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"Quedarnos en el odio"

Miranda y Francisco

Miranda y Francisco habían estado en el mismo salón desde que eran niños, pero siempre se odiaban.

Miranda y Francisco estaban en el patio de la escuela, jugando con sus amigos. De repente, Francisco le quitó el juguete favorito de Miranda y ella se enfureció.

Miranda: ¡Devuélveme mi juguete, Francisco! ¡Eso es mío!

Francisco: No es justo, tú siempre tienes los mejores juguetes. Déjame jugar un rato.

Miranda: No, es mío y no te lo voy a prestar. Además, siempre me estás molestando y fastidiando.

Francisco: Eso es porque eres una niña llorona y siempre te quejas por todo.

Miranda: ¡No soy una niña llorona! Solo quiero que me devuelvas lo que es mío.

Francisco: No, no te lo voy a devolver. Además, ¿qué vas a hacer al respecto?

Miranda: ¡Voy a decirle a la maestra! Ella te va a regañar por ser tan malo conmigo.

Francisco: No seas tonta, la maestra no va a hacer nada. Además, no quiero jugar contigo, eres aburrida.

Miranda: ¡No soy aburrida! Tú eres el aburrido y siempre quieres hacer lo que tú quieres.

La discusión continuó por un buen rato, con ambos niños gritándose y acusándose mutuamente. Finalmente, la maestra intervino y les hizo devolver el juguete a Miranda y les pidió que se disculparan.

Miranda: Lo siento, Francisco. No debería haberme enojado tanto.

Francisco: Yo también lo siento. No debería haber tomado tu juguete sin permiso.

Miranda: ¿Quieres jugar juntos ahora?

Francisco: No.

Miranda: No, guácala.

Sus personalidades chocaban constantemente y cada encuentro era una batalla de voluntades. Sin embargo, a medida que crecían, Miranda comenzó a notar que Francisco no era tan malo como parecía.

.

Francisco estaba en la pista de baile, moviéndose al ritmo de la música con Paula, una de las chicas más populares de la fiesta. Miranda, que estaba en un rincón observando, no podía evitar sentirse incómoda al verlos juntos.

Miranda: (para sí misma) ¿Por qué me molesta tanto verlos bailar juntos?

Vanessa: (acercándose) ¿Qué pasa, Miranda? ¿Por qué tienes esa cara?

Miranda: (suspirando) No sé, me molesta ver a Francisco coqueteando con Paula.

Vanessa: ¿Tienes celos?

Miranda: (negando con la cabeza) No, para nada. Solo me parece ridículo que él esté actuando así con ella.

Vanessa: ¿Y por qué no te unes a ellos? Tal vez puedas robarle a Paula a Francisco.

Miranda: (frunciendo el ceño) No, gracias. No me interesa.

Vanessa: Vamos, Miranda. No seas tan amargada. Diviértete un poco.

Mientras tanto, en la pista de baile, Francisco notó la mirada de Miranda y decidió acercarse a ella.

Francisco: ¿Qué pasa, Miranda? ¿No te gusta verme bailar con Paula?

Miranda: (frunciendo el ceño) No me importa lo que hagas, Francisco.

Francisco: Oh, vamos. No te pongas así. Sabes que siempre has querido bailar conmigo.

Desamor En La Ciudad [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora