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Palabras: 8654
Pensé que esté sería el último capítulo, pero se ha alargado más de lo que pensaba, así que sí que sí, este es el penúltimo, trataré de subir el último lo antes posible. ^^
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Los enanos habían caído en combate, cada uno dormía en una cama improvisada entre el salón y la cocina. Uno dormía en el fregadero, otro en un taburete, otro en la mesa y así sucesivamente.
Freya insistió en que durmieran en sus camas pero se negaron a hacerlo, todos querían que ella durmiera cómoda, incluso Shinso lo aprobó, cosa que sorprendió a los presentes.
Katsuki se había quedado abajo con el resto, tumbado en el suelo cubierto con su propia chaqueta, estaba claro que después de la conversación que tuvieron no quería incomodarla. Mientras tanto Freya no era capaz de pegar ojo, la revelación sobre lo que su madre pudo haber sido la tenía en vilo.
Desde su cama podía ver la luna en su fase de cuarto creciente, además de las estrellas brillantes en el cielo nocturno despejado de nubes. No quería mirar abajo, en la espesura y los árboles que los rodeaban, si el bosque estaba maldito y los seres como aquellos que intentaron atacarla estaban ahí, prefería no saber nada de ellos, era mejor mantener la vista en alto, acunada por un remanso de paz que ni siquiera existía en su vida.
—¿Quién fuiste realmente mamá? —preguntó en voz baja.
Muchas noches como aquella miraba al cielo hablando con su madre, esperando que pudiera oírla allá donde se encontrase.
—No te creo capaz de dañar a nadie ni de condenar a parte de la población de un reino pero tampoco llegué a conocerte tanto, yo solo era una niña a fin de cuentas—. Como era obvio no obtuvo ningún tipo de respuesta, las estrellas seguían destellando en el cielo con su brillo común y la luna seguía en su sitio. Estaba hecha un lío y solo quería llorar. —Estoy segura de que debías ser especial, yo lo soy así que no me parece descabellado que tú lo hayas sido, por eso ahora te necesito aquí más que nunca.
Pero nada, era evidente que nadie iba a responderle. Necesitaba a sus padres junto a ella, sentía todo el peso del reino sobre sus hombros, se veía en la obligación de ayudar a los habitantes del bosque, de fijar su atención en su gente para no matarles de hambre y sobre todo de destronar a su vil madrastra. Todo se le atascaba, incluso Shoto, el hecho de saber que estaba encarcelado por su culpa le hacía sentir una completa estúpida, no sabía si la odiaría, si lo hacía estaba en todo su derecho, pero al menos había informado a Endeavor, esperaba que aquello suavizase la situación aunque fuese un poco.
Bajó su mirada a su regazo, suspirando con resignación.
—No sé por qué lo sigo intentando, parezco estúpida.