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Los ojitos avellanas que se encontraban bastante irritados se abrieron lentamente. El sol que entraba de manera perezosa por la ventana llegaba hasta el rostro del pequeño omega y al final logró despertarlo.

Taehyung un poquito abrumado se talló los ojos y se levantó de la cama, sentándose sobre esta misma y apoyando su espalda en el respaldo. Con mucho cuidado estiró sus brazos moviendo un poco sus músculos y articulaciones.

Entonces se acordó de todo lo que había pasado el día anterior. Los vagos recuerdos llegaron como un rayo de luz en su memoria y el no pudo hacer nada para detenerlos.

Su lobo completamente avergonzando se escondió enseguida de su humano. El olor a sandía que estaba llenando la habitación toda la noche desapareció de golpe con la ida del lobo.

Taehyung sin poder evitar el gesto involuntario, llevó una de sus manos hasta su pecho y apretó la tela de su camisón entre las yemas de los dedos. Un gran dolor punzante afectaba toda la aria de su pecho.

Un desgarrador sentimiento de culpa, decepcionó, desesperación y impotencia estaban llenando su organismo de manera violenta.

Entonces sintió sus ojos aguarse y pronto lágrimas formarse en las comisuras. Intento detenerlas cerrándolos pero fue completamente inútil por qué esto solo provocó que cayeran más rápido.

Gotas saladas que recorrían des de sus cachetes hasta su barbilla, donde se quedaban a descansar un rato, hasta que no se caían definitivamente y no golpeaban y manchaban la sábana que tapaba hasta la cintura el castaño.

Este proceso se repitió más de cinco minutos con más de cientos de lágrimas que inevitablemente se acaban rompiendo junto con el corazón del omega.

Oh, su corazón. Estaba devastado por lo sucedido. Por fin había llegado a sentirse bien con alguien a gusto con esta persona y pudo tener una confianza en alguien sin dudar de él.

Pero que equivocado estuvo. Se arrepentía con cada molécula de su cuerpo y se iba a arrepentir toda su vida. Si tan solo pudiera detener el tiempo para luego volverlo para atrás.

No hubiera leído los libros y tranquilamente hubiera vivido en la mentira preciosa creada por su alfa predestinado.

Por desgracia ya no había nada más que hacer. El era completamente consciente de eso, lo único que le quedaba era llorar.

Llorar el dolor de su corazón y la confianza rota por la verdad que se había quedado despedazada en sus manos. Sentir como su pobre alma se rompía en pedacitos sin él poder hacer nada. Se sentía inútil, completamente y si tan solo pudiera detener este sufrimiento lo haría.

Con las palmas de sus manos intento detener el agua que no parecía capaz de parar de salir de sus ojos. Con cuidado mantuvo sus ojitos cerrados mientras con sus dedos intentaba quitar todo rastro de agua.

El intento fue estupido, ya que no pudo quitar casi nada, pero si pudo detener el llanto por completo. Entonces con la respiración acelerada, que tenía des de él minuto uno que empezó a llorar, volvió a posicionar una de sus palmas en el pecho.

Con la otra levantó un poquito de la sábana para lograr limpiar el rastro de lágrimas que quedaba.

Sus pensamientos lo comían por dentro así que solo intento pensar en cosas bonitas que le habían sucedido a lo logró de su vida. Intento pensar en momentos divertidos que había pasado con su mejor amigo o con su familia.

Su familia. Los extrañaba ahora mismo tanto. Lo que daría por poder volver a casa. Todo lo que tuviera, todas las riquezas que alguna vez le fueron dadas las negaría con tal de estar de nuevo a su hogar.

My time ¡kooktae!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora