Algunas botellas vacías

14 2 8
                                    

—Por favor, no me digáis que tampoco vosotros tomáis leche con el café —exclamó sorprendido Sergio al ver como pedían cafés solos los paisanos de Xavi.

—No tenemos cinco años —respondió Víctor tomando un poco de aquel café al que había tenido poca fe al verlo prepararse pero que ahora que lo probaba lo sorprendió de mejor manera.

—¿Pero qué os enseñan en Salamanca?

Víctor y Lope tomaban desayuno en el mercado de la Cebada con Tirso y Sergio. Este último era el menos pijo de todo el grupo de amigos, resultaba más ordinario en cuanto gustos y formas de ser que pronto encontraron con él mucha complicidad. Era animado, entusiasta y demasiado efusivo, un complemento perfecto para que la personalidad animada y solvente de Lope saliera de forma natural y encandilara incluso a la cocinera del local donde se encontraban charlado de su forma de ver el amor.

—Ay mira que monos... estos cubiertos son lo más —dijo Lope jugando con el tenedor que la camarera le había puesto —, tienen el peso adecuado para comer y para dar un buen trallazo y el color...—siguiendo su soliloquio —, mis tíos tienen unos súper ligeros tan feos...

—¿Estás hablando de cubiertos? —preguntó perplejo Tirso. Era le último tema a tratar, incluso el clima era una mejor opción.

—Si, en casa trabajo como camarero en el local de mis tíos... —volviendo a ponerlo en su sitio.

—¿De verdad? —insistió Tirso cogiendo su mano para sentirla —, madre mía pobres de tus manos... no me digas que eres lava loza por Dios...

—No —dijo Sergio bajando su taza de café —, te ha dicho que es camarero.

—Y es muy popular —dijo Víctor a modo de hacer sonrosar a su amigo —, tiene una mano para trabajar de cara al público.

—Recuérdame que te traiga una crema que hará maravillas por ellas y las volverá a su textura original —soltó Tirso sin haber puesto atención a lo último de la conversación.

—Ah, ahí viene la camarera, por favor pensad bien lo que queréis que no quiero que dé tanta vuelta.

Aquella complicidad que habían encontrado con Sergio también había sido el elemento para que él y Tirso, otro chico de lo más particular hicieran buenas migas; Lope se sorprendió tanto por el valor que tenía por llevar los ojos pintados de un color poco discreto y una manicura totalmente imperceptible pero que demostraba que sus manos no servían para trabajar. Parecía no tener miedo a lo que dijeran las personas cuando se cruzaban con él. Lope al poco de conocerle intentó no ser evidente pero le había visto por un largo tiempo, todo lo que tuvo que haber pasado para llegar a la conclusión de que así se sentía bien.

Verles le hizo cuestionarse si era verdad que fuera de la capital todo seguía siendo algo retrógrada y punitivo con las personas que resultaban ser diferentes. Sintió que tenía miedos que no había contemplado o analizado antes porque había visto a Tirso mirar con cierto descaro a un chico que pasaba a un lado de ellos, Lope se había privado de aquellos impulsos al estar rodeado de chicos que podrían reaccionar a aquello de una forma no tan positiva.

Aquel tema, el del romance y amor, salió casi cinco minutos después, cuando Víctor decidió saber cómo es que dos chicos como Sergio y Navii se conocieron y peor, decidieron vivir juntos.

—Lo admito, hay días en lo que también me lo pregunto pero... hemos pasado por tantas cosas que solo refuerzan que somos el uno para el otro.

A Víctor le pareció curioso su historia: se conocieron en último de bachillerato y desde entonces estaban juntos. Siete años y seguían juntos. A pesar de todo lo que pasaron los últimos años que según ellos resultaron ser cruciales y los más satisfactorios para su relación. Escuchó cada altibajo en la relación hasta el que casi hace que no se volviesen a ver. Le pareció fascinante la idea de encontrar el amor verdadero. De pronto, al escuchar aquella historia, pensó en la formas en que se enamoran los chicos de otros chicos. Según contó, Sergio tenía novia y había tenido novias cuando se enamoró de Navii y que ello supuso un tremendo problema que a pesar de este siguieron adelante con la relación. ¿Cómo acertar quién es el chico por el que vale la pena arriesgarlo todo por estar con él? ¿Cómo sabría que él era un chico que valía la pena?

Enamorarse en MadridDonde viven las historias. Descúbrelo ahora