capitulo 27

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(Punto de vista de Agata)

Se tomaron un largo tiempo en responder además de que solo se miraban y no decían ni una sola palabra, muy extraño, eso fue lo que pensaba hasta que por fin dimitry pudo decir algo.

—A mi si me gustaría ser padre —comento.

—Yo pienso lo mismo —prosigue max.

—Pero... Ninguno de los dos uso un condón anoche y.. y.. si yo quedara embarazada, no sabríamos quien es el padre.

—¿Por eso estás preocupada? —pregunto dimitry.

—Si..

—Si el bebé naciera yo estaría feliz, no importa quien de los dos sea el padre —informo max.

Eso me tomo por sorpresa.

—Vez corazón, no te preocupes.

—Bueno...

Me acerque hacia ellos, y decidí sentarme sobre la cama justo al lado de max, quizás deba comprar un patilla de emergencia, mire a max de reojo, por curiosidad, y me miraba, como si estuviera leyendo mi mente y sabía que aún tenía cosas por preguntar, pero creo que me dejó pensar tranquila y sin perturbar mis pensamientos mientras desayunábamos los tres en silencio junto con el sonido de la televisión.

No era molesto, ni incómodo el silencio, yo me sentia comoda, disfrutaba de mi yogurt con frutas, cuando un tono de llamada invadió la habitación, ese tono era el celular de dimitry, lo supe porque el fue quien se levanto, se levantó apresurado y contesto a la llamada, camino hacia el balcón, y se alejó para tener privacidad, max estaba mirando la televisión sin prestar mucha atención, mientras que yo no pude evitar escuchar la llamada, cuando hablaba con la otra persona a través del celular sonaba indiferente hasta que luego comenzó a hablar con un tono molesto e irritante.

Apretó los puños, luego suspiro para calmar su enojo, y volvió a incorporar su postura, luego se dió la vuelta, camino, y volvio a sentarse en su lugar, y max no pregunto nada, no noto absolutamente nada en cambio yo me moria de la curiosidad, quiero saber. Y al final mi boca se movió, y logré pronunciar unas palabras.

—¿Que paso? —pregunte.

—Ah no te preocupes, no es nada—responde.

Parece que esconde algo, lo mire con desconfianza hasta que max hizo una pregunta.

—¿Vamos a la playa? —pregunta max.

—¡Si, me encantaría!.

Dimitry solo asintió con la cabeza, extrañamente callado pero solo le restó importancia, me levanté de la cama, para buscar mi bikini, me desplace por la habitación hasta el armario, toda mi ropa está un poco desparramada, será complicado encontrar el bikini, pero yo puedo, comencé a mover la ropa, y parece que estaba haciendo más desorden en el armario, volví a revolver un poco más, y por fin lo encontré.

Estaba tan concentrada en lo mío, tomé el bikini en mis manos y me dirijo hacia el baño para cambiarme, me desvisto y luego me coloco el bikini de dos piezas con volantes, estaba tan feliz, me mire al espejo para ver como me quedaba, y este dejaba a la vista mi pequeña cintura, mis grandes muslos, tracero, y mi busto pequeño, creo que se ve un poco infantil, pero deje de lado esos pensamientos y me hice dos trenzas en el cabello, lo cual fue muy difícil por mis rizos pero al final lo logré, cuando estuve lista decido salir.

Y me encuentro con dimitry y max, ya completamente listos, preparados con toallas y bloqueador solar, pero cuando me vieron salir del baño se me quedaron viendo atónitos y con los ojos abiertos de par en par. y no entiendo porque, ¿es que me veo muy infantil?.

—¿Que pasa?, ¿Por qué me ven así?.

—No es nada...

—¿Me veo muy infantil? —pregunte.

—No princesa no es eso —acoto dimitry.

—¿Y entonces porque ninguno dice nada?.

—Te ves hermosa —comento max.

—A mi se me puso dura como una roca.

Sentía que la sangre empezaba a subir a mi cabeza, y en eso max le dió un codazo y ese ni siquiera se movió, solo se quedó fijo mirándome, espero que tengan razón. Me envolví con una toalla que dimitry me ofrece, me puse unas sandalias para la playa arenosa, y con todo listo emprendimos nuestro viaje, nos desplazamos por el hotel hasta llegar a la playa.

Hoy es un hermoso día, soleado, cálido, demasiado cálido para ser exacta, pero no me molesta porque por ratos corre una hermosa brisa que lo alivia, el lugar está lleno de palmeras, arena obvio, un pequeño mini bar, sombrillas y reposeras, toallas esparcidas por la arena, y con actividades para hacer, como el surf, kayak, submarinismo entre otros.

Está llena de personas, niños corriendo de aquí para allá, risas y diversión es lo único que habita en la playa, caminamos para acercarnos hacia el agua, y en eso decidí sacarme las sandalias, para dejar mis pies expuestos a la arena, deje que por mis dedos se filtrara la arena calida, cuando estuvimos lo suficientemente cerca observamos el mar en silencio, el cual el cielo junto al mar se pierden a lo lejos, y grandes hasta pequeñas olas se acercan a la  orilla.

Quería sacar mi celular y tomar mil fotos pero recordé que lo había dejado en la habitación y cuando iba a avisarles que me iba a ir y luego volvería, alguien tuvo la grandiosa idea de levantarme, me levanto por sorpresa y me cargo en sus brazos, cuando levanté la mirada era dimitry, con una sonrisa muy pícara en el rostro, ya sabía que lo que me esperaba, camino conmigo en sus brazos hacia donde ya me lo esperaba, hacia el agua, y se sumergió conmigo en sus brazos.

Cuando logré salir a la superficie me pase las manos por el rostro para lograr ver, quitando esos pequeños mechones rebeldes de mi rostro, y justo tenía en la mira a max, mierda que estaba muy sexy cuando lo ví, con un traje de natación, con el cuerpo tan fornido, con los hombro atleticos y anchos, con brazos fuertes, y con piernas ejercitadas, este se estaba conteniendo la risa, maldito. Y dimitry solamente reía, me las iba pagar. Salpique agua con mis manos.

—¡¡No me molesta el agua, pero me molesta que me tomes desprevenida!!.

Salpique, salpique.

—¡¡Ven aquí pequeña!!.

—¡No quiero!.

Empecé a nadar hacia afuera, y trate de hacerlo con rapidez, pensé que ya estaba llegando a la orilla cuando dimitry logro alcanzarme, me tomo por el tobillo y tiro de el, aun con todas mis fuerzas trate de zafar, pero termino por envolverme en sus brazos.

—De mi no vas a escapar tan fácil —susurro a mi oído.

Me di la vuelta para que nuestros ojos se encuentren.

—¿Y si te beso? —hable con seriedad.

—Con eso podríamos negociar —sonrie.

—Bieen.

Lo agarro de la nuca para que la distancia se acortará, y estampara sus labios con los míos, son dulces, se abre paso en mi boca para introducir su lengua y explorar la mía, mierda algo estaba empezando a humedecer mi bikini y eso no era el agua.

Una rosa para dos hombres Donde viven las historias. Descúbrelo ahora