capitulo 6

2K 86 2
                                    

Salí a caminar por el lugar, estaba algo acalorada, y el aire fresco me hacía sentir bien, cerré los ojos mientras caminaba pero fue un grave error choque con algo y eso me hizo que perdiera el equilibrio, cuando iba a caer alguien me sostuvo de la cintura.

—Cuidado —hablo con tono amigable.

Levanté un poco mi mirada para encontrar a uno de los mellizos.

—Gracias —respondí.

—¿Me recuerdas? —Pregunto.

—¿Nos conocemos? —Pregunte confundida.

El soltó una carcajada, me quedé totalmente en conmoción, no entiendo.

—Chocaste conmigo en el bar, ¿tan rápido te olvidaste de mi? —responde.

—¡Ah, con razón me pareces conocido!.

—Mi nombre es.. dimitry Simone, ¿y el tuyo?.

—Agata rosst.

—Es un hermoso nombre.

Me habla de una manera tan varonil pero cariñosa a la vez, me parece encantador.

—El tuyo también —respondí sinceramente.

En su rostro se dibuja una hermosa sonrisa radiante, eso fue inesperado, es muy bello.

Cuando iba a decir lo que opinaba llegó alguien y mierda que reconocí la vocecita al instante.

—Dimitry te necesito.

—Estoy ocupado, Yessica —responde fastidiado.

—No encuentro a max, y las personas quieren hablar con alguno de ustedes dos.

Lo tomo del brazo y se lo llevo pero antes de irse me lanzó una mirada asesina, que miedo, y yo que culpa tengo. Que mierda le pasa. Decidí no darle más importancia y seguir caminando para despejar mi  cabeza, y la verdad ya no estaba tan acalorada como antes.

Camine por un sendero bajo la luz de la noche, el hermoso cielo estaba despejado y lleno de hermosas estrellas iluminando el lugar, es muy relajante esto. Además el lugar es precioso.

Camine por el lugar hasta que me encontré con un hombre y una mujer besandose, note que era muy parecido al chico de antes, ¿es su mellizo?, de repente un dolor punzante inundó mi corazón y un nudo se formo en mi garganta, no entiendo que me pasa.

Me aleje del lugar, pero el dolor seguía en mi pecho, cuando me aleje lo suficiente apoye mi espalda en la pared, estaba agitada, pero no entendía el por qué, y unas lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas, me sentia abatida, dolida.

Quedé con la mirada en el piso mientras mis lágrimas caían y caían, pero sin aviso alguno alguien se acercó tomo mi rostro en sus manos para mirarme a los ojos y era dimitry el chico que había conocido.

—¿Que sucede? —pregunto con el rostro nublado de tristeza.

—No lo sé —respondí.

Me abrazo con firmeza y eso me hizo querer llorar más y más, hasta sentir que me quedaba sin lágrimas, y así rompí en llanto, el solo me sostuvo en un cálido abrazo mientras acariciaba mi cabello delicadamente.

Después de unos segundos las lágrimas dejaron de caer y me empecé a sentir mejor, el se dio cuenta que habia dejado de llorar y entonces se aparto.

—¿Quieres decirme que paso? —pregunto.

—Es... Complicado —respondí.

—Cuentame y te ayudo en lo que pueda ayudarte —explico.

—Vi a tu mellizo, estaba con otra mujer besandose, eso hizo que de repente me sintiera mal, pero no lo entiendo, esta es la primera vez que lo veo —comente.

El no dijo absolutamente nada y solo me miró seriamente, y en un estado pensativo.

—¿Puedo hablar contigo más tarde? —pregunto con voz sería.

—Si está bien —respondí confundida.

—Bien, ¿Quieres bailar conmigo?.

Solo asentí con la cabeza luego de mi respuesta el extendió su brazo entonces yo me agarre de el, y caminamos a pasos lentos hacia el salón, poco a poco acortamos la distancia y pudimos ver la entrada del salón iluminado.

Juntos entramos y la música que sonaba en ese momento era un pieza lenta y agradable, agarro mi mano izquierda mientras que la otra la puse en su hombro y el con su mano libre agarro firmemente mi cintura, empezamos a bailar al compas de la música.

Seguimos bailando todo tipo de ritmos, desde lentos hasta los más movidos, todo era realmente muy divertido, pasaron las horas y nosotros estábamos pegados hablando, riendo, y en toda la noche no había vuelto a ver a max, me daba curiosidad pero no le di tanta importancia entonces poco a poco las personas se fueron y yo en todo momento estaba junto a dimitry, es raro me siento muy comoda junto a él. Cómo si lo conociera de toda la vida.

Observe un poco lejos como dimitry les daba la despedida a las personas, pero me distraje con otra cosa y cuando volvi a mirar a dimitry ya no estaba, di un paso para buscarlo entre la gente pero alguien me jalo hacia un pasillo, mire a la persona y era dimitry.

—¿Te asusté? —pregunto mientras soltaba una carcajada.

—Un poco —respondí mientras le sonreía.

—Ven —susurro.

Me tomo de la mano y me guío por los pasillos de la mansion, el interior de la mansión era muy moderna, lujosa y amplia, caminamos por varios pasillos hasta que llegamos a la cocina, es linda además es muy grande, con su mano libre  tomo una botella de champagne y una copa, no entiendo como podia agarrar todo eso.

Nos seguimos desplazando por los pasillos hasta que paro en frente de una puerta el soltó mi mano y abrió la puerta, y me hizo señas para entrar a la habitación, tenía una enorme cama decorada con almohadas y sabanas grises, al lado una mesita de luz, todo el suelo tenia una alfombra a simple vista parecía tan suave, seguramente se sentiría como estar en el cielo, y en frente de la cama habia un mueble con una larga televisión, y al lado una puerta que estaba abierta y podia ver el baño, que al parecer también era bastante grande.

Dimitry se sentó sobre la cama y abrió el champagne lo sirvió en la copa y me ofreció, yo gustosa tome la copa, y bebí, cuando me termine el champagne le devuelvo el vaso y el se sirvió, entonces recordé lo que había dicho y decidí preguntar.

—¿De que querías hablar? —pregunte curiosa.

—Lo que quiero decirte.. —se quedó dudoso pero luego prosiguió —esto resultará loco y por eso solo toma otro trago.

—¿Eh? —me quedé confundida y atontada, pero decidí tomar la copa que me estaba ofreciendo de un solo trago.

—Yo soy un lobo —solto sin vueltas.

¿Que dijo?.

Me quedé completamente desorientada y helada así que no sabía que decir, entonces el prosiguió.

—Los lobos como yo, tienen una pareja destinada, a eso le llamamos mate —insinuando.

—¿Y eso... que tiene que ver conmigo? —pregunte.

—encontré a mi pareja destinada... Y eres tú —admite.

Imposible.

—No, no, no, imposible —murmure.

—Esa es la verdad —señalo.

—Tengo que irme —articule.

Deje caer la copa y salí sin escuchar más nada, busque la salida desesperada y por suerte había memorizado el lugar así que fue fácil lograr encontrar la salida y salir, cuando salí por la puerta los primeros rayos del sol estaban iluminando el lugar, camine apresurada hacia mi auto, y me subí, lo encendí y me puse en marcha en el camino mi mente quedo en blanco, lo unico que supe fue que ya estaba en casa acostada en mi cama.

Una rosa para dos hombres Donde viven las historias. Descúbrelo ahora