capitulo 11

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(punto de vista de Agata)

Con los primeros rayos del sol filtrándose por la ventana decidí levantarme, me desplace por el pasillo para ir directo hacia la cocina, me prepare un té de vainilla acompañado de unas tostadas con mermelada, acomode las cosas en una mesa puente y me las lleve arriba, a mi oficina.

cuando llegue deje las cosas en mi escritorio, ahora ya no está solamente mi escritorio sino que ahi dos más, es raro pero reconfortante a la vez. me acomode en mi silla para empezar con mi trabajo.

Disfrutaba del te y las tostadas tranquilamente hasta terminar el desayuno, pero seguí sumergida con la cantidad de trabajo hasta que las horas sorprendentemente pasaron rápido, y por fin llegó la hora del almuerzo, baje y lleve las cosas, las lavé y empece con el almuerzo, hoy me decidí por cocinar pasta.

Empecé a cocinar, luego de terminar de cocinar todo, lo dejo servido en un plato, lo coloco sobre la mesa y me sente en mi lugar, la comida es tan deliciosa, bien condimentada y cremosa, cuando termine de almorzar, lave los platos sucios, fui al baño me cepille los dientes hasta dejarlos blancos y por fin iba a pasar un tiempo a solas, decido ir al sofa y ver una pelicula, luego podría leer un libro, y me imagine ciento de cosas para hacer.

Pero lo que pasó fue que me quedé dormida en la mitad de la película, y cuando desperté la película ya estaba terminada, mierda, últimamente me siento algo cansada, además de que me siento un poquito sola, ¿Por qué?, solo han pasado unas semanas desde que Dimitry y max se mudaron, pero dimitry hace unos días tuvo que irse por un viaje de negocios y la situación con max es algo tensa.

Max se levanta antes que yo y Hades es quien regresa en la noche, tampoco he tenido la oportunidad de hablar con max nuevamente, Hades no me lo permite, le pregunté el motivo pero el no dijo absolutamente nada, y la situación me tiene estresada.

Agarre mi celular y lo encendí, mire por la pantalla el horario y era momento de cenar, así que cocine algo rápido, y otra vez cene sola, creo que me estoy acostumbrando a la presencia de esos dos. Cuando termine volví a subir, me cepille los dientes y me acosté, mirando hacia el techo pero no podía conciliar el sueño.

Creo que pasaron muchas cosas en tan poco tiempo y todo se siente tan irreal, ni siquiera había notado que unas lágrimas estaban cayendo por mis ojos, ¿Que me sucede?.

Al final me quede dormida sin esfuerzo, pero algo abatida.

En medio de la noche empecé a sentir un dolor en el vientre, me incomoda, y me molesta, segui con los ojos cerrados pero estoy consciente, el dolor vuelve y se va.

Espera, espera, creo que llegó mi menstruación.

Mierda, abrí los ojos de golpe y me levanté de la cama, porque era seguro que dejaría una mancha en la cama, cuando me levanté mire la cama y efectivamente esta tenía una mancha bastante grande y max estaba a mi lado dormido, ¿Y ahora que hago?, no quiero despertarlo, calma, calma, tu puedes Agata.

Luego de darme ánimos decidí ir a bañarme y luego me encargaría de la cama, agarre las prendas de ropa y fui al baño y me di una ducha, cuando termine de ducharme, salí de la ducha me seque con una toalla el cuerpo, el cabello, pero no entiendo como me pude olvidar de que estaba en esas fechas.

luego de secarme, me puse mis bragas y claramente una toallita femeninas, y luego me puse un pijama de dos piezas de seda y de color verde claro, decidí buscar sabanas nuevas y volvi de nuevo a mi habitación.

Ahora se viene lo difícil, despertar a max.

—Max... —susurre.

—Mmm..

—Max —Lo empecé a sacudir suave para que se despertara.

Pero nada, lo llame pero otra vez nada absolutamente nada, así que tuve que gritar.

—¡¡MAX!!.

—No soy max —responde con la voz ronca.

—¿Hades?.

—Si nena, ahora ¿Que sucede? —pregunto.

—Mi menstruación llegó y manche la cama, necesito que te levantes para cambiar las sábanas —respondí.

El se me quedó mirando fijamente, medio dormido, procesando lo que mis labios habían dicho hasta que algo pudo pronunciar.

—Mmm, por eso el aroma es tan dulce.

—¿Que?.

Me jaló del abrazo haciendo que soltará las sábanas y que perdiera el equilibrio cayendo en la cama, y el terminó encima mio, Su mano acaricio mi cabello mientras que su otra mano libre acariciaba mi muslo derecho, y me miraba directamente a los ojos deseoso, y con tanta intensidad.

Se acerco y su aliento caliente golpeó mi rostro, parecía que iba a besarme en ese instante pero el me olfateo y lo que dijo no me lo esperaba.

—Ya no eres virgen.

Sacudí con la cabeza —¿Cómo lo sabes? —pregunte.

—Aqui —eso pronunció mientras tocaba mi intimidad suavemente —Tu olor me lo dice, me molesta.

Me quedé helada ante lo que había dicho, me siento como si lo hubiera engañado, iba a pedirle que se levantará pero el me interrumpió.

—Quiero besarte, quiero tocarte, y hacerte mía, ¿Puedo? —solto sin más.

La idea no es mala pero no es el momento, estoy con mi menstruación y eso seria sucio, ademas no quiero seguir manchando la cama.

—Estoy con mi menstruación —expresó.

—No me importa, nena dejame tocarte —suplico con voz ronca.

Si pone esos ojitos de cachorrito yo no puedo negarme ante lo que me pide, estábamos tan cerca, con la mirada fija en el otro, el esperaba pacientemente mi respuesta mientras sentía su respiración caliente en mi rostro. Y su pecho subía y bajaba con intensidad. Inconscientemente mire sus labios y una sensación de querer probarlos, se apoderó de mi.

Puse mis manos en su nuca para así acortar la distancia entre nosotros y pegar mis labios con los suyos, cuando nuestros labios se juntan el se abre paso en mi boca y juega con mi lengua, mordisquea mis labios y los chupa con intensidad, que me hace soltar un jadeo en sus labios.

Me agarra la cintura firmemente y a ciegas me quita los pantalones junto con las bragas. Luego el se aleja y empieza a dejar un hilo de besos húmedos por mi cuello, la clavícula, el centro de mi pecho, pronto está en mi barriga, pero esto me parece una eternidad. Mire su rostro fijamente unos segundos y una electricidad me recorrió el cuerpo cuando lo ví lamerse los labios.

Solté un jadeo cuando empezó a devorar mi punto más sensible con la lengua que me hace rodar los ojos del placer, lo disfruta demasiado lamiendo, chupando y mordiendo, luego pude sentir como con sus dedos empezó a tocar mi clítoris hinchado de mi intimidad y decide introducir uno de sus largos y gruesos dedos haciendo que sonidos eroticos se escapen de mis labios.

Estoy tan húmeda, enredé mis dedos en su cabello oscuro para marcarle el ritmo y de pronto un orgasmo me azota el cuerpo, solté un gemido que hizo eco en la habitación. Mi cuerpo tembló y mi espalda se arqueo sobre la cama dejando escurrir ese orgasmo acompañado de líquidos rojos.

Una rosa para dos hombres Donde viven las historias. Descúbrelo ahora