Capítulo veinticinco: Una mama enojada

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Capítulo veinticinco: Una mama enojada


Alastor jamás había estado tan nervioso y asustado como en esa ocasión, frente a él estaba la mujer que más amaba en su vida humana, su madre, aquella que le dio la vida, pero que en ese momento parecía aquella persona que también podía quitarsela.

¿Mamá? -preguntó Alastor preocupado.

La señora gruñe, parecía enojada, rápidamente se levanta del sofá y toma una de las orejas de venado de Alastor y la agita fuertemente.

¡Mamá! ¡Espera! ¡Duele! -rogó el pecador.

¡¿Cómo te atreves a ir al infierno?! ¡Niño estupido! ¡¿Que te enseñe de la religión?! ¡Todo! ¡Lo tenías todo! ¡Y aun así...! ¡Aun así te atreviste a...! ¿Qué mierda hiciste? ¡Niño tonto! ¡Tonto! ¡Tonto! ¡TONTOOOO! -gritó su madre.

¡Mamá! ¡Espera! -rogo Alastor.

¡Niño desobediente! ¿Qué angeles hiciste para acabar ahí? ¿Y cómo llegaste aquí entonces? Te vas a meter en más problemas ¡Tonto! -gritó la mamá.

¡Yo los mate! -confesó Alastor.

¿Ah? ¿A quienes? ¡Tonto! -repitió la madre sin soltar a Alastor de su oreja.

A esas personas que nos persiguieron, que te mataron. Entrene, estudie, los observe y cuando tuve la oportunidad acabe con cada uno de ellos -confesó Alastor alejándose de su madre, quien ahora tenia un mechon de cabello del joven en su mano- .Tsk -se quejó Alastor acariciando sus orejas de venado -. Los maté y lo disfruté, no lo negaré -confesó Alastor.

La madre de Alastor se acerca al joven, el pecador no podía negar que tenía cierto miedo hacia esa mujer, pero se quedó quieto, decisivo y esperando su destino. La señora abraza a Alastor.

Eres un tonto -dijo la señora y le proporciona una mini cachetada a su hijo, pero lo abraza mas fuerte.

Te extrañe mamá -dijo Alastor con su cachete rojo.

¿Y bien? -preguntó su madre separandose de su niño tonto y pecador -Si eres del infierno ¿Como llegaste aqui? -preguntó su mamá.

Ahhh -Alastor cubre sus orejas.

Alastor amaba a su madre, pero tenía mano dura, si casi le arranca una oreja al enterarse de que era un pecador, no quería saber lo que le iba a pasar si le decía que el mismísimo Lucifer lo había traído.

Alastor -su madre puso sus manos sobre la cadera esperando una respuesta.

No te vayas a enojar -dijo Alastor.

Alastor Hathaway Victoriano Junior habla de inmediato -ordenó su madre.

Lucifer me trajo -dijo Alastor aun cubriendo sus orejas.

Los ojos de la madre se expanden.

Tranquila mamá, lo que dice la religión es pura mentira, es una buena persona y... bueno, al final de cuentas nació siendo un ángel ¿no? -Alastor no se estaba creyendo que había dicho que Lucifer era una buena persona, pero ahora lo más importante era salvar su pellejo.

¿Él está aquí? -preguntó su mamá.

Ahhhhh -Alastor no quería contestar.

¡Alastor! -ordenó su madre.

Está haciendo guardia, no se supone que deberíamos estar aquí -dijo asustado Alastor.


La señora empieza a caminar, tenía sus nudillos apretados, su pelo empezó a erizarse y tenía una mirada asesina. Alastor pensó que Lucifer no se tenía que preocupar por los ángeles, sino por su madre, tragó saliva y siguió a su madre. La señora atraviesa la cocina y se dirige a la entrada de su casa, en la cual estaba decorada con una mecedora, un perchero, un paragüero y una maceta con una planta, efectivamente, el rey del infierno se encontraba sentado y meciéndose en la mecedora. Al encontrarse con la señora, se levanta de inmediato y hace una reverencia para saludarla.

Ah, buenas tardes señora -saludo cordialmente Lucifer.

Tu... -advertía la señora, parecía que algunas llamas de fuego se esparcían a su alrededor.

¿Ah? -preguntó confuso el rey.

¡Lucifer! ¡Corre! -advirtió Alastor.

Sin embargo, Lucifer no fue rápido y la señora sujeta gran parte del cabello del rey y lo empieza a agitar fuertemente.

¡¿Qué le has hecho a mi niño? ¡Tu! ¡Ingrato! ¡Bueno para nada! -gritó la señora.

Yo... ¿Pero qué? -preguntó Lucifer.

Alastor cubre sus labios, le parecía gracioso la escena. El pecador capta la mirada de Lucifer, miro a Alastor de una manera en la que podía estar diciendo: "¿Esto te da risa, desvergonzado?".

¡Devuelveme a mi hijo! ¡Tú le hiciste esto! ¿Verdad? ¡Lo llevaste al mal y lo sumergiste contigo! ¡Maldito demonio! -gritó la señora.

Mamá basta -dijo Alastor alejando su madre de Lucifer, también se llevó gran cantidad de cabello.

Lucifer suelta un pequeño grito de indignación ante eso mientras sujetaba su cabello y lo acariciaba.

Y agradece que fue poco -dijo Alastor señalando a su mamá, quien tenía en su mano, dos mechones de cabello, uno pelirrojo y uno dorado, sin embargo, tenía más del pelirrojo. Lucifer suelta una pequeña risa, pero aun así le dolía.

¡Alastor! -ordenó su mamá.

Mama, te lo dije cuando era un humano, las religiones siempre tratan de manipularnos, todo es falso, Lucifer no es malo, se podría decir incluso que es el más cuerdo del infierno, es amable y generoso y super protector y... -decía Alastor tratando de convencer a su madre.

Sin embargo, Lucifer expande sus ojos, pues no se creía lo que estaba escuchando decir al pecador. Lucifer entendía sus sentimientos, él amaba a Alastor, pero entendía que el pecador era más cerrado a ese sentimiento, aun sin saber que era correspondido quería estar con él, y ahora, frente a él, se encontraba un Alastor diferente, este, era el verdadero Alastor. Lucifer sonrió, pero no duró mucho esa sonrisa, pues sintió una energía muy poderosa yendo hacia ellos.


¡Alastor cuidado! -gritó Lucifer alzándose sobre el pecador para protegerlo con su cuerpo. Ambos cayeron al suelo. Lucifer gruñe viendo al enemigo.

La pared de la entrada fue destrozada con una lanza angelical dorada, tenía intención de atacar al pecador pero falló. Frente a ellos se encontraba un archangel. 

La manzana podridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora