Capítulo 7

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-¿Comienzas a leer tú? -le pedí, él puso sus claros ojos sobre mí y sin decir nada más leyó:

-Ella no era la típica chica obsesionada por la moda y porque su cutis se viera perfecto, ella era distinta, reflejaba la viva imagen de una sonrisa sincera pero rota y sus ojos aunque brillantes hacían notar su tristeza... - embobada escuché a Noa, su voz era dulce y a la vez fuerte y varonil, de esas voces de las que deseabas escuchar un te amo o un susurro al oído de tu nombre, una voz que te hacía suya de solo escuchar un 'hola' de su parte -y ahí estaba yo, decidido a abrazarla para reunir sus partes rotas, decidido a hacerla fuerte para después, aunque me dolía, dejarla volar sola y libre -continuó leyendo él dejándome atónita, haciéndome sentir la historia con cada palabra que esboza, lo que me hizo sonreír al pensar que probablemente Noa también la estuviese sintiendo -¿ratona? ¿Ves como si estás drogada? -Interrumpió de repente sacándome del estado léelo en el que me había dejado su voz

-¿Eh?

-Te estaba diciendo que te toca leer -dijo pasándome el libro

-Es que me metí tanto dentro de la historia que todavía me encontraba analizando lo que leíste -Noa rió por lo bajito y me puse a sonreírle como tonta, su risa era contagiosa

Se veía tan lindo cuando reía que tal parecía que me está llevando a volar al cielo.

No Zoe ¿en que estabas pensado? No no, él no tenía nada de lo que buscabas, él no era tu deseo.

¿Y si estaba comenzando a desearlo?

¡Ay Dios quita esos pensamientos de mi cabeza! Zoe tenías que concentrarte en la lectura, no en los labios del lector.

-Eres una ratona drogadicta, drogarse no es nada bueno, deberías ir a rehabilitación -agregó de la nada sacándome una vez más de mis pensamiento

-¿Y ahora a que viene esto? -le pregunté enarcando una ceja

-Estabas moviendo tu cabeza en forma de negación como si alguien te hubiese dicho algo muy horrible

-Es que... -traté de encontrar una excusa para mi raro comportamiento pero no la hallaba -¡Bueno ya! Vamos a leer ¡y yo no me drogo! -le grité alterada y agarré el libro para continuar la historia que estábamos leyendo juntos. -Su historia estaba escrita para llegar a su fin, su amor no sería eterno, sus momentos tampoco, por eso se las arreglaban para sentir en sus almas cada instante que estuvieran juntos, porque muy pronto solo serían recuerdos.

-Tu voz... -dijo el ángel deteniéndome de seguir leyendo

-¿Qué tiene mi voz? -inquirí poniéndome a la defensiva porque Noa solo sabía insultarme-¿suena muy chillona? Si es así te diré qué...

-Estoy sintiendo tu voz en cada pedazo de mi piel -contestó Noa dejándome sin respiración -es serena y dulce cuando lees un libro, sientes esas letras en lo más hondo de tú ser y me haces sentirlo a mí -mi corazón se aceleró y no sabía que decir -nunca me ha gustado leer y es porque no había encontrado una ratona drogadicta que leyera para mí de una forma tan bonita - bueno, todo de él no podía ser bueno, siempre tenía que decirme drogadicta, pero lo que dijo me daban ganas de leerle toda la vida y de leerlo a él como un libro y ayudarlo a descubrirse

-Noa... -susurré muy bajito como si alguien pudiese escucharnos -estás haciendo el espacio entre nosotros muy corto, por favor, aléjate -le pedí, temía que se acerque más y yo ya no poder separarme nunca de su lado y al fin y al cabo las personas en la vida eran temporales, no quería pasar por lo mismo otra vez, ya no quería a nadie junto a mí

-Lo siento, creo que ya debo irme -avisó corriendo hasta la puerta, pero antes de que puediese dar un paso más le detuve

-¿Volverás? -no sabía porqué rayos había preguntado eso

El ángel tomó de mi mano el libro que sostenía en ella y me aseguró:

-Te prometo que lo leeré y cuando lo haya terminado volveré

Le seguí viendo fijamente sin decir nada más, mientras observaba su sonrisa tierna alejándose.

Se iba a leer el libro, había conseguido lo que querías, entonces... ¿Por qué deseabas que se quedase? ¿Estabas sintiendo algo?

No, él no podía darme la novela romántica que tanto deseaba vivir, él no era para mí.

Mis pensamientos se volvían pesados, no hacía más que rememora cada una de sus palabras y de sus extrañas acciones.

Era tan extraño este chico, tan diferente.

Actuaba cercano a mí y decía conocerme de antes.

¿Será verdad que no era la primera vez que observaba tus auténticos rasgos? ¿De que mundo vienes Noa? Habías causado tanta curiosidad en mí que me iba a hacer difícil sacarte de mi cabeza hasta que volvieras, necesitaba descubrirlo ¿Quién eras chico angelical y misterioso?

N/A:
Si llegamos a los diez comentarios les subo el capítulo ocho mañana mismo (es uno de mis capítulos favoritos) Noa me va a dar un ataque al corazón (no solo por lo seductor) es que lo enreda todo ¿Por qué dice conocer a Zoe? ¿Realmente eran cercanos? Y porque ella no lo recuerda. Bueno... continuemos nuestra lectura (diez comentarios y mañana mismo publico el capítulo ocho) ;*

Las heridas de Zoe Donde viven las historias. Descúbrelo ahora