capitulo 9

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Tuve que decirle la verdad pero ella salió corriendo y lo entiendo, jamás pensé que lo tomaría bien, y tiene que procesar las cosas, me levanté de la cama fui al armario y saque un par de ropas las llevé al baño y decidí darme una ducha para despejar mi cabeza, ella seguramente tenga mil dudas en la cabeza, me bañé con agua fria tranquilamente, y luego salí me puse una remera y unos boxer, y claramente no me tengo que olvidar los pantalones, salí del baño y me deje caer sobre la cama.

Pero no podía conciliar el sueño, así pasaron las horas, y yo tenía miles de pensamientos como ¿y si ella decide  rechazarme?, no quiero obligar a nadie y menos a ella. Me rompería el corazón en mil pedazos si ella decide irse. Es entonces cuando Zeus mi lobo se enlaza conmigo.

—Deja de ser tan pesimista.

—Pero es la verdad —respondí deprimido.

—Tenemos una oportunidad —acoto seguro.

—Creo que tienes razón.

—Simpre la tengo, vamos levántate y busca max, ese idiota se acostó con eider y hades esta furioso.

Cerramos el enlace y decidí levantarme y buscar a max, seguí mis instinto, pero en ese momento la ama de llaves ana se aparecio en frente mio.

—¿A dónde va mi niño? —pregunto.

—Estoy buscando a Max, ¿lo viste Ana? —pregunte.

—La verdad es que no, ¿ya desayunaste o al menos comiste algo? —pregunto.

Mierda entramos en un bucle de preguntas pero se exactamente que quiere, quiere que pruebe sus comidas y luego me dejara seguir con lo que hacia.

—Bien —respondí resoplando.

Le brillaron los ojos, me tomo del brazo y me llevo hacia la cocina, mierda la mesa estaba llena de platos de comida, joder. Me pasaba plato tras plato y me explicaba lo que contenía, totalmente innecesario pero bueno solamente la voy a dejar ser, comí, y comí hasta que no pude más y ella me dejo ser libre por fin.

Antes de seguir buscando decidí cepillarme los dientes, y cuando termine empecé a seguir con la búsqueda, entonces lo encontré en una de las habitaciones de huéspedes, abrí la puerta y estaba acostado con eider en sus brazos, es un imbécil. Hizo llorar a nuestra mate. Me desplace por la habitación y abrí las cortinas, al instante que el sol entro a iluminar toda la habitación los dos se despertaron desconsertados.

—Agata rosst —mencione.

—¿Que?.

—Asi es como se llama ella —enuncie.

El al instante se dió cuenta de quién estaba hablando, pero Eider me miró con confusión.

—¿De quién están hablando? —pregunto la irritante voz de eider.

—Nuestra mate —declare tajante.

—¡¿Los dos tienen la misma mate?! —articulo confundida.

—Si —responde max.

—Max, colócate la ropa—ordene.

El se levantó a regañadientes de la cama y empezó a ponerse la ropa, eider seguia confundida en la cama, cuando max termino lo tome del brazo y me lo lleve, el no dijo absolutamente nada, juntos subimos al auto, y lo encendí, maneje por las calles, no habia notado que las horas estaban pasando y el sol empezaba a mover de posición, luego de un tiempo manejando la vitrina de una floreria llamo mi atencion, entonces estacione el auto y decidi bajar.

—¿A dónde vas? —pregunto.

—Por unas flores —respondí.

Sin verlo al rostro lo más seguro es que puso los ojos en blanco, pero no me interesa ella está pasando por un montón difícil y de confusión y espero ser un soporte para ella al menos en este momento, elegí unas flores y me armaron el ramo, me lo entregaron y lo pague, salí del local y subí nuevamente al auto para ir a su casa, además con anterioridad ya le había pedido a Joaquín que busque su dirección y me la pasara, así que fue muy fácil llegar, bajamos del auto y claramente en la cara de max se notaba que no estaba ni un poco feliz de estar aquí.

El patio de enfrente está muy bien cuidado, con el césped cortado, y sus pequeñas rejas,  pintadas de un color celeste pastel tan bonito, ¿acaso ella misma lo hace?. Me da tanta curiosidad. Nos acercamos hacia la puerta y toque, me puse tenso y ansioso, Me muero de ganas por verla. Pero nada ella no bajo, con mis agudos sentidos la podía escuchar, su respiración era tan tranquila, así supongo que duerme. Volví a tocar y seguí pero absolutamente nada, las horas empezaron a pasar y al menos para mi pasaron muy rápido pero creo que para max era diferente.

—Vamonos —propuso irritado.

—Quiero verla —exprese.

—Bueno ahora está durmiendo, ya llevamos tres horas afuera.

Justo en ese momento pude escuchar como su respiración cambió, lo que indico que seguramente se despertó entonces decidí seguir tocando para que no se durmiera nuevamente, tardo unos minutos pero escuché sus pasos moverse por la casa y cada vez se acercaba hacia la puerta, hasta que por fin abrió la puerta y vi su hermoso rostro, es loco que me sienta tan enamorado.

Con la luz del sol brillando tan fuerte, la hace parecer un ángel, ademas que su agradable esencia a café me inunda las fosas nasales, trague saliva, y mi pulso se acelero, estaba encantado por su hermosa belleza, aún seguia con ese hermoso vestido que le sentaba muy bien, y en el momento que me vio quedó sorprendida.

—¿Que hacías?, hace tres horas que estamos afuera de tu casa —exclame.

—¿Que haces aquí?, espera,  ¿estamos?, ¿Quien más vino conti...?—pronuncio.

Ni siquiera dejo que Agata terminara y ya se había asomada a la puerta con mala cara, no entiendo que mierda le pasa.

—¿Podemos pasar? —acote.

—si está bien pero ¿que haces con ese ramo?.

—Una disculpa —respondí sincero.

Le entregué el ramo y decidí entrar, la casa era tan bonita, estaba algo vacía y simple pero realmente era hermosa, además por todos lados podía percibir su aroma y el simple echo de estar aquí me hace feliz, pero la cara horrible de max lo arruina todo, ella parecía que iba hablar pero preferí hablar y tratar de aclarar las cosas.

—El es maximiliano mi hermano, y sobre lo de hoy, todo lo que dije es verdad, supongo que debía ser más cuidadoso al momento de decirlo pero esa es la verdad —exprese nervioso.

—No debiste decirle en primer lugar —declaró.

—Cállate —ordene.

Una rosa para dos hombres Donde viven las historias. Descúbrelo ahora