capitulo 17

1.4K 76 0
                                    


Freen POV.


Pasé todo el día tumbada. Me levantaba para ir al baño con frecuencia, y una vez u otra pellizcaba algo que Rebecca había preparado durante la semana y permanecía en la nevera. Escogí un libro al azar en la biblioteca y empecé a leerlo, pero en la tercera vez casi durmiéndome, desistí de la lectura. Las horas pasaron. Mi malestar no. Sin embargo, no vomité, y me animé con ese pequeño hecho. Estaba casi durmiéndome otra vez cuando fui sorprendida por el sonido del timbre. Después de pasar unos segundos preguntándome si debía o no recibir a alguien en una casa que no era mía, decidí levantarme y ver quién era. Abrí la puerta y di de cara con Nam. Eran exactamente las 16h de la tarde, y yo sabía que debería estar en el trabajo. Pero también sabía por qué no lo estaba.-A veces Rebecca es muy desesperante. - Comencé, ni siquiera salude.-Ella casi mandó a tres personas muy importantes irse a la mierda hoy para poder salir de allí y venir a ver cómo estabas. Entonces me dispuse a venir en su lugar. - Ella comenzó, entrando y cerrando la puerta detrás de ella. No necesitaba invitarla,Nam ya era de esta casa. Hasta mucho antes de mí.-¿Por qué es tan exagerada? - Pregunté, pero había sido casi una pregunta retórica.-Porque ella es Rebecca. - Respondió, sentándose en el sofá. - Pero vamos.-¿Cómo estás?-Bueno... Un poco extraña todavía, pero bien. -Define "extraña."Suspiré. Tal vez para que ella pudiera realmente contar lo que pasaba conmigo. Yo sabía que si le pedía a Nam que omitiera ciertas cosas a Rebecca, ella lo haría.-Me siento extraña desde hace algún tiempo. Pero hoy me desperté mal dispuesta. No sé, creo que tengo algún problema gástrico. A veces no puedo poner nada en mi boca sin marearme, y otras veces siento un hambre inhumana. Y estoy un poco irritada también... Con las migrañas, los dolores de espalda... Creo que me estoy estresando.Miré a Nam, que me miraba con una expresión neutra. Inmediatamente me sentía idiota por decir que podría estar sufriendo de algún estrés, ya que, sinceramente, mi vida estaba demasiado bien para que yo me pudiera estresar de cualquier forma que fuese. Seguí hablando, sólo para tratar de sentirme menos idiota.-Es eso o entonces mi SMP decidió prolongarse... Por un momento breve, pero considerable, todo lo que hizo fue mirarme de una manera extraña. Yo estaba a punto de preguntarle si todo estaba bien, cuando Nam se volvió y habló.-Creo que debes ir a un médico.Me preocupé. Casi nunca la veía acordando con Rebecca. Esto no debería ser una buena señal.-¿Crees que es algo grave? - Pregunté, ya un poco nerviosa. Ella pareció medir las palabras antes de hablar.-Yo no diría "grave". Pero quizás sea importante.Cierto. Ahora estaba oficialmente con miedo.-Está bien... - Conseguí contestar, tratando de contener el leve pánico que comenzaba a surgir dentro de mí. - Voy a citar un día...-Vamos hoy. - Ella me interrumpió, pero enseguida intentó calmarme (porque yo había hecho cara de desesperación y lo sabía), explicando. - Ya faltaste al trabajo hoy, y yo ya estoy aquí.Te hago compañía.Eso podría haber parecido un simple acto de camaradería. Pero no lo fue. Nam no quería quedarse conmigo aquella tarde sólo por encontrar mi compañía agradable. Ella estaba preocupada, y eso estaba claro. Sin pensarlo mucho, me vestí con cualquier ropa cálida que encontré y salí con Nam.Ella me guío hasta su auto, estacionado en la calzada a pocos metros del edifico de Rebecca.-¿Vamos a avisarle que vamos al médico? - Pregunté, ya colocando el cinturón de seguridad.-No. Es mejor para todos omitir esto por el momento.Yo estaba de acuerdo. Conocía a Rebecca suficientemente bien para decir que, si dijéramos a dónde íbamos, veinte minutos después ella estaría en el mismo lugar.Cuando llegamos a la clínica no muy lejos de allí, Nam me dejo sentada y fue a hablar con la recepcionista. Comencé a enfadarme por ser siempre tratada como una niña. Cuando ella volvió, me dijo que vería a un médico general de allí a unos minutos.-¿Clínico general?-Tal vez eso no sea el caso para un gastroenterólogo. - Ella respondió. Pero nuevamente se apresuró a calmarme. - Pero sólo estoy tanteando. Puede ser una infinidad de cosas, sólo estoy tratando de cubrir todas las posibilidades.Ella estaba mintiendo. Eso no era tanteo. Nam podía no saber exactamente lo que era, pero ella sospechaba algo que no quería decir.Y todo ese misterio sólo hizo que me quedara gradualmente más nerviosa.Entramos en uno de los consultorios y nos encontramos con un médico gordito, bajo y barbudo. Él parecía ser simpático y agradable, pero yo sólo daría algún crédito a su aparente bondad después de oír de él que lo que tenía no era grave. Por el momento, estaba muy ansiosa de ser agradable con él también.-Y entonces, Freen. ¿Cuál es el problema? - Me preguntó sonriente, y yo respondí la verdad. Dije todo lo que estaba sintiendo, hace cuánto tiempo lo sentía y lo que hice para mejorar. Esta vez, no omití ningún detalle. Nam se quedó de pie detrás de mí, y noté que, de vez en cuando, el Dr. Collin (como decía su insignia) arrojaba miradas rápidas hacia ella, y décimos segundos después volvía su atención a mí. Entonces tuve la seguridad de que estaban manteniendo algún tipo de comunicación lejos de mis ojos.-Entonces, vamos a hacer algunos exámenes. ¿Tienes miedo de la aguja?Todo empezaba con un examen de sangre. Pero estaba todo bien, porque primero, no tenía miedo a las agujas, y segundo, la reacción del Dr. Collin me hizo relajarme: Él seguía siendo simpático y tranquilo, y, para mí propio bien, me obligué a pensar que, si creía que fuera algo serio, no seguiría engañándome con esa sonrisa agradable.El examen fue hecho, y la espera fue larga: Más por mi nerviosismo que por el tiempo en sí, ya que todo lo que tuve que esperar fueron treinta (largos) minutos. El teléfono de Nam sonó algunas veces, pero ella simplemente miraba la pantalla y no atendía. -¿Es ella? - Pregunté sentada a su lado en la sala de espera.-Sí. Debe estarse arrancando el cabello.-¿No crees que es mejor atender?-Bueno, ¿quieres que venga aquí?-No...-Entonces creo que es mejor seguirla ignorando.Ella estaba segura, pero no podía dejar de pensar que eso era maldad a Rebecca.Ella debe estar tan nerviosa que probablemente le gritaría a Nam por las llamadas no atendidas, y también a mí, por haber olvidado el teléfono en el apartamento. Comencé a estar ansiosa por la futura reprimenda, y una vez más tuve que contener las ganas de llorar, por algo que aún no había sucedido.-¿Falta mucho? - Pregunté como una niña, queriendo irme de allí lo más rápido posible. -Algunos minutos.Yo estaba impaciente. Impaciente y con miedo. Al mismo tiempo que quería ver el resultado, no quería saber sobre la enfermedad, sea cual fuera. Nam comenzó a hablar conmigo sobre banalidades, y yo respondía mecánicamente. Ella preguntó sobre mi trabajo y si yo estaba animada por mudarme, pero tuve la impresión de que todo aquello sólo estaba siendo hecho porque ella misma quería perder el tiempo con alguna cosa, para que pasara más rápido también. Ella misma parecía un poco tensa.-¿Qué crees que es? - Pregunté.-No sé. - Ella respondió, mirándose las manos. - Pero creo que no es algo malo.-Cualquier enfermedad es mala. - debatí sin pensar.Ella no respondió. ¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Dos días?-¡No puedo soportarlo! Estoy a punto de tomar un calmante... - Y lo estaba. Mis nervios me mataban. - ¿Tienes alguno ahí?-No. ¿Te has medicado mucho estos días? - Preguntó, de forma casi inocente.-No, no tomo medicinas, sólo en situaciones extremas. - Confesé.-¿Pero tomaste alguno, digamos... este mes que pasó? ¿Para mareo, dolor o mejorar el humor? -NoElla parecía aliviada. Nam y su aura de misterio estaban empezando a darme nervios también. Su celular sonó de nuevo, y, de nuevo, ella no atendió.-Freen Sarocha.- La enfermera habló, y entonces nos levantamos las dos y caminamos hacia ella. Sala 302, el Dr. Collin ya está esperando.Caminamos por el pasillo en silencio. Era un pasillo largo y olía a medicinas. Yo estaba empezando a marearme otra vez.-¿Me voy a tener que operar o algo? - Pregunté sin pensar, rompiendo el silencio incómodo. - Voy a estropear el viaje a Londres...-No te preocupes por eso. Si tienes que hacerte alguna operación, creo que no va a ser por ahora.-¿Cómo así? ¿Las operaciones no se realizan lo antes posible?-Bueno, en algunos casos... - Ella comenzó, pero no concluyó el pensamiento porque, al momento siguiente, entramos al consultorio médico.-Hola de nuevo, señoras. - El Dr. Collin habló con una sonrisa tierna y sincera. Me sentí automáticamente más tranquila. Esta vez, Nam se sentó a mi lado, y tuve la impresión de que ella había hecho aquello en caso de tener que agárrame.-Hola. - Me apresuré a responder, sentada en el borde de la silla. - ¿Y entonces? Es sólo un estrés idiota o algo así, ¿no es así?-Bueno... No. - Respondió de forma categórica. - Usted no está enferma.¿No estaba enferma?-¿Y entonces? - Pregunté otra vez, y Nam me empujó hacia atrás, haciendo que me recostara en la silla. Era claro que ella sabía lo que estaba a punto de oír. Pero yo no tenía la menor idea.Por eso, durante mucho tiempo, las palabras que siguieron fueron las últimas que recordaba haber escuchado, resonando dentro de mi cabeza como si quisieran convencerme de los hechos.-¿No es obvio? - Sonrió. - Estás embarazada.Seguía mirando el rostro gordo y bondadoso de aquel médico. ¿Cuál era su nombre? Bueno, no importaba.Nada importaba. Porque yo estaba embarazada.-Era lo que yo imaginaba.Aquella parecía ser la voz de Nam. Ah sí. Nam. Ella estaba a mi lado.Pero no importaba. Porque yo estaba embarazada. -¿Freen?Su voz sonó a mi lado otra vez. Hasta donde yo recordaba, ése era mi nombre. ¿Debería responder? Ella me estaba llamando.¿Pero qué importa? Carraspee de forma suave, sólo para hacer algo más allá de respirar. Me pareció ser la cosa más fácil de hacer. Intenté razonar, pero obviamente no lo conseguí. Sin embargo, fui capaz de pronunciar la única respuesta que mi cerebro había logrado formular, en una voz tan espeluznantemente calmada que sólo hacía más claro el tamaño de mi desesperación.-Eso es imposible.Tal vez eso fuera una obvia prueba de que yo dudaba de los conocimientos médicos del Dr. Collin. Tal vez se enfurecería conmigo, pero no estaba exactamente importándome eso. Sin embargo, no pareció sacudirse con mi incredulidad, y su sonrisa permaneció sincera.-Ah no. No lo es. No estoy diciendo que puedes estar embarazada. Estoy diciendo que lo estás.Yo inspiré. Y expiré. E inspiré otra vez.-¿No existe la posibilidad de que sea otra cosa? - Pregunté, calmada y pausadamente. -No. Lo que acabas de hacer fue, además de otras cosas, el examen Beta hCG. Él dice si estás o no embarazada, y cuál es la etapa de tu embarazo, a través de la medición de la cantidad de hormonas hCG en su cuerpo. Su resultado dio, indudablemente, positivo. -El resultado de ese examen... - Comencé, con los ojos cerrados. - ¿Constató que tengo esa hormona?-Sí, la hCG se produce no sólo en el embarazo...-¡Entonces no puedo estar embarazada! - Interrumpí sin la menor educación, desesperada por agarrarme a aquel pequeño pedazo de argumento. Me miró impaciente y sonrió aún más, como si tuviera algún retraso mental.-El valor de referencia de la hormona en mujeres no gestantes es inferior a 25 mUI/ml. El suyo dio aproximadamente 17.000 mUI/ml.42Lo miré como una imbécil. Intentando pensar en algo que sirviera como argumento, pero razonar parecía muy difícil."¿No es obvio?, estás embarazada.""Estás embarazada.""Embarazada."-¿Freen? - Nam llamó de nuevo. De nuevo, no respondí.-¿Doctor? - Llamé.-¿Pues no? - Respondió sonriendo.-Eso es imposible. - Concluí, esperando que me enviara a la mierda en cualquier momento.-¿Por qué crees que es imposible? - Preguntó, aún muy agradable.-Porque tomo anticonceptivos. - Respondí, con un aire de triunfo.-¿Desde cuando?"Desde siempre," quería responder. Pero pensando bien, ésa no era la respuesta correcta. Siempre había tomado píldoras anticonceptivas. Era necesario en mi antigua "profesión." Pero recuerdo, claramente, de haber interrumpido el uso de ellas cuando decidí librarme de la imagen de prostituta, después de que Rebecca se fuera.-Siempre he tomado. Me detuve con la medicación por algún tiempo, pero luego la volví a tomar.-Y durante ese periodo sin las píldoras, ¿usted tuvo relaciones sexuales sin el uso de preservativo?-No, no tuve relaciones sexuales con nadie en ese periodo. - Respondí categóricamente, deseando más que todo que ellos creyeran en mí. Nam principalmente.-¿Y no olvidó tomar la píldora algún día, después de que retomó sus relaciones?No necesité hacer mucha fuerza para recordar el único día en que yo había olvidado tomar la píldora: Justamente el primer día que decidí volver con los anticonceptivos. Lo que correspondía, justamente, al día en que Rebecca me había encontrado otra vez. Yo comenzaría una nueva cartilla en esa ocasión. Pero las circunstancias obviamente me distrajeron y me hicieron olvidar completamente eso. Volví a recordarlo sólo un día después, sólo entonces iniciando de hecho la cartilla. Pero aún así...-El día que reencontré a Rebecca... - Comencé, como si el Dr. Collin supiera quién era Rebecca. - Mi novia es intersexual, y yo olvidé tomarlas. Sería el primer día de la cartilla... ¡Pero usamos condón!-¿Y continuaron usando en las relaciones posteriores?-No... Nosotras tuvimos sexo sin preservativo en el segundo o tercer día de la cartilla. - Hablé, ya lamentando por mi respuesta, y apresurándome a añadir. - ¡Pero ella se vino fuera! ¿Creé que fue ahí...?-No. Las posibilidades son remotas. Usted dijo que ya estaba acostumbrada a usar píldoras durante algún tiempo, así que creo que desde el momento en que reinició con la primera pastilla, ya estaba bajo el efecto del anticonceptivo.-Entonces... - Comencé, queriendo alguna respuesta.-Entonces, creo que hay algún detalle que usted está olvidando. Una cierta brecha. Lo que puedo asegurar por el momento es eso: Usted está embarazada.Escucharlo una vez más hizo que, de nuevo, mi corazón perdiera un latido. Pero esta vez, tal vez porque ahora mi cerebro ya había vuelvo a trabajar, esas palabras no me lastimaban. No fue desesperante. Sólo es sorprendente.Sentí algo dentro de mí. Algo bueno. Como si una energía desconocida hubiera entrado dentro de mi cuerpo y me dio una sensación de esperanza. Una sensación que, aunque me asusta, me dejó feliz.Instintivamente, lleve mi mano izquierda hasta mi vientre, obviamente todavía muy plano por el estadio poco avanzado del embarazo. Miré como quien esperaba un susto inminente.-No sé por qué está tan nerviosa. Oí decir. Estoy seguro de que su novia va a adorar la noticia.-Hace cuánto tiempo... - Comencé, todavía mirando débil mi vientre.-Sólo es posible saber el tiempo de gestación correcto con una ecografía. Pero por los niveles de hormona en su sangre, calculo que está alrededor de la octava o novena semana.-Eso da dos meses completos. - Ahora quien habló fue Nam. - ¿Freen no sentiste falta de tu menstruación?-Yo no menstruo. - Respondí mecánicamente. - Emitiendo una cartilla por otra, no tengo sangrado por privación. Y fue pensando en esa respuesta que un pánico creciente se apoderó de mí.-Dios mío... ¡Tomé anticonceptivos embarazada!-Calma. - Oí la voz del Dr. Collin tratando de calmarme. - No tenía como saberlo.-¡Pero va a hacer daño al bebé! - Argumenté, un poco desesperada.-No lo hará. Usted está a principio del embarazo, el feto no va a ser perjudicado. Sólo tienes que parar con las píldoras ahora que sabes que vas a ser madre.-Bebí también... - Comencé al recordar todas las mierdas que había hecho, y sentí la presión en mi cabeza aumentar.-¿Cuánto? - Preguntó.-Tres vasos de vino en víspera de año nuevo. - Miré a Nam sin motivo alguno. - Y también un vaso la otra noche...-¿Usted suele beber?-¡No! - Me apresuré a responder. - Eso fue todo lo que bebí.-Está bien. Siempre que no beba a partir de ahora. ¿Fuma o usa algún tipo de drogas? -No.-Bien. No se auto-medique, algunas sustancias pueden hacer daño al feto. La primera cosa que usted debe hacer ahora es buscar un obstetra. Va a guiarla mejor. Y no se preocupe, su bebé no corre riesgo.Mi bebé no corre riesgo Reí para mí misma Mi bebé.Estoy embarazada.-¿Alguna duda, Freen? - Oí la voz bondadosa del médico que me sacaba de mis divagaciones.