Día 1: Tomados de la Mano

797 58 30
                                    

Estruendos, disparos y explosiones invadían el ambiente, aquella partida de supervivencia por parejas se tornó muy intensa a pocos minutos de empezar. Pese a los duros combates que allí se libraban, ningún equipo había sido dado de baja aún, por lo que se respiraba una gran tensión en el aire.

—No puedo creer que tenga que hacer equipo contigo, ¿ésta es tu brillante estrategia? —Colt chasqueó la lengua mirando a su compañero, ambos se ocultaban en uno de los muchos arbustos del campo, ni muy lejos ni muy cerca del centro, el escondite era casi perfecto, pero uno de los dos no estaba de acuerdo con llevar a cabo esa jugada.

—Cierra la boca, si quieres salir a morir hazlo, de todas formas no hay espacio para ambos aquí, así que me harías un favor. —Aunque el lugar pasaba bien desapercibido, la porción de cesped era bastante reducida, por lo que sus cuerpos se rozaban continuamente, esto le generaba algo de pudor al sheriff, quien no tenía buenos tratos con aquel hombre y mucho menos la confianza como para mantener tanta cercanía.

—¿Pretendes que yo salga a hacer todo el trabajo mientras tú te ocultas como un cobarde?, mejor hazte a un lado, apestas a perfume barato. —Siguió quejándose mientas presionaba al contrario para hacerse más lugar en el arbusto, aunque intentar moverlo era muy pretencioso de su parte considerando la diferencia de masa muscular. Por alguna razón, había algo en el más alto que lo ponía bastante tenso, no estaba seguro del qué, pero quizá su imponente figura corpulenta combinada con ese tosco carácter de malandro tenían algo que ver.

—Dios, eres insufrible, si no dejas de molestar te lanzaré al lago. —Bull se giró para verlo de frente con su malhumor yendo en aumento, no se llevaba para nada bien con la actitud prepotente y arrogante del comisario, mucho menos soportaba tenerlo tan pegado a él, su aroma floral lo distraía de sobremanera, y ni hablar de aquella mirada que parecía atravesarlo cada que se la encontraba, no le agradaba esa extraña sensación.

—¡Tú eres el que quería esconderse! —El pelirrojo también lo enfrentó, poco les faltaba para chocar sus frentes y comenzar a ladrarse, ambos contaban con roles y personalidades opuestas, no eran para nada compatibles y para colmo, justo les había tocado pelear juntos, aunque dicha pelea se estaba dando más bien entre ellos, pero en el fondo sus reacciones temperamentales poco tenían que ver con la partida en sí, de hecho, se trataba de esos conflictivos pensamientos sobre el otro que no terminaban de asimilar, ninguno de los dos tenía idea de por qué la pasencia contraria les afectaba tanto y eso los conducía a discutir por cualquier mínima cosa.

—¡Ya callate idiota, harás que nos encuentren! —Le gritó por lo bajo, cubriendo su boca con una mano y sosteniendole la nuca con la otra, esto provocó que la histeria del sheriff empeorara, si antes estaban pegados, ahora Bull estaba prácticamente sobre él. —Deja tus actitudes de chico lindo, vas a enloquecerme.

Aquello podía ser fácilmente malentendido por Colt y el pelinegro lo notó demasiado tarde, sin embargo, aún con una creciente vergüenza atravesando sus vientres, permanecieron petrificados en esa misma posición, haciendo nada más que mirarse. El sheriff juraba estar sofocándose y no por el agarre del mayor, su pulso se descontroló al igual que el de Bull, ya no sabían definir si eso era una discusión o acaso un coqueteo. Lo único que logró sacarlos de aquel transe fue una repentina ráfaga de disparos que voló justo a un lado de ellos, causandole daño al pelinegro, esto los terminó delatando, y más pronto que tarde gran parte de la atención de los demás se centró en ellos como un blanco vulnerable, Colt intentó contraatacar, pero en un instante fue jalado por uno de sus brazos con tanta fuerza que ni siquiera pudo amagar resistencia. Delante suya, Bull sujetaba su mano firmemente mientras corría a toda velocidad para sacarlos a ambos de esa zona de muerte. Los pies de Colt a penas fueron capaces de seguirle el paso, no había notado antes lo velóz que era aún sin utilizar su súper. Para fortuna de los dos, lograron llegar hasta otro arbusto alejado de sus contrincantes, tan sólo con daños leves debido a los pocos ataques que los alcanzaron. Agitados, permanecieron alerta unos segundos para corroborar que no fueron perseguidos, y una vez que confirmaron un ambiente despejado, cruzaron sus miradas nuevamente.

—¿Estás bien?, te dieron... —Colt miró el brazo dañado del contrario, el cual sanaba con rapidéz, pero de todas formas se mostró preocupado al respecto.

—No es nada. —A pesar de que estuvieron bajo ataque, Bull no pudo quitar de su mente la escena anterior, ni tampoco su compañero; bajó la mirada hacia sus manos que, a pesar de ya estar a salvo, no se habían separado. Buscando disimular el nerviosismo que lo carcomía, volvió a hablar. —...Ya puedes soltarme. —El pelirrojo reaccionó algo tarde a sus palabras, ocurrieron tantas cosas en tan pocos segundos que no se percató de que aún seguía aferrado del contrario.

—Disculpa... —Tomó algo de distancia con una expresión apenada, por suerte ahora sí tenían más espacio para esconderse. No supo qué decir, de un momento a otro pasaron de discutir como dos niños, a sumergirse en el silencio más intenso que alguna vez había experimentado, tampoco sabía si su corazón aún latía con fuerza a causa del ataque o por ese pequeño momento de suma proximidad entre ambos.

—Te dije que nos encontrarían si seguías gritando como un sopenco. —Se quejó, en un intento de alivianar un poco la situación, esta vez con un tono menos agresivo en comparación al de antes.

—Lo lamento... pero admite que tampoco podemos escondernos toda la partida, sólo somos tres equipos ahora, hay que actuar de una vez. —Se incorporó, preparándose para salir a combatir, agradeciendo internamente que Bull no comentara nada al respecto de lo que pasó.

—Tch, bien, pero ni creas que te salvaré el culo de nuevo. —El más alto habló con desgana, pero de todas formas lo imitó, tomando su escopeta. Lejos de molestarse por su actitud, Colt tuvo en consideración que el contrario no lo había abandonado antes, y haciendo a un lado su vergüenza, decidió obsequiarle una de sus radiantes sonrisas de "chico lindo".

—Descuida, yo te cubriré la espalda esta vez. —Le guiñó un ojo e hizo girar sus armas en un gesto coqueto, Bull lo miró con atención, dejando escapar una pequeña risa. No hicieron falta más palabras para finalmente ponerse de acuerdo, y casi al mismo tiempo, saltaron del arbusto rumbo a decidir este combate, hombro a hombro, espalda con espalda.

°°°

30 Days (BullxColt)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora