Tokiwa Asuna, hija de Kamen Rider Zi-O, esta llevando una vida diaria como una humana normal.
Pero ciertos acontecimientos, la llevarán a descubrir su poder y combatir junto con su padre.
Ryuji había llegado al complejo de departamentos donde el y su hija vivían desde hace tiempo atrás, más específicamente hace dos años donde había inscrito a su hija en el colegio de esta ciudad futurista.
El quería que por lo menos su hija tuviera una vida normal alejada de la violencia que él estaba cargando hace años, 15.000 años atrás desde que perdió a su familia siendo su hija quien sea la única persona que le quede.
Soltando un suspiro, había llegado al complejo donde procedió a entrar y sorprenderse de ver a alguien familiar dentro sentada en la mesa.
—Papa
—Yo, Oji-san.
Era su hija, Tokiwa Asuna junto con una chica de cabellos plateados y ojos rojos con una vestimenta negra con detalles rojos y blancos que le veía con una sonrisa.
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Ambas tenían una taza de café en la mesa la cual estaba dejando escapar un poco de humo indicando que apenas estaba caliente.
Ryuji: Yuna. – dijo sorprendido de ver a la albina en su departamento. – ¿Qué estas haciendo aquí?.
Yuna: Vine a ver a mi amiga antes del concierto que se llevara a cabo dentro de dos días. – comento con una sonrisa mientras sacaba un par de boletos de su bolso. – pensé que ustedes quisieran ir a verme.
Asuna: ¡Estaría bien!. – dijo con emoción tomando los boletos de la mesa qué había dejado la albina. – ¡¿podemos ir papa?!.
Ryuji: No lo sé, tengo que seguir buscando y… - se detuvo a media oración al ver la mirada triste de su hija. – esta bien, pero solo si haces tu tarea.
Asuna: ¡Hai!, ¡gracias, papá!. – dijo saltando de emoción mientras abrazaba a su padre del cuello para luego salir disparada hacia su habitación a hacer su tarea.
Esto fue visto por Yuna quien sonrió al ver que su amiga no había cambiado en nada en estos años lejos de ellos.
Ryuji: Realmente esta emocionada de verte cantar en vivo, Shigemura.
Yuna: Deja eso.
Ryuji: ... ¿eh?
Yuna: Está bien si me llamas Yuna. Entonces, ¿supongo que estará bien si yo te llamo Ryuji?
Ryuji: Ah, ¿sí? Eso también es cómodo para mí. Si tu estás de acuerdo, lo haré ...
Cuando Ryuji lo dijo, Yuna suspiró profundamente mientras se levantaba de la mesa.
Yuna: … Estoy impresionada. Te dije que estaba bien que me llames por mi nombre, pero como soy la huésped, de repente me dijiste Usted, ¿no? Pensé que así podríamos acercarnos más.
Su forma de hablar lastimaba un poco.
Ryuji: Ah ... mala mía ..., no, lo siento. Y, suplico tu perdón, ¿supongo?