-Sí... ¿Esa puerta es el baño?Rogué para que fuese, porque no esperé por su respuesta. Pasé allí y conseguí alcanzar el inodoro antes de vomitar en los azulejos del suelo. Nam vino a socorrerme, sosteniendo mi frente con delicadeza. No vomité mucho, incluso porque había comido muy poco.-Espero que esto no sea nerviosismo. - Ella concluyó, ayudándome a levantarme, y dejando claro que sabía que eso se daba, sí, por mi estado emocional.-¿Cómo voy a decirle? - Pregunté, incapaz de ocultar el miedo. - Simplemente dejamos de usar condones porque le di la seguridad de que usaba las pastillas de mierda...-Calma. - Nam me interrumpió. - ¿Qué crees, que te va a culpar? Rebecca no es idiota.No era cuestión de ser idiota. Era cuestión de confianza. Ella había confiado en mí, estaba segura de que no sería madre por accidente. ¿Cómo le explicaría esto a ella? ¿Cómo, si ni yo misma entendía lo que había sucedido?Salí del centro médico con los consejos de "buena gestación" del Dr. Collin. Sentí el registro caer poco a poco, como si fuera algo imposible de aceptar de una sola vez. Un embarazo no estaba en los planes de nadie: Muy por el contrario, se estaba evitando. Por eso, no conseguí dejar la ansiedad de lado durante todo el recorrido de vuelta al apartamento de Rebecca.-Ok, tengo que hablar. Lo siento, no quería traer eso a tema...Me volví a ella por primera vez, sorprendida por la voz de Nam. El viaje había sido silencioso hasta ese punto. Todavía digiriendo la información, intentando desesperadamente trazar algún plan para cuando Rebecca viniera con preguntas como "¿Dónde estuvieron toda la tarde?" y después de la respuesta, algo así como "¿Y cuál fue el diagnostico?"-¿Qué pasó? - Respondí, tratando de organizar las ideas. Lo que Nam decía casi siempre era importante, pero en aquel momento no podía darle importancia a prácticamente nada. Nada que no fuera relacionado con la pequeña cosita que se formaba dentro de mí.-Lo siento... - Ella repitió, tratando de mantener los ojos en la calle delante de nosotras. - Sé que no es de mi incumbencia, sé que no tengo que meterme en la vida que tú y Rebecca llevan... Pero es sobre él, tu hijo...Nuestro hijo. Mío y de Rebecca. Nuestro.-Y sé que es desagradable traer de vuelta algunas cosas... - Nam continuó. - Pero tienes que asegurarte de que... Bueno, que no tienes nada. Sabes... mujeres como tú... Tú antiguamente, claro... Puedes tener alguna enfermedad... Y el bebé...Fue la primera vez que vi a Nam tartamudear. Sin embargo, no me dejé afectar con ese recuerdo. No era lo suficientemente importante para ello. Yo estaba embarazada, y muy pocas cosas además importaban realmente. Y aunque era innegable que "meterse" era exactamente lo que ella estaba haciendo, aún así la entendía. Es claro que Nam estaba segura: Una cierta enfermedad podría hacer que el feto corra riesgo.-Estoy limpia. - Dije en un tono bajo, girándome a la ventana del coche y observando los árboles que quedaban atrás. - Siempre me hice exámenes periódicamente. El último fue hecho después de que Rebecca se fue. Y después de que eso sucedió, no estuve con nadie.Por lo que podía ver desde mi visión periférica, ella me miraba con interés mientras esperaba la señal abierta. No me importaba.-Lo siento... - Ella dijo.-Está bien. No me importa. Y no me importaba siquiera. Simplemente porque nada era lo suficientemente importante. Yo estaba embarazada.De Rebecca. -¿Por qué estás sonriendo? - Escuché a Nam preguntar, otra vez poniendo el coche en movimiento.-Por nada. - Respondí, tratando de alejar la imagen que se formaba en mi cabeza de un bebé tierno, rosado y sonriente, carcajeando mientras Rebecca besaba su minúscula barriga entre almohadas suaves. En mis pensamientos, ella parecía feliz con la novedad. En mis pensamientos, ella me abrazaría y diría que me amaba. Y diría que aquel hijo era lo mejor que podía haberle dado. En mis pensamientos, todo sería perfecto. Pero no siempre las cosas sucedían de acuerdo a mis pensamientos.

My sweet prostitute (adaptación Freenbecky) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora