Las manos de Bakugou se arrastraban con parsimonia por las piernas de Freya, llevándose el volante del vestido por delante, las endurecidas yemas de sus dedos acariciaban la suave piel de su cuerpo, mientras que sus labios se fundían en un largo y apasionado beso en el que se apreciaba el claro sabor de los espaguetis que habían dejado a medio comer sobre la mesa improvisada.
Se sentían en el séptimo cielo con aquel barullo de sensaciones que creaban pequeñas explosiones en sus mentes que les hacían querer sentir más allá del tacto de sus manos y la humedad de sus besos.
Las manos de Bakugou ascendían traviesas, colándose bajo el volante de su vestido de nuevo, recorriendo sus piernas cada vez con más ahínco, pero Freya posó sus manos sobre las de Bakugou que habían estado a punto de rozar sus inglés.
Sus labios se separaron en un chasquido y sus miradas conectaron.
Las respiraciones de ambos entrechocaban al permanecer aún sus rostros a centímetros.
-¿Qué pasa?- Preguntó Bakugou aún airado.
-Aquí no es...buena idea...sabes, ¿no?
Bakugou comenzó a darle algo de movilidad a su cerebro que aún se encontraba aturdido ante lo sucedido.
No había caído en que Tony podía aparecer por cualquier momento y pillarles en una situación bastante comprometida.
La verdad es que ese no sería un plato de buen gusto ni para él ni para nadie.
-Lo siento...quizás me he emocionado un poco.- Dijo Freya mientras se ponía en pie y se alejaba unos cortos pasos de él.
-¿Por qué te disculpas? No has hecho nada malo.- Se puso en pie y se rascó la cabeza con sus ojos fijos en el plato a medio comer.- No ha estado mal, pensaba que lo harías peor.- Dijo él mientras introducía sus manos en sus bolsillos y se encorvaba hacia Freya con una sonrisilla burlona.
El calor subió a sus mejillas a la velocidad del rayo.
Podía ser todo lo guapo y sexy que él quisiera pero era un condenado sin pudor alguno a decir las cosas, y él sabía perfectamente lo que provocaba en las personas al ser así, pero parecía entretenerle.
Freya enarcó una ceja y se cruzó de brazos obviamente avergonzada por su comentario, cosa que a Bakugou le hizo incluso más gracia.
-¿Y es que has estado pensando todo este tiempo en cómo beso?- Dijo ella con agudeza, devolviéndole el golpe a Bakugou a quién le cambió la expresión en un instante.- No pensé que quisieras besar a una niñita rica como yo.- Se señaló posando una mano sobre su pecho.
