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"Siempre fuiste tu"

Vanessa y Cesar

Vanessa caminaba por las calles de la ciudad, perdida en sus pensamientos. Habían pasado años desde que había visto a César, su amigo de la infancia. Se preguntaba cómo estaría, qué estaría haciendo en ese momento.

Vanessa: (entrando en la sala de estar) Hola, ¿estás ocupado?

Damián: No, tranquila. ¿Qué pasa?

Vanessa: Estaba pensando en César. ¿Te acuerdas de él, verdad?

Damián: Claro que sí, era como otro hermano para nosotros. ¿Por qué lo mencionas?

Vanessa: Es que lo vi el otro día en una fiesta. Fue tan extraño, como si el destino nos hubiera reunido.

Damián: ¿En serio? ¿Y cómo estaba?

Vanessa: Estaba bien, se veía feliz. Pero no pude evitar notar un dejo de nostalgia en su mirada. Me pregunto qué estará haciendo en estos días, si estará feliz, si habrá encontrado a alguien especial.

Damián: Supongo que es normal preguntarse esas cosas. Después de todo, compartieron muchos momentos juntos.

Vanessa: Sí, exactamente. A veces me pregunto si él también piensa en mí, si también siente que hay algo especial entre nosotros.

Damián: Bueno, solo hay una manera de averiguarlo. ¿Por qué no le envías un mensaje? Podrían ponerse al día y ver a dónde los lleva la conversación.

Vanessa: No sé, me da un poco de miedo. ¿Y si piensa que soy una tonta por preguntarle esas cosas después de tanto tiempo?

Damián: No pierdes nada con intentarlo, ¿verdad? Además, si hay algo que he aprendido de ti es que eres valiente y honesta. No te detengas por el miedo.

Vanessa: Tienes razón. Gracias por escucharme, hermano. Siempre sabes qué decir.

Damián: Siempre estaré aquí para ti, Vanessa. Y si César es tan especial como dices, seguro estará pensando en ti también.

Vanessa: Gracias, hermano. Te quiero.

Damián: Yo también te quiero. Y no te preocupes, todo saldrá bien.

A pesar de que habían perdido el contacto, nunca había dejado de pensar en él.

Mientras tanto, César estaba sentado en un café, hojeando un viejo álbum de fotos. Encontró una foto de Vanessa y él de cuando eran niños, riendo y jugando en el parque.

César: (entrando en el café donde Layla está sentada) Hola, Layla. ¿Puedo sentarme contigo un rato?

Layla: ¡Claro, César! Siempre es un placer tenerte por aquí. ¿Qué tal estás?

César: Bien, gracias. Oye, ¿te acuerdas de Vanessa, mi amiga de la infancia?

Layla: Por supuesto que sí. Siempre hablabas de ella con tanto cariño. ¿Por qué lo mencionas?

César: Es que el otro día encontré una foto de nosotros dos de cuando éramos niños. Me trajo tantos recuerdos, Layla. Me di cuenta de cuánto la extraño.

Layla: Oh, eso suena nostálgico. ¿Cómo está ella? ¿Han mantenido contacto?

César: No, no hemos hablado en años. Pero hace una semana me la encontré en una fiesta y no se si me reconoció, porque no miramos varias veces. Pero al ver esa foto, me di cuenta de que hay un vacío en mi vida que solo ella puede llenar. Es como si siempre hubiera estado destinada a estar a mi lado.

Desamor En La Ciudad [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora