Capítulo XII: Camelia

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Capítulo XI: "Camelia"

La pelirroja conocía bien el camino hacia el lof. Antes de que el lugar fuera completamente sitiado, había visitado la zona en varias ocasiones junto a Waijikö y Nata para recuperar objetos, por lo que sabía cuál era la ruta correcta. Sin embargo, el hecho de que el lof estuviera ahora sitiado generaba incertidumbre. ¿Cómo se vería un lof en esas condiciones?

Se imaginaba que no sería fácil llevar a cabo su plan... o más bien, su falta de plan. Su única estrategia consistía en llegar y enfrentar la situación sobre la marcha, consciente de que incluso entrar al lof podría resultar complicado.

Sacudió la cabeza, mientras avanzaba en completo silencio a través del oscuro bosque, iluminado solo por la linterna que había tomado de uno de los cadáveres de los canaijis.

Cuando llegó al lof, el sol comenzaba a despuntar tras las montañas.

Camelia se alzaba en medio de un extenso valle rodeado por imponentes montañas. Lo más destacado del lof era la enorme represa construida un poco alejada del núcleo habitacional, pero visible desde cualquier punto del lugar.

Shiby observó Camelia desde la cima de una colina. No se veía mucho movimiento; de hecho, no había señales de vida en las calles de tierra.

Comenzó a descender entre los árboles, reconociendo el camino que había tomado en su visita anterior. En esta ocasión, sin embargo, debía mantenerse fuera de la vista de cualquier observador.

Avanzó cuidadosamente por el bosque. A pesar de la falta de sueño, su cuerpo parecía tener la energía suficiente para resistir más horas sin descansar. Sin embargo, sabía que antes de poder descansar, debía liberar a Camelia. De lo contrario, su mente no le permitiría relajarse por completo y nunca recuperaría la energía perdida.

El pensamiento de desmayarse nuevamente, como había sucedido en el descampado, le provocaba un leve temor. A diferencia de aquel momento, cuando no estaba sola, ahora no contaba con nadie que velara por su descanso.

Al llegar al inicio del lof, se encontró con una alta cerca de alambre de púa que bloqueaba el acceso a las casas. Frunciendo el ceño, concentró la energía de Zunego en los alambres, liberándola lentamente.

Quería que los alambres se quemaran solo lo suficiente para cortarse y permitirle el paso, sin causar un incendio y demostrarse a sí misma que había aprovechado su tiempo en soledad para perfeccionar el control sobre su elemento.

Con el alambre comenzando a arder y la cerca cediendo, Shiby atravesó el perímetro detrás de unas bodegas vacías, acercándose a Camelia.

Antes de cruzar, se deshizo del cinturón con las armas, enterrándolas un poco más allá del perímetro. Sabía que cualquiera que la viera con dos pistolas a la cintura desconfiaría de ella, y no podía permitirse ese riesgo.

No tenía claro qué hacer a continuación; no sabía cómo eran los rebeldes ni en quién confiar. Su única certeza era que no debía ser atrapada por los hombres de uniforme.

Avanzó con cautela, observando a su alrededor. Era de madrugada, y las calles estaban desiertas, especialmente en el pequeño sector industrial en construcción del lof. Jisäj le había contado que, desde Metrópolis, se había intentado construir fábricas para la tala de árboles, pero la comunidad del lof se había opuesto, provocando revueltas y retrasos en la construcción.

Aparentemente, la construcción había continuado, ya que ahora había más edificios de los que recordaba.

Temía entrar en las calles comerciales, ya que solían estar custodiadas por grupos de canaijis.

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⏰ Última actualización: Oct 20, 2024 ⏰

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