¿Qué quería? -Pregunté bajo, fingiendo naturalizada, pero mi voz salió ridículamente temblorosa. Afortunadamente, Rebecca estaba demasiado borracha para notarlo.-Fastidiarme. - Dijo pasando otra vez el brazo izquierdo detrás de mi espalda y frotando mi hombro.-¿Cómo así? - Insistí tratando con los latidos de mi corazón, tan pesados que parecían golpes.-Nada importante, amor. - Dijo, dándome un leve beso en la comisura de los labios.-Rebecca... Dime, por favor.Ella me miró y sonreí falsamente, tragando en seco y luchando contra las lágrimas. Agarré inconscientemente la tela de su vestido, con tanta fuerza que mis dedos dolieron.-¿Estás bien? - Preguntó, secando el sudor de mi cuello con una mano.-Lo estoy... ¿No me vas a decir?-Te digo después. ¿Todo bien?La miré por un momento, imaginando si realmente me contaría todo lo que se dijo en esa conversación.-¿Lo prometes?-Lo prometo.-Lo... - Richie nos interrumpió, en realidad. - No estoy tan ebrio como tú, pero Freen se puso mal hace unos minutos...Rebecca me miró como si estuviera en llamas. Quería que Richie no estuviera borracho hasta el punto de soltar aquella información innecesaria.-¿Qué tienes? - Preguntó desesperada, dejando el vaso de whisky sobre la mesa y poniendo las manos en mi vientre.-Mi presión arterial cayó, eso es todo...Ella se llevó las manos a la cabeza, apretando con los dedos los mechones de su propio cabello. Aquella era Rebecca borracha y desesperada, y yo podría incluso encontrarlo gracioso si no estuviera todavía sacudida por lo que había sucedido.-Ven, amor... Vamos a casa... - Ella se levantó, tambaleándose.-¡Ella ya está bien, Rebecca! ¡Deja de ser idiota! - Richie empezó, pero Rebecca respondió en una voz alta y de una forma tan ríspida que me asusté.-Déjame con la mierda de mi preocupación. ¡Deja de fastidiarme, todos ustedes! - Y girándose hacia mí, suavizó la expresión de rabia. - Ven... Te ayudo.Richie hizo mención en responder, pero lo callé con un gesto.-Está todo bien. Prefiero irme. - Dije ya levantándome. Era verdad: Yo no tenía ganas de quedarme. No más. Quería ir a casa, aunque eso significara conversar con Rebecca y terminar llorando por el resto de la noche.Fuimos hacia Mike, que conversaban animadamente con algunos amigos, y nos despedimos, dando a entender que yo no estaba pasándola muy bien. Le pedimos disculpas por no quedarnos hasta el final y le deseé otra vez felicitaciones. Taylor llegó a nosotras, notando el estado en que Rebecca se encontraba y ofreciendo a Nop caminar con nosotras por las dos cuadras. Rebecca dijo que no era necesario, ya que tomaríamos un taxi.Cuando llegamos a nuestro jardín, deseé que ella no hubiera rechazado la compañía de su cuñado. No me estaba usando como apoyo, y por eso mismo tropezaba cada tres pasos en algo. Las luces estaban apagadas porque habíamos olvidado dejarlas encendidas al salir, y caminar por allí a aquella hora era realmente difícil hasta para una persona sobria. Para un borracho debía ser imposible.-Voy a encender las luces... No te muevas... No caigas...Ella soltó mi mano y desapareció en la oscuridad. Recé para que ella no se diera con los dientes en alguna piedra y terminara teniendo que ir a parar a un hospital. En primer lugar, en silencio otra vez, oí algunas palabras pronunciadas con odio. Era posible que ella hubiera tropezado o resbalado.Las luces se encendieron y otra vez me encontré en medio del jardín encantada. Rebecca volvió a la casa, apoyándose por las paredes y al mismo tiempo tratando de parecer equilibrada.Entramos en la casa y yo hice mención de subir las escaleras, pero Rebecca agarró mi mano.-¿Podemos conversar un minuto en la sala de estar?Mi corazón se aceleró. Mi cabeza se calentó otra vez, y un mareo súbito me tomó. Pero no dejé ver nada de eso. Yo quería parecer fuerte, al menos hasta el momento en que ella dijera algo sobre la historia de Beatrice que me hiciera caer en llanto en desesperación.No respondí, caminando a la sala de estar consciente de que esa conversación sería desagradable de alguna manera. Cuando llegamos, ella me hizo sentar en el enorme sofá, pero se mantuvo de pie.-¿Estás bien? - Ella comenzó.-Lo estoy. - Mentí. No estaba bien, y cada segundo que Rebecca aplazaba aquella conversación me sentía más ansiosa y mareada.-Tus manos están heladas.-No te preocupes. - Hablé queriendo llegar al asunto pronto.Ella me ignoró, soltando mis manos y saliendo de la habitación. Me quedé allí sentada por algún tiempo, esperando que volviera y removiendo mi ansiedad. Todo lo que quería era que me dijera la verdad. Si Rebecca mentía sobre el asunto que tuvo con el tal John, yo tendría que confesar lo que oí y pedirle una explicación. Y yo quería que ella me contara lo que respondió después de que me fui. Quería que me dijera que poco le importaba quien quiera que fuese, y que aún me amaba, y que nada podría desaparecer lo que sentía por mí. Ni siquiera la vuelta de una antigua pasión a su vida.Un ruido alto me trajo de vuelta, asustándome y me hizo levantarme inmediatamente. Antes de que pudiera correr hacia el pasillo, oí que gritaba desde algún lugar:-¡Estoy bien! ¡Por favor, quédate ahí!¿Qué diablos había pasado? ¿Qué diablos estaba haciendo?-¡Si no vuelves en treinta segundos, te voy a buscar! - Grité, tratando de no ponerme aún más nerviosa. Segundos después, entró otra vez a la sala, aún apoyándose en la puerta. Traía un vaso con jugo en una de las manos, y en la otra una servilleta de papel casi totalmente manchada de rojo. Miré su cara y vi sangre esparcida.-¡QUÉ MIERDA...-¡Calma! Sólo me caí en la cocina... Me golpeé la nariz, pero estoy bien... - Ella empezó a arrodillarse en el suelo con la bolsa que ella había llevado para la fiesta delante de mí y ofreciendo el vaso. - Sólo quería tomar algo para que bebieras, pero esa mierda resbalosa...De repente, empecé a llorar. Mis nervios estaban a flor de piel en aquel momento, tanto por la ansiedad del asunto que vendría como por el miedo de Rebecca haberse roto algún hueso del cuerpo y no haberlo notado por estar tan borracha. Mi embarazo se encargó de juntar todo y hacerme explotar en lágrimas e hipos.-¡Lo siento! ¡Lo siento por ponerte tan nerviosa! - Ella dijo, ahora realmente desesperada.Limpié su cara rápidamente, tomando de su mano el vaso y depositándolo en la mesita al lado del sofá.-Habla pronto, por el amor de Dios.Ella vaciló, aún toda ensangrentada, atrapada sola en su propia desesperación.-¡No era para que fuera así! - Ella comenzó, casi llorando. - ¡Esto tenía que ser perfecto! ¡Pero está saliendo todo mal! Richie tiene razón, soy una cobarde... Necesito aprender a hacer esto sobria... Lo siento por estropear la noche, pero te dije que sabrías después de la fiesta...La miré un poco confusa. Eso no era el tema que estaba esperando. En realidad, yo no tenía ni idea de lo que estaba diciendo, pero aún así, presté mucha atención a lo que tenía que decir. Lo que fuera, para dejarla en ese estado, sólo podría ser algo realmente importante.

My sweet prostitute (adaptación Freenbecky) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora