capitulo 33

784 37 0
                                    

(Agata Rosst)

Ya llevamos un largo rato volando en avión viendo el enorme cielo azul, que parece no tener fin, y digamos que cuando el avión iba a despegar podía jurar que mi mundo se iba a caer, y podia sentir tanto nerviosismo a la hora de despegar tanto que queria vomitar, pero era imposible, asi que para calmar mi nervios, max acariciaba mi rodilla, de manera tan dulce y delicada.

Solo dure unos minutos así hasta que note por la ventana que ya estábamos volando en el cielo, todo era tan claro, con nubes blancas, parecían algodones de azúcar, y hasta ahora nadie dijo mucho, me quede mirando la ventana hasta que el sonido de mis tripas, por el hambre, hacen un escandaloso ruido.

Ojalá... la tierra me tragara.

—Ven —ordeno con una sonrisa de oreja a oreja.

Desabroché el cinturón de seguridad, y me levanté del asiento, me acerque hacia dimitry quien se dio una palmada suave en el regazo, indicando que quería que me sentara sobre el, es un poco vergonzoso, ya que los hombres que había conocido hace poco, estaban sentados detrás de nosotros, pero profundamente dormidos, y un poco más adelante se encontraban las azafatas.

Hice lo que me pidio, y me senté sobre su regazo, el hizo un movimiento de mano, provocando un chasquido, y en un instante las azafatas se acercaron hacia nosotros, empezaron a dejar, dulces, bebidas, hasta comida sobre la mesa en frente mio.

Había chocolates, helado, caramelos, frituras, jugo, agua, gaseosa, entre otras cosas, esto no era comida equilibrada solo chatarra, pero no me importaba con solo saciar mi hambre estaría bien.

Disfrutaba gustosa sobre todo pero trate de no verme tan desesperada por probar cada cosa, continúe hasta que mi estomago dijo basta, estaba llena y por fin el hambre se habia ido, no me habia percatado de que dimitry en todo este tiempo habia estado acariciando mi cabello, y que me miraba con esa mirada suya de adoración.

A veces me preguntó cómo fue que se hizo esa cicatriz que empieza por su ceja y se alarga en vertical por su ojo izquierdo, se nota que cicatrizó bastante bien.

—¿Cómo te hiciste la cicatriz?.

Sus ojos se abrieron de par en par, trago saliva, sorprendido por la pregunta pero no sé, si lo que pregunte es un tema delicado.

—Ah... solo pasaron... Cosas.

—¿Es un tema delicado?.

—No, no princesa, es que... —abre la boca y por un momento dudo pero prosiguió—Cuando nuestros padres fallecieron, max y yo, tuvimos nuestros conflictos, nuestros problemas y cada uno quería ir por un camino diferente, eso.. casi nos arruina pero al final decidimos que nos mantendremos juntos.

—¿El te ocasionó la herida?.

—Algo así —miro a donde estaba max sentado.

—¡Ey!, ¡eso no fue lo que pasó!.

Se miraron fijamente, como si estuvieran debatiendo con la mirada, algo en el ambiente era muy pesado, tanto que parece que iba a morir aplastada, había algo que me estaban ocultando, ¿Que estaba pasando?. ¿Que me ocultan?, algo que no me gusta.

—¿Entonces que paso?.

Suspiro—Princesa no quiero que te asustes con lo que voy a decir a continuación...

Asentí con la cabeza desesperada quería saber que me estaban ocultando a toda costa.

—Bueno digamos que trabaje como un mafioso, asesino en ese tiempo, conseguí enemigos, y esos enemigos fueron detrás de max, yo... No quería que nada malo le pasará, así que trate de protegerlo.

Mis ojos se abrieron de par en par, ¿trabajo de mafioso?, ¿Está jugando... verdad?,trague saliva fuertemente,  tratando de procesar lo que había dicho.

—Aun... —dude pero decido proseguir—estás en eso...

Se quedó callado, no me digas que aún está trabajando en eso, mierda, ¿que voy hacer?, dimitry noto mi expresión de horror y decidió hablar.

—Si...

Me lleve las manos a la boca, No, no, esto no podía estar pasando.

—Pero escúchame—tomo entre sus manos mi rostro para mirarlo—Lo dejaré, te lo prometo, no quiero que algo malo les pase, solo lo estoy haciendo por el momento, pero te juro que me voy a retirar.

No sé si eso me hacía sentir el reconforte, o si la presión de mi pecho se hubiera aliviado solo por decir esas palabras, esa molestia seguía incrustada en mi pecho, el no podía quitar sus ojos de mi estaba esperando una respuesta y yo segura se la iba a dar.

—Dimitry... No quiero solo palabras quiero hechos, porque si eso no se cumple me iré con el bebé.

Tenso la mandíbula, y me lanzó una mirada de enojo pero creo que recapacitó, y terminó suspirando, al final su mirada se suaviza.

—Princesa te lo prometo.

Me abrazo por las palabras que le había dicho, de cierta manera le di confianza, de que por el momento no saldria corriendo, pero yo estaba segura que si el no cumplía con eso yo iba cumplir con lo que habia dicho.

Trate de abrazarlo, recordé que había protegido a su hermano y eso era dulce, por eso ellos trataron de aceptar el hecho de que era mate de los dos, dieron lo mejor de ellos mismos, para no lastimarse ni lastimarme en el proceso. Adorables.

Con eso la voz del piloto a través de los parlantes indico que estaríamos por llegar, así que me incorpore y volví a mi lugar, durante todo el momento, max no me había quitado los ojos de encima, sabía que había estado observando desde lejos, me senté en mi lugar y volví a abrochar el cinturón de seguridad, todos nos acomodamos en nuestros lugares.

Hubo un poco de turbulencias, hasta lograr notar que ya estábamos llegando a las pistas del aeropuerto, todo se veía pequeño y a medida que nos acercamos, la realidad era otra, por fin el avión aterrizó seguros en el suelo, un suspiro de alivio se escapó, si seguimos viajando asi no creo que me acostumbre nunca a esto.

Max ayudo a desabrochar mi cinturón, juntos nos encaminamos hacia la salida, bajamos las escaleras, nos dirigimos hacia el interior del aeropuerto, no me dejaron buscar las maletas en cambio dejaron a joaquin y alex para que ellos se encargaran de eso.

Nos encaminamos hacia la salida del aeropuerto, cuando pasamos las puertas del aeropuerto el lugar era hermoso, espacioso y con muchos árboles verdes llenos de hermosas flores, ví como con las manos hicieron unas señas y un taxi se estacionó, max me ayudó a entrar y luego entraron y cerraron la puerta detrás de ellos.

Una rosa para dos hombres Donde viven las historias. Descúbrelo ahora