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Dos largas y agradables semanas habían pasado volando después del primer "desacuerdo" que tuvieron Jungkook y Taehyung. En todo el tiempo nada interesante había sucedido aparte de que el alfa puro si cumplió su palabra y se volvió bastante más liberal con su omega.

Taehyung podía ir libremente por toda la casa de nuevo, a excepción de la biblioteca por supuesto. El pelinegro ya casi no estaba encima suyo pero aún así seguía bastante pendiente de él.

El castaño estaba más agradecido por esto, por que además con el paso de los días se volvió una pequeña rutina, cada tarde ir a hacer un picnic al patio trasero de la casa. Solían comer pasteles y diferentes dulces y conocerse un poco mejor.

El pobre corazón de Taehyung sentía que muy pronto incluso se saldría de su pecho solo para poder acercarse al alfa. Aparte que su omega no estaba mucho mejor, su animal interno estaba en los cielos con su alfa y como este le trataba. Cada día se enamoraba más de él y eso era posible.

En pocas palabras todo iba más que bien por las casi tres semanas que Taehyung llevaba en la casa del pelinegro. Todo iba tan bien que incluso se había olvidado por completo de los dos libros que tenía debajo de la cama, escondidos.

Los primeros días al tenerlos tan cerca estaba convencido que los leería, pero Jungkook tampoco le dejó la oportunidad de hacerlo, ya que lo mantuvo demasiado ocupado con su sobre control.

Luego de eso simplemente se olvidó de ellos y paró de prestarles atención. Saber la verdad pasó a un segundo plano. Poco a poco se estaba convenciendo a sí mismo de que Jungkook no esconde nada de el y solo eran paranoias suyas.

Pero volviendo el día de hoy, el omega de cabellos castaños se encontraba en la habitación armario, como el solía llamarle en su cabeza. Que ya se encontraba completamente reformada y llena de vestidos que le pertenecían solo y únicamente a él.

También había una variedad extensa de complementos y zapatos que le parecían simplemente hermosos. Además de que las sirvientas encargadas de vestirlo tenían muy buen gusto a la moda, siempre sabían cómo combinar sus vestidos con los complementos correctos.

Algo que el se veía incapaz de hacer por sí mismo. No e que no tuviera estilo, justo lo contrario, toda su vida sus conocidos le han estado alagando por su peculiar y demasiado exquisito gusto a la moda. Pero esto era en ropa masculina, ahora con la ropa femenina se veía incapaz de conjugar algo y que salga bien.

Por suerte ahí estaban las cuatro chicas encargadas de eso al rescate. Normalmente solían pregúntele que quiere ponerse hoy, al momento que el les explicaba el estilo de ropa que le apetece ponerse ese día, las chicas le traían diferentes estilos que concordaban con lo que él deseaba.

Pero aparte de todo eso, que cada vez le empezaba a parecer más normal y se convertían poco a poco en un hábito, hoy el pelinegro le había asegurado que sería un día especial y que el como su omega debe vestirse concorde al evento que asistirán.

Por qué si, Jungkook le había explicado por la mañana que juntos irán a un evento con líderes de diferentes manadas, y aún que Taehyung no estaba muy seguro de lo que le decía su alfa, ese le había asegurado que todo estará bien. 

Solo será una fiesta con mucha gente ahí vestida de diferentes maneras cada una más elegante que la otra. Además de que el evento durará tan solo cinco horas por lo que el omega simplemente acabó aceptando asistir.

Tampoco es que tuviera elección de ello.

Cuando las cuatro chicas acabar de acomodarle el vestido junto con los tacones y unos pendientes muy bonito, le escoltaron hasta su habitación donde yacía Jungkook vestido de manera elegante con un traje hecho a medida de su cuerpo.

My time ¡kooktae!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora