Karma || JayDan

Capitulo 7

El único sonido que se podía escuchar era el constante pitido de las maquinas del hospital junto con el llanto del chico.

Sus fuertes sollozos llenaban la habitación, gruesas lagrimas caían de sus ojos esmeraldas, siendo incapaz de parar. La mujer solo retiró las lágrimas con su pulgar.

— No llores mi niño, nunca me ha gustado verte triste — habló, poniendo una de sus manos en la mejilla del chico, este solo tomó su mano entre las suyas.

— No me dejes mamá, te lo ruego — sollozó, la mujer solo le dedicó una suave y cariñosa sonrisa.

— Oh cariño, me hubiera gustado quedarme contigo por mas tiempo, pero mamá está cansada.

El chico solo sollozó mas fuerte mientras negaba con la cabeza

— Por favor mamá, aguanta otro poco, algo se me ocurrirá, hare que te cambien a otro hospital, compraré mas medicina, pero por favor, no me dejes.

La sonrisa nunca abandonó el rostro de la mujer, lentamente acarició el rostro de su hijo, mientras negaba con la cabeza.

— Se lo mucho que te está costando pagar las cuentas del hospital hijo mío, si me transfirieres a otro, sé que quedarías en la calle, ya no quiero que desperdicies tu dinero en mí.

— ¡Nunca me dolerá gastar mi dinero en ti mamá, no digas esas cosas! ¡Yo-

— Daniel, no será necesario que gastes, puedo sentirlo, mi hora está por llegar.

El chico finalmente se rompió, pues se dio cuenta que no podía hacer nada.

— Perdóname mamá... Perdóname por favor, nunca fui el hijo que merecías — lamentó.

— No necesitas disculparte mi niño, perdóname tu a mí, nunca te pude dar la vida que merecías, siempre fuimos pobres y ahora mi partida te dejará con muchas deudas. Perdóname, fui una mala madre, ¿No es así?

— ¡No digas eso! ¡Eres la mejor madre que pude haber tenido! — reclamó, sintiendo que se estaba quedando sin voz — ¿Qué se supone que voy a hacer sin ti?

— Estarás bien hijo, prométeme que cuidaras de ti, se bueno, no olvides comer sano, no estaré más para cuidarte así que tienes que tener cuidado, solo prométeme una cosa, se feliz, ¿Sí?

Daniel solo agachó la cabeza, negando.

— No puedo mamá, después de lo que hice no lo merezco, por favor no te vayas, tu eres la única persona que me quiere aun después de lo que hice, sin ti estaré solo — sollozó.

— Oh cariño, sé que lo que hiciste estuvo mal, pero no dejes que lo que hiciste te defina como persona, la culpa la tengo yo, nunca te corregí, nunca te instruí por el buen camino — una lagrima traicionera se deslizó por el rostro de la mujer — Lo hecho está hecho, si bien hiciste algo malo, lo que puedes hacer de ahora en adelante es aprender de lo que hiciste y seguir adelante con tu vida cariño.

— No creo poder lograrlo sin ti mamá, por favor no me dejes solo...

— No estarás solo Dani, veras que llegara alguien que te tenga el mismo amor que yo te tengo, se feliz hijo, mi único deseo como tu madre es que tu seas feliz, te amo.

La mano que estaba en su mejilla descendió lentamente hasta caer inerte, la expresión de la mujer quedándose en una sonrisa, sus ojos estaban abiertos, pero sus latidos y su respiración se habían detenido para siempre.