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Para Enzo:

Ayer me hiciste muy feliz. Después de tanto tiempo te mostré por primera vez mi sonrisa, aunque no es tan bella como la tuya. Hace más de tres meses que no me lavo los dientes. Es realmente asqueroso, siento mis dientes oscuros, aunque no los puedo ver.

Aún así, cuando me dijiste que algún día tratarías de sacarme de aquí, no pude evitar sonreírte. Me pediste perdón por lo de los hombres que nos hicieron bailar desnudos, aunque tú no lo sabias, no tenías por qué disculparte.

Con tus dulces promesas puedo recuperar mis esperanzas. Realmente no quiero perderlas, son lo único que me queda.

Cada día me siento más débil y menos capaz de seguir con mis tareas en aquella mansión, pero siempre pienso en tus palabras alentadoras y algo dentro de mi me hace seguir esforzándome.

Espero ansioso el día que pueda salir de aquí.

El día en que me saques de αquí, eres tan bueno conmigo... pero aún no entiendo entiendo el por qué.

¿Será que sientes lo mismo que yo siento en el pecho cuando te veo?

PD: tal vez suene raro pero... extraño la escuela.

Matías.

Sentimientos de papel (matienzo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora