capitulo 18

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Freen POV.


Desperté con el canto de un pájaro en alguna parte. No recordaba tener un sueño tan leve, por lo que la sensación de simplemente arrancarme de mis sueños tan fácilmente era extraña. Pero no me importó.

Me levanté, aún con los ojos cerrados, volviéndose completamente en la cama y, en el proceso, dándome de cara con Rebecca. Ella vestía un conjunto básico gris pantalón de chándal y camisa simple. Me acordé que la noche anterior no llegué a verla sacarse la ropa antes de que ambas cayéramos en el sueño. Por eso, todo indicaba que ella ya estaba despierta durante algún tiempo, aunque sus cabellos todavía estaban un poco húmedos del baño que no la vi tomar.

Ella me miraba de forma seria. Sus ojos estaban claros y traslúcidos aquella mañana que parecían ser hechos de vidrio.

-¿Adivina? - Ella habló, todavía mirándome, a pocos centímetros de mí, con una expresión de ansiedad y sorpresa. Aún confusa por el sueño, no me di cuenta de que parecía un poco divertida. Por eso, aquella pregunta, tomándome desprevenida, me asusto.

-¿Qué pasó? - Pregunté, ya preocupada, tratando de dejar mi voz clara, aunque todavía my ronca.

-Voy a ser madre.

La miré por un buen rato, tratando de poner los pensamientos en orden y finalmente entendiendo lo que ella estaba diciendo. Enterré la cara en la almohada y murmuré contra el.

-¡No me asustes así!

La oí reír a mi lado, mientras besaba mi cuello de una manera tierna.

-Pero es verdad, ¿no te contaron? - Ella comenzó, respirando contra mis cabellos, mientras un brazo envolvía mi cintura. - ¡Voy a ser madre!

-Me contaron. - Provoqué, aún contra la almohada. - Antes incluso de contarte a ti.

Sentí su abrazo aflojar un poco a mi alrededor.

-Sí... Debería haber estado en ese momento.

La miré otra vez, tal vez queriendo disculparme por algo.-No sabía lo que era...

Pensé que era otra cosa... Lo siento.

-Está bien... - Ella dijo, peinando hacia atrás con los dedos mi cabello, pero aún así conseguí ver un pequeño rastro de una tristeza verdadera por no haber recibido la noticia junto a mí.

-Puedes seguir de cerca el embarazo a partir de ahora. ¿Ya es algo, no?

Ella sonrió de una forma un poco maléfica, y por un momento tuve miedo de lo que pasaba en su cabeza.

-Ah, no te preocupes. Estaré muy presente.En el mismo momento que mi respuesta se daría, su teléfono sonó en la mesita de al lado. Ambas miramos el teléfono, pero ninguna de las dos se movió.

-¿No vas a atender? - Pregunté, cuando me di cuenta de que Rebecca parecía un poco lejos de ese acto.

-¿Crees que es necesario? - Me preguntó, con una cara triste.

-Puede ser alguien importante. Alguien queriendo hablar contigo.Ella soltó un murmullo de descontento y se alejó de mí con reticencia, rodando en la cama para alcanzar el aparato que aún sonaba con la misma música irritante.

-Oh, por supuesto...

- Oí que decía después de ver la identificación de quien pertenecía la llamada. Cuando ella volvió a acostarse a mi lado, atendió la llamada sin posicionarlo cerca de su oído. Miré la situación un poco curiosa.

-Estás en altavoz, mamá.

Era clara. Tal vez su instinto materno le hubiera advertido de que era una buena hora para llamar y enterarse de la vida de su hija.-Rebecca... - La oí decir, y su voz sonaba extrañamente controlada. Al igual que estuviera forzándose para no llorar. - Taylor me llamó...-Me extrañaría si aquella chismosa no te hubiera llamado. - Dijo en buen estado de ánimo, mirando débilmente el celular, igual que yo.Recordé que la noche anterior, Taylor había llamado a Rebecca. Pero yo no sabía el contenido de la conversación que tuvieron, porque además de haber sido rápida, pocas palabras habían sido intercambiadas. Entonces, Taylor había llamado a Clara. ¿Pero que le había contado? ¿Y qué sabía exactamente?-¿Es verdad? - La voz llorosa de Clara sonó otra vez, y de repente respondí a mi propia pregunta mental: Todo. Taylor lo sabía todo.Rebecca me miró, como si me pidiera que prosiguiera. Pensé por un momento si debía ser yo quien diera la noticia, pero como Rebecca parecía animada con la idea, hice su voluntad.-Hola Clara... - Empecé, sólo para que ella supiera que yo estaba allí también. - Bueno... Sí... Es cierto.Hubo algunos segundos de silencio, hasta que un grito agudo llegó a nuestros oídos a través de la llamada, haciendo que Rebecca distanciara el aparato y apretara un botón probablemente cancelando el altavoz callando inmediatamente el grito de su madre del otro lado de la línea.Ella colocó el teléfono cerca de su oído, ahora manteniendo la conversación sólo entre las dos. Rebecca sonrió de una manera tan feliz que, por más que yo no supiera lo que Clara estaba diciendo, sentí ganas de sonreír también. Sin embargo, pude captar fragmentos del diálogo sólo analizando las respuestas que ella daba. Cosas como "hace cuánto tiempo", "cuando supieron" y "como está, Freen" con certeza fueron preguntadas.Momentos después, Michael entró en la conversación. Rebecca parecía radiante en contar detalladamente a los dos la novedad, y con cada respuesta su sonrisa se alargaba aún más, lo que automáticamente hacía que mi corazón perdiera algunos latidos y mi respiración saliera en suspiros enamorados. En una respuesta u otra ella me miraba, con una mirada de preocupación un poco exagerada y rara. En esos momentos, todo lo que hacía era sonreír para ella, sólo con la intención de decirle, sin interrumpir su llamada, que estaba todo bien. Fue cuando, después de mucho tiempo, hice mención de levantarme, que parecía más aprehensiva.-Papá, tengo que colgar ahora. Fini, quiere ir al baño. Hasta luego, un beso.Y así, sin más, colgó, viniendo a mi encuentro y poniéndose de piel delante de mí. La miré un poco sorprendida, imaginando a Michael en ese preciso momento aún mirando al teléfono con un aire de "¿qué mierda fue esa?"-¿Qué fue eso? - Pregunté, todavía sentada.-¿Qué?-Acabas de colgar en la cara de tu padre.-No lo hice. Me despedí. Sólo tuve que hacerlo rápido antes de que te levantaras sola.Seguí mirándola con una cara de "¿cuál es la mierda de tu problema?"-¿Y si me levante sola...? - Pregunté, de forma pausada.-¡Estás embarazada! - Ella respondió de forma sencilla, como si ese argumento finalizara la discusión, sin posibilidades para más debates. Me quedé en silencio, todavía mirándola.-¿Rebecca?-¿Sí?-No seas rara.-¿Qué? ¡No estoy siendo rara! Tengo que cuidar de ti.Al mirarla, me pareció mejor no dar cuerda a aquella discusión. Temprano o tarde ella vería que estaba exagerando, entonces acepté su ayuda incluso innecesario y me levanté de la cama, caminando hasta el baño para hacer mi higiene matinal. Es necesario convencerla de que no había necesidad de todo aquel cuidado que Rebecca se mostró reciente al salir del baño. Intenté explicar, de la manera más educada posible, que yo quería hacer pis y bañarme sin que ella quedara como una maniática psicópata en el rincón mirándome.-Entonces deja la puerta entreabierta

My sweet prostitute (adaptación Freenbecky) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora