"Primero el suelo nativo que nada. Nuestra vida no es otra cosa que la herencia de nuestro país". - Simón Bolivar
Capítulo I: "El inicio y el final"
»La Nemamanechén, conocida por ser la "madre de los vivos", flotaba en su bola de luz por el universo iluminando los astros más cercanos. Se apreciaba confundida, como si algo estuviera alterando su aura que usualmente se apreciaba pasiva.
Afligida ante la decisión que pronto debía tomar se paseaba danzarina por la inmensidad del universo.
Sabía muy bien que había llegado el tiempo en que debía elegir una galaxia para comenzar su propia creación.
Vagó por tanto tiempo que para cuando se encontró un Anzún , también conocido como sol, no pudo evitar sentir felicidad. Al fin había encontrado una galaxia con la energía suficiente para poder comenzar a reproducir a sus hijas e hijos.
"Todos son muy hermosos", pensó la diosa observando los planetas que giraban alrededor de Anzún, maravillada por la sincronización de los planetas observó con determinación cada uno de las cinco esferas y fue ahí que notó que el tercer planeta de los cinco giraba en dirección contraria a sus hermanos.
Se dirigió a la fuente de energía que era Anzún y preguntó por qué sucedía esa discordancia entre hermanos.
—Solo sucede —le respondió el dios sol sin darle importancia al hecho.
Para la Nemamanechén aquella respuesta no fue suficiente, pues solo hizo incrementar su curiosidad. Fue tanto así que solo por esa pregunta sin respuesta decidió entonces interceder en el planeta y realizar su propia creación, sin importarle que este fuese el más pequeño de los cincos.
Para cuando pisó el planeta, pudo notar que la gran esfera había creado vida por sí misma. Aque -agua-, Ulchire -aire-, Terre -tierra- y Zunego -fuego- ya se encontraban en dominio de la tierra.
La Nemamanechén se dio cuenta que había un desequilibrio dentro del espacio, puesto que estos cuatro elementos principales se disputaban entre sí, fue entonces, que como diosa, decidió tomar cartas en el asunto y se enfrentó a los fuertes elementos.
La diosa, podía absorber fácilmente la energía proveniente de los astros en el espacio, lo que significaba que su poder era mucho más grande y poderoso que el de los otros cuatro elementos disputados.
Gracias a esto pudo controlarlos. Sin embargo, la diosa de la creación tenía conocimiento de lo poderosas que eran estas energías principales, por lo que tuvo que tomar la decisión de dividir tanto a Aque, Ulchire, Terre como a Zunego y así expandirlas por la masa terrestre.
Fue así como nacieron los mares, el aire y la tierra. Sin embargo, la Nemamanechén se dio cuenta que la única energía inestable que seguía sin tomar su lugar era el fuego, que no parecía encontrar un lugar entre el espacio. Destruyendo parte del nuevo ecosistema equilibrado del planeta, por lo que decidió canalizar toda esa energía y esconderla en lo más profundo de la tierra, guardando la energía del fuego en el centro, el cual quiso salir de su "jaula" provocando el levantamiento de tierra, creando los volcanes. Y de esta manera se pudo notar un equilibrio mejor, aunque aún le faltaba deshacerse de la parte consciente de los elementos.
Zunego, el elemento más violento de todos, se burló de la diosa explicándole que no tenía cómo deshacerse de su energía restante que seguía siendo colosal, ni de la de los otros tres elementos principales. La Nemamanechén, molesta por la arrogancia de Zunego, la hizo dormir encerrándola de los primeros en un contenedor que fuese capaz de suprimir las energías de los elementos vitales, luego encerró a los otros tres restantes. Separó a cada contenedor lo más lejos posible el uno del otro, equilibrando el mundo al mezclar parte de la energía que anteriormente les había quitado. Esperando que estos no se volvieran a encontrar para así evitar nuevamente el caos.
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Elemento: Fuego
Fiksi Ilmiah-El fuego es caos. El fuego es destrucción... Nada bueno viene del fuego. -Te equivocas -ella rezongó-, la vida proviene desde el fuego. Todo renace después de las cenizas.