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Se suponía que Jungkook estaría dos días fuera de la manada por culpa de ciertas obligaciones como líder alfa. Tenía que acabar por firmar algunos contratos en la parte sur de Corea.

Un viaje largo y tedioso de cinco horas. Por lo menos lo pudo aprovechar para aclarar un poco sus pensamientos sobre todo lo que sucedía con Taehyung.

Se sentía estancado, no hay porque mentir. No entendía aún en dónde fallaba y la desesperación se lo comía por dentro con cada minuto pasado.

Cada noche escuchaba a Taehyung llorar, con horas se sentaba y apoyaba la espalda en su puerta escuchando sus sollozos ahogados y lastimeros juntos a las fuerte respiración de su perrito.

Sabía que sus acciones cada vez solo dañaban más el frágil omega pero sin importar las muchas vueltas que le daba al asunto no encontraba una respuesta del que es lo que hacía mal.

Su mente estuvo muy liada pensando sobre su predestinado y ni siquiera se pudo dar cuanta de lo rápido que habían pasado las cinco horas. Delante de sus ojos de pronto se manifestó una enorme mansión digna de elogios.

El coche aparco y una vez que su pie toco el asfalto, el rey alfa del lugar y su esposa lo acogieron con los brazos abiertos. Tuvieron un almuerzo agradable con muchas preguntas sobre ciertos rumores de un beta que había acabado en su manada.

Jungkook les explicó amablemente que no era un beta y que su fuente había sido muy errónea. Que en realidad era su omega predestinado y su futuro esposo, dejando que la ilusión se note en su expresión al momento que mencionó a Taehyung.

También se interesaron por su boda preguntando si recibirían una invitación al evento tan esperado por todos los líderes. De las diferentes mandas se esperaba con ansias la boda del gran Jungkook Moon'Fire deseosos de ver cuál sería el afortunado al ser llevado al altar junto al soltero más deseado del país.

Cada minuto iba pasando de manera rápida y entre muchas risas por parte de todos. Al final de la comida el rey le anunció sobre el estado de su omega, que llevaba ya cinco meses en cinta.

Jungkook por supuesto les felicitó para luego pedirle amablemente al rey si podrían ir a su despacho y empezar la junta, la razón por su largo viaje hasta ahí. En ella asistían algunos otros alfas representantes de diferentes manadas, los únicos reyes presentes siendo el anfitrión y el alfa puro.

Al transcurso de la junta fue por desgracia bastante lento y cada vez más tedioso para Jungkook y más cuando al pasar de los minutos empezaba a sentir su lobo demasiado ansioso y agobiado.

Su animal interno estaba rasguñando de manera violenta su interior pidiendo verificar el estado de su omega. El pelinegro intentó ignorarlo lo máximo que pudo solo que al final se convirtió en una tarea imposible.

Sus oídos de pronto empezaban a pitar y era incapaz de escuchar cualquier palabra dicha por el representante que hablaba en ese momento. Su corazón bombeaba cada vez más y su pulso de aceleraba junto a él.

En pocos segundo respirar se convirtió en un infierno. Así que sin más remedio se levantó de golpe de su lugar y pidió disculpa diciendo que necesitaba salir por un segundo.

Una vez encontrándose en los pasillos largos de la mansión sus temblorosas manos se apresuraron en tomar su teléfono, que estaba en el bolsillo delantero de su pantalón formal.

My time ¡kooktae!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora