Capitulo 1

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El sonido de los platos chocando los unos contra los otros y los cubiertos en la mesa resonaban por toda la casa.

— La comida está servida, amor.

Aquel hombre se sentó en la enorme mesa junto a su esposa, dispuestos a empezar a comer, o eso quería hasta que notó la ausencia de su hijo.

— ¿Y tu hijo? No me digas que ese inútil no se ha despertado.

— N-no lo sé cariño — respondió, sin poder evitar temblar, no quería que su esposo volviera a enojarse otra vez.

El hombre solo chistó los dientes, fastidiado.

— Dile a ese bastardo que baje a comer ahora mismo, en esta casa todos comemos a la misma hora, no es un jodido hotel para que coma a la hora que le plazca.

La esposa, cabizbaja, simplemente asintió, y como buena esposa sumisa se levantó de la mesa, dirigiéndose hacia arriba a la habitación de su hijo.

— Lo que me faltaba, no le basta con ser una decepción para la familia — murmuró, completamente molesto, su expresión denotando fastidio — De saber que mi propio hijo iba a salir así ni siquiera-

Sin embargo, su monólogo fue interrumpido debido al fuerte grito de horror de su esposa que resonó por toda la casa.

Rápidamente se levantó de la mesa y corrió, subiendo los escalones de dos en dos debido a la urgencia.

Divisó a su mujer en el pasillo, la cual estaba enfrente del cuarto abierto de su hijo, se encontraba de rodillas en el suelo mientras agarraba la manija de la puerta, todo su cuerpo temblaba violentamente, incontables lágrimas se deslizaban por su rostro.

— ¿¡Pero qué te pasa mujer?! ¿¡Acaso-

Sin embargo, sus palabras fueron interrumpidas en el momento en el que llegó al cuarto de su hijo y pudo ver el interior de la habitación.

Él también sintió sus rodillas temblar.

¿Y cómo no?

Si en el interior de aquella habitación yacía el cuerpo inerte de su hijo, colgando del techo con una cuerda alrededor de su cuello...

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Esa molesta alarma otra vez.

Extendió su mano y la apagó, apoyando una mano sobre su frente, mirando hacia su desgastado techo con montones de goteras en el.

Suspiró mientras contemplaba el hecho de si levantarse sería una buena idea, o más bien si tenía ganas de hacerlo, pero aunque no quisiera tenía que hacerlo.

Poco a poco se levantó de su "cama" la cual solo eran un montón de colchas apiladas en el suelo, y se sentó.

Sintió su cuerpo pesado, como si el hecho de haber dormido ocho horas no hubiera sido suficiente para reponer energías.

Bueno, no es como si las pesadillas lo hubieran dejado descansar de todas formas.

Estaba cansado.

Se dispuso a vestirse lo más elegante posible, todo de una manera robótica, ni siquiera notó cuando ya tenía su desgastado traje puesto, sus pensamientos distrayéndolo completamente.

Se miró al espejo, peinando su cabello mientras buscaba verse lo mejor posible.

A pesar de ser una persona con una bella apariencia, lo único que podía ver en el espejo era un hombre desgastado y acabado.

Karma || JayDanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora