Capítulo veintiuno: ¿Aceptación?

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Capítulo veintiuno: ¿Aceptación?


Lucifer estaba inquieto, había pasado tan solo un dia pero no dejaba de pensar en Alastor, su rostro, el sonrojo en sus mejillas, sus orejas, el cómo se divirtió en esa simple carrera, pensaba en todo su cuerpo y su ser, no dejaba de morderse el labio inferior, al sentir algunas gotas de sangre se limpia inmediatamente y vuelve a su lectura, pero se le hacía imposible concentrarse.

Alastor estaba inquieto en su habitación, no podía dejar de pensar en lo que le dijo Rosie, ¿Realmente él sentía algo por el rey? ¿Realmente él podía sentir algo por alguien? Ni en su vida humana se interesó nunca por alguien ¿Por qué ahora? ¿Y por qué con el rey, en especial con el rey? No podía dejar de pensar en el ángel caído del infierno, su maldito rostro, sus ojos brillantes, su sonrisa, sus garras y colmillos, su forma de hablarle y retarlo, su forma de reír... Era extraño que en su pensamiento de la realeza, pensaba en su cuerpo y su personalidad, pero no le importaba la sangre, siendo que era adictiva. ¿Intentarlo? Eso dijo Rosie ¿Fingir? Eso haría él ¿Derrotarlo? Derrotar a un supremo y demostrar que él jamás será aplastado por nadie más, mostrar su poder, eso quería él ¿Realmente quería eso?

Alastor estaba sentado en su escritorio, sus codos se encontraban recargados y enreda sus dedos en su cabello, ¿Qué estaba pasando? Él quería poder, pero cuando estaba con Lucifer no era su objetivo principal ¿Y desde cuando piensa en él por su nombre? Estaba cansado, al principio en lo único que pensaba era en su deseo de tener más poder que cualquiera, quería demostrarle a todos que él era el vencedor, pero se sentía tan bien estando aun lado del rey haciendo que esas cosas en las que pensaba antes eran insignificantes.

Pero si había una cosa que deseaba más que cualquier otra cosa, libertad, hace mucho le había vendido su alma a una persona que le prometió poder absoluto, pero para eso tenía que entregarle ciertos objetos durante el transcurso, el último objeto que tenía que entregar era una gran cantidad de sangre de ángel y Lucifer casi se la estaba proporcionando completamente gratis. Así que ¿Qué tenía que perder? Si le "seguía el juego" al rey, tal vez podría conseguir más de ese recurso.

Alastor se levanta y se dirige a la habitación del rey, lo sabía, si lo hacie enojar realmente lo mataria, pero tanto su esclavitud como la muerte, ya se le hacia lo mismo.

Toc,toc


Lucifer se encontraba leyendo un libro, pero como estaba pensando en otras "prioridades" no estaba poniendo atención, ni a eso, ni al toque de su puerta.

Toc, toc


Alastor sentía que perdía su paciencia así que abre la puerta de la habitación del rey.

¿Ah? ¡Alastor! -Lucifer se sorprende.

Lo siento su majestad, pero toque la puerta varias veces -dijo Alastor

¿Ah? No escuche, lo siento -se disculpó el rey.

¿El rey se disculpa con un pecador? -preguntó Alastor.

Ya te dije que tu no eres un cualquiera, eres mi bambi -dijo divertidamente Lucifer.

Si, hablando de eso... -Alastor estaba nervioso.

"¿Acaba de admitir que si es mi bambi?" -pensó Lucifer sorprendido. Se levanta de su asiento y se dirige hacia el pecador.

Bueno yo... mierda.. -se quejó Alastor.

Lucifer sonríe tiernamente, toma desprevenido a Alastor poniendo ambas manos en su rostro, se acerca y lo besa. Alastor se sorprende ante este acto, pues no había "sangre" por en medio, solo una acción que mostraba cariño. Al principio quería alejarse, pero su cuerpo no respondía, así que se dejó llevar y lo aceptó.

La manzana podridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora